miércoles, 13 de mayo de 2009

LOS BRESCIA Y SU NEGATIVA DE CONSTRUIR EL PUERTO DE ANCON

Ancón los divide Brescia vs. Romero. Los dueños de las casas de playa en Ancón, muchos de ellos prósperos hombres de negocios, se oponen a la construcción de un puerto en la bahía con el argumento de que afectaría el medio ambiente. Liderados por una de las principales corporaciones económicas del país, tienen al frente a otro gigante económico que busca defender su inversión.Por Ghiovani HinojosaLa eventual construcción de un puerto de 600 metros en la bahía de Ancón ha puesto en orillas opuestas a las dos principales familias empresariales del Perú: el Grupo Romero, que promueve el proyecto a través de su unidad marítima, Santa Sofía Puertos, y el Grupo Brescia, que lidera a los veraneantes indignados por los estragos medioambientales y sociales que puede traer este terminal naviero. En el medio, el Gobierno toma la disputa con pinzas y prefiere la invisibilidad mediática.Anconeros por tradiciónPedro y Mario Brescia, octogenarias cabezas de una corporación que incluye a empresas como la aseguradora Rímac, el Banco Continental y AFP Horizonte, se enamoraron desde niños de la suave brisa de Ancón. Descendientes de los navegantes italianos que emigraron a esta parte de la costa a fines del siglo XIX, poseen hoy una casa de verano construida sobre las rocas al frente del edificio Redondo, en la zona exclusiva del balneario.Los hijos de Mario –Fortunato, Mario y ‘Pedrito’, que bordean los cuarenta años– conforman la segunda generación que, a su vez, visita la bahía con sus hijos menores. Por eso, cuenta el empresario y anconero Héctor Jerí, todos no caben en una misma vivienda. Fortunato alquila un departamento en la Playa Hermosa, y Mario y ‘Pedrito’ “viven y duermen en sus yates”. Otros vecinos los recuerdan participando activamente en los encuentros sociales del Yacht Club, un lugar de reunión de los amantes de las lanchas.Esta predilección por Ancón ha motivado que los Brescia rechacen la instalación de un puerto que recibiría hasta ocho naves de forma simultánea. “Estoy segura de que no están de acuerdo, en realidad todos los veraneantes están en desacuerdo (con esta construcción)”, afirma Mocy Muñoz, presidenta de la Asociación de Propietarios de Ancón.De este modo, se configura una fricción con el Grupo Romero, dueño de empresas como el Banco de Crédito, Primax y Alicorp y ahora bajo el mando de Dionisio Romero Paoletti. Hay dos lecturas principales sobre cuál es el grupo más poderoso: según la primera, es el Grupo Romero, por tener la mayor cantidad de activos (dinero invertido) y ventas totales; y, según la segunda, refrendada por la última edición de la revista América Economía, es el Grupo Brescia, por detentar el patrimonio más alto, unos 980 millones de dólares. Pero los Brescia no están solos en esta oposición antimegapuerto: los acompañan un nutrido grupo de empresarios que visitan Ancón cada verano, entre ellos David Chlimper, propietario de Farmindustria y hermano de José Chlimper, ex ministro de Estado y presidente de la exitosa empresa agroexportadora Agrokasa. También están Sergio Fernández, dueño de la panadería San Antonio, y el empresario textil Juan Ballén. Ellos son el verdadero motor logístico y económico de las protestas contra la construcción del puerto que lideran los pescadores artesanales en diversos frentes.¿“Empresarios del hortelano”?El argumento que presentan los hombres de negocios anconeros para descalificar la propuesta del puerto es que su construcción y funcionamiento ocasionarían la destrucción del ecosistema de la bahía. Esto no solo se traduce en la huida de la fauna costera y la contaminación auditiva, sino también en los males sociales, como la delincuencia y la prostitución, surgidos comúnmente cerca de los puertos.Visto así, este sustento es, en esencia, el mismo que presentan algunas comunidades al interior del país para oponerse a las inversiones mineras, como los hechos ocurridos en Piura (Majaz) y Cajamarca (Yanacocha). No es gratuito que la Defensoría de Pueblo tenga registrados 118 conflictos socioambientales en el Perú. A estos opositores, en algunos casos indígenas, el presidente Alan García los ha llamado en más de una ocasión “perros del hortelano”, por obstruir el ingreso al país de las empresas privadas. Curiosamente, el mandatario se ha abstenido de usar este calificativo para los empresarios que rechazan el puerto en Ancón.Más allá del choque de visiones entre los grupos empresariales del país, esta iniciativa portuaria debe merecer una verdadera atención del Gobierno. Los anconeros la tienen clara: no hay nada como la tranquilidad del mar. Francisco DurandSociólogo y profesor de la Universidad de Texas“Se trata de un choque de gigantes. El Grupo Romero y el Grupo Brescia generalmente no han competido en el mercado, sino más bien han tenido buenas relaciones. En los sesenta, algunos de los Brescia eran accionistas del Banco de Crédito y contribuyeron al nombramiento de Dionisio Romero como director ejecutivo de esta entidad. El futuro sobre el puerto de Ancón será manejado con mucha discreción, pues ellos son silenciosos

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