miércoles, 27 de mayo de 2009

Otras Puntas de la Estrella



Entre los asistentes estuvieron Luis Alberto Salgado y los parlamentarios Hilda Guevara, César Zumaeta y Jorge del Castillo.
En vísperas de “primarias” apristas del 24 de mayo, se reunieron en el Club Huancayo quienes proponen la votación “un militante, un voto”, donde la muñeca del ex premier Jorge del Castillo es evidente. Una tendencia, con impronta generacional y la presencia de varios parlamentarios, que convocó a unas 1,300 personas. Queda por ver hacia dónde inclinará su pañuelo el presidente Alan García.
Las chaquetas de cuero marcaron la hora la noche del martes en el Club Huancayo. Indicaban dos cosas. Primero, el triste inicio, ahora sí, del invierno en Lima. Y segundo, que todos en el recinto eran apristas. La ocasión congregó a unas 1,300 personas y representó el inicio de la campaña “Un voto por Haya”, con la que una corriente del partido busca que el secretario general del partido sea elegido en el segundo semestre del año con sufragio universal entre los aproximadamente 400 mil afiliados al partido.
El grupo de –relativos– jóvenes que impulsan la campaña estuvieron en primera fila y se encargaron de la mayoría de intervenciones. Entre ellos figuraban Miguel del Castillo, Carlos Armas, Franz Chavarría, John Romero, Marcial Capelleti y Patricia Losada.
Pero otros políticos más experimentados se dejaron ver para apoyar la campaña. Además del ex premier Jorge del Castillo, a quien se identifica como el líder silencioso de esta corriente, llegaron los congresistas Aurelio Pastor, César Zumaeta, Miguel Guevara, Hilda Guevara y José Vargas. Otros “compañeros” de alto perfil fueron la ex ministra Vicky Borra y el candidato a la secretaría general, Luis Alberto Salgado. Pastor, Guevara y Vargas intervinieron desde el estrado.
La presencia del grupo de veteranos de Nuevos Rumbos, que incluye a los ex ministros Alberto Vera La Rosa, Joffré Fernández y Germán Parra, parecía ejercer de contrapeso a la opinión emitida por el histórico Armando Villanueva la semana pasada, quien se mostró contrario al sufragio universal y apoyó al presidente de Cofopri, Omar Quezada, como opción para la secretaría general.
Quezada es la cabeza visible de los llamados “cuarentones”. Es el grupo integrado además por otros notorios apristas con cargos públicos como Carlos Arana, Javier Morán, Javier Barreda y la ministra de Vivienda Nidia Vílchez.
La pelea de fondo se libra por el control del partido de cara a las próximas elecciones regionales y municipales y, más allá, de las elecciones generales del 2011. Esta semana se rompieron fuegos y el 24 de mayo, con la elección de unos 80 secretarios en los distritos de Lima y las regiones del país, la pradera aprista podría comenzar a incendiarse. Y todo indica que el presidente Alan García observará los fuegos artificiales para ver quién resulta menos chamuscado.
La pugna por la justa interna de la próxima semana desafía la fraternidad aprista. Tres candidatos claves de la corriente “jorgista” han sido tachados. El caso más llamativo es el de Reinaldo Díaz, en el distrito limeño de La Victoria. Si es sacado de carrera, quien correría solo es Víctor Guevara, el médico que fue involucrado en la reciente y escandalosa desaparición de documentos en el Ministerio de Salud. Al menos en Surquillo y Lima Provincias ya se avizoran encontronazos similares.
Luego de la elección de los secretarios, en el segundo semestre del año, será celebrado un congreso que culmine con un nuevo secretario general que reemplace al congresista Mauricio Mulder. Los estatutos apristas estipulan que éste es elegido por delegados que, como los secretarios distritales y regionales, son sometidos al voto de los militantes.
Pero ahí comienzan los problemas y estas no son precisamente primarias gringas. Los críticos del actual sistema señalan que los secretarios tienen la posibilidad de manipular la estructura de los delegados. Además, el “mapeo” que se haga de cada distrito y región, pues el número de delegados es determinado según el número de militantes de las localidades, también es objeto de recurrente sospecha. En 1999, por ejemplo, hubo alrededor de 800 delegados. En el 2004, 617. Las denuncias por adulteraciones de los padrones, como las que ahora adelanta el parlamentario andino Wilbert Bendezú, son materia de todos los procesos.
Más aún, la votación final de los delegados también puede sufrir de imprevistos giros. El ejemplo extremo es el del anterior congreso del 2004. Del Castillo postulaba a la reelección y sus contrincantes con mayor peso eran Mercedes Cabanillas y Mauricio Mulder. Pero el mismo día de la elección no se habían oficializado las listas.
El presidente del partido, Alan García, impuso la idea de una lista única contra la oposición de las bases que apoyaban a Del Castillo. Según CARETAS 1827, Del Castillo contaba con el apoyo del 45% de los delegados, mientras que Mulder tenía 15% y “Meche”, 20%. La imposición de García motivó que 132 delegados no emitieran su voto como forma de protesta. Del Castillo debió tragarse el sapo y compartir la secretaría general con Mulder. Cabanillas, mientras tanto, fue elegida presidenta de la dirección política. Al jurar como premier, Del Castillo quedó fuera de la torta partidaria.
García no se la hizo fácil al ex alcalde de Lima. Ni entonces ni cuando lo tuvo en ascuas para designarlo primer ministro. Hoy el presidente se muestra mucho más cercano a los “cuarentones”, con varios de los cuales viajó a Trujillo el lunes, adonde inauguró varias obras.
Los opositores de estos advierten que la influencia de Agustín Mantilla es innegable. El ex ministro del Interior es, por cierto, enemigo jurado de Del Castillo. Algunos de los “cuarentones”, como Arana, han sido estrechamente vinculados a Mantilla, pero Omar Quezada declaró al diario La República que “no es un factor”.
Un destacado aprista advierte que “el juego de Jorge es muy arriesgado”, y que apenas se decida a disciplinarse frente a García, el mandatario no dudará en entregarle el control del partido. Pero hasta ahora la opción de Del Castillo es construir un perfil propio y diferenciado del de AGP. Entre los gallos de tapada de García comienza a sonar el del actual presidente del Congreso, Javier Velásquez Quesquén.
No es, sin embargo, ni remotamente comparable a otras situaciones como el cisma entre Villanueva y Andrés Townsend. Nadie en el APRA puede darse el lujo de ser antialanista. Los matices se establecen en la forma de asentir.
Ello se reflejó en la parafernalia del evento del martes. Las gigantografías destacaban a García en inauguraciones de obras y en la pantalla se proyectaba su foto con Víctor Raúl Haya de la Torre. La foto más grande era la de Del Castillo entregándole la bandera nacional a su regreso al país en el 2001.
Los cercanos a García ya dan por descontada su candidatura presidencial en el 2016, pero un cartelón abogaba “por la continuidad del gobierno aprista al servicio del pueblo”. El rumor de un Alan como cabeza de lista parlamentaria al 2011, pues ya no existe la figura del senador vitalicio, toma cada vez más fuerza. No hay nada dicho sobre la fórmula oficialista pero, indudablemente, quien tenga el mango de la sartén partidaria tendrá una voz a ser escuchada. Entre los benjamines del Club Huancayo, desconocidos para la mayoría, hubo ejemplos interesantes de oratoria. Carlos Armas del Callao, un explícito seguidor del estilo alanista, fue de los más notables. La arequipeña Patricia Losada, quien por cierto es esposa de Miguel del Castillo, tuvo una intervención mucho más flamígera en la que lamentó que muchos los vean como un “partido de ladrones”. Tampoco calló sus críticas a la metodología electoral. “No podemos permitir que una voz nos diga, éste es el secretario general”, exclamó. “No permitamos que nos sigan dividiendo los apetitos personales de quienes quieren capturar al partido”. Señalando a los jóvenes del estrado dijo: “Estos son los soldados que Alan eligió en el 2001, cuando tenía 2% y 4% en las encuestas. No aquellos soldados que ahora aparecen porque somos gobierno”.
Para suerte suya, no tiene actualmente un cargo público. Sina Santa María es ex viceministra de Agricultura y hasta la semana pasada gerente del puerto de Salaverry. Aunque se han esgrimido razones administrativas para su salida de ese puesto, el portal www.trujilloinforma.com vincula directamente la remoción con sus declaraciones contra los “cuarentones” en CARETAS 2075.Varias fuentes consultadas afirmaron que otros integrantes del grupo colocados en la administración pública, por lo general cuadros técnicos, han sufrido advertencias y amenazas de despido luego de la mencionada publicación. Ya se afilan los cuchillos por Alfonso Ugarte

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