jueves, 7 de mayo de 2009

Proponen analizar el ADN de Abraham Lincoln para saber todo sobre su salud


Un proyecto de un museo de Estados Unidos permitiría desentrañar los misterios sobre la supuestas enfermedades del presidente 16 de ese país. Este análisis se haría a partir de una almohada manchada con sangre de Lincoln.
AFP. El proyecto de un museo estadounidense de hacer analizar el ADN del ex presidente Abraham Lincoln, asesinado en 1865, podría arrojar luz sobre las numerosas y misteriosas enfermedades atribuidas al 16 presidente de Estados Unidos.
“¿Sufría una enfermedad incurable? ¿Iba a morir de todas formas? Muchas personas se plantean preguntas sobre su estado de salud y el impacto que pudo tener esto sobre su forma de pensar, su forma de dirigir”, afirma Andy Waskie, historiador y vicepresidente del museo Grand Army of the Republic (GAR) de Filadelfia.
Este pequeño museo, cuyas colecciones pertenecen en su mayor parte a la Guerra de Secesión, posee un trozo de una funda de almohada manchada con la sangre de Lincoln, en la noche de su asesinato en el teatro Ford de Washington, en 1865.
Planea realizar un análisis genético de la reliquia, tras varias consultas con expertos e historiadores.
“El Consejo de administración adoptó de forma unánime la decisión de lanzar una investigación sobre los datos científicos de nuestra muestra de sangre, lo que podrá conducir a un análisis genético”, indicó el martes a AFP Andy Waskie, vicepresidente del consejo de administración del museo.
Tras recabar la opinión de expertos y científicos, el museo espera arrojar luz sobre numerosas enfermedades que se suponía tuvo el presidente Lincoln, cuando se conmemoran este año los 200 años de su nacimiento.
Lincoln, que abolió la esclavitud, “parece ser el centro de interés de numerosos especialistas que quieren saber más sobre su estado físico. Siempre hubo una gran fascinación por este tema”, explicó Waskie.
“Es casi como en CSI, estamos haciendo una investigación detectivesca”, añadió, en referencia a la popular serie de televisión que muestra el uso de técnicas forenses modernas para resolver crímenes.
Diferentes hipótesis afirman que el presidente, fallecido por un balazo en la cabeza a los 56 años, sufría de cáncer.
Un investigador, John Sotos, autor de libros sobre el tema y que participa de la investigación lanzada por el museo, asegura por su parte que Lincoln tenía la enfermedad de Marfan (síndrome MEN2B), una afección hereditaria del tejido conectivo, caracterizada por miembros largos, labios gruesos, catarata precoz o glaucoma, problemas cardiacos y una muerte a menudo prematura. Lincoln medía 1,93 metros y perdió, muy jóvenes, a tres de sus cuatro hijos.
Un análisis genético podría responder también a las dudas de otros historiadores sobre la paternidad del presidente o incluso sobre su estado depresivo crónico.
Para Harold Holzer, historiador y copresidente de la comisión por el bicentenario de Lincoln, a este presidente se le “diagnosticaron tantas enfermedades que es casi imposible creer que estuviera vivo cuando murió”.
Ya en 1991 científicos intentaron -sin lograrlo, debido a la reticencia de las autoridades- analizar restos de cráneo y sangre conservados en otro museo, el Museo Nacional de la Medicina de Washington.
Un test genético podría también generar sorpresas. ¿Y si se descubre que no es la sangre del presidente más popular de la historia de Estados Unidos?
“Siempre es una posibilidad”, admite Waskie. “Pero estamos convencidos que se trata de su sangre”.
El museo confía en presentar las conclusiones del análisis este

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