¿Un pelele del 'Doc' o de los militares?
Por: Juan Paredes Castro
No sabemos en qué acabará finalmente la historia, pero lo cierto es que, hasta hoy, Vladimiro Montesinos y las sucesivas cúpulas militares abrieron y cerraron un misterioso círculo vicioso y corrupto de diez años alrededor de Alberto Fujimori.
Apenas ganó los comicios de 1990, Fujimori fue preso de su primera paranoia presidencial: aceptó ser llevado por Montesinos al Círculo Militar bajo el supuesto argumento de que algunos mandos militares, allegados a Mario Vargas Llosa, su contrincante electoral, estaban urdiendo un golpe militar.
Quien aparecía detrás del trono no era nada desconocido para las Fuerzas Armadas. Había sido separado y proscrito de sus filas, después de que una acusación de tráfico de secretos militares casi lo lleva al pelotón de fusilamiento. En adelante su poder y su influencia se harían sentir decisivamente en los cuarteles, desde la más intima cercanía suya a la presidencia de la República.
Así se abrió en 1990 el círculo en el que no sabemos si Fujimori puso a los militares realmente bajo su mando, con el ex capitán Montesinos como bisagra, o al revés, con el doctor Montesinos como mayordomo. Ahora, 19 años después, Fujimori revela, en el juicio que se le sigue, que los 15 millones de dólares que ordenó pagar a Montesinos, en pleno derrumbe de su régimen, no habrían sido para “indemnizarlo” por sus servicios sino para impedir que diera un golpe de Estado y de esa manera se salvara al país de una involución histórica irremediable.
Esta habría sido la coima más costosa y heroica jamás conocida. A tantos presidentes derrocados nunca les pasó por la cabeza que pudieron haber comprado su permanencia en el cargo con una maleta repleta de dólares y con la gracia adicional de que el país habría tenido que agradecerles.
Convertido en fantasma o en una realidad, el golpe de Estado ha rondado el modo y el medio de vida de Alberto Fujimori, hasta el cierre del círculo. La gran pregunta es: ¿cómo el todopoderoso presidente del 90 al 95, del 95 al 2000 y casi del 2000 al 2005, pudo acabar, según confesión propia, como un pelele de Montesinos o de los militares?
Por: Juan Paredes Castro
No sabemos en qué acabará finalmente la historia, pero lo cierto es que, hasta hoy, Vladimiro Montesinos y las sucesivas cúpulas militares abrieron y cerraron un misterioso círculo vicioso y corrupto de diez años alrededor de Alberto Fujimori.
Apenas ganó los comicios de 1990, Fujimori fue preso de su primera paranoia presidencial: aceptó ser llevado por Montesinos al Círculo Militar bajo el supuesto argumento de que algunos mandos militares, allegados a Mario Vargas Llosa, su contrincante electoral, estaban urdiendo un golpe militar.
Quien aparecía detrás del trono no era nada desconocido para las Fuerzas Armadas. Había sido separado y proscrito de sus filas, después de que una acusación de tráfico de secretos militares casi lo lleva al pelotón de fusilamiento. En adelante su poder y su influencia se harían sentir decisivamente en los cuarteles, desde la más intima cercanía suya a la presidencia de la República.
Así se abrió en 1990 el círculo en el que no sabemos si Fujimori puso a los militares realmente bajo su mando, con el ex capitán Montesinos como bisagra, o al revés, con el doctor Montesinos como mayordomo. Ahora, 19 años después, Fujimori revela, en el juicio que se le sigue, que los 15 millones de dólares que ordenó pagar a Montesinos, en pleno derrumbe de su régimen, no habrían sido para “indemnizarlo” por sus servicios sino para impedir que diera un golpe de Estado y de esa manera se salvara al país de una involución histórica irremediable.
Esta habría sido la coima más costosa y heroica jamás conocida. A tantos presidentes derrocados nunca les pasó por la cabeza que pudieron haber comprado su permanencia en el cargo con una maleta repleta de dólares y con la gracia adicional de que el país habría tenido que agradecerles.
Convertido en fantasma o en una realidad, el golpe de Estado ha rondado el modo y el medio de vida de Alberto Fujimori, hasta el cierre del círculo. La gran pregunta es: ¿cómo el todopoderoso presidente del 90 al 95, del 95 al 2000 y casi del 2000 al 2005, pudo acabar, según confesión propia, como un pelele de Montesinos o de los militares?
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