miércoles, 27 de mayo de 2009

La píldora de la eterna polémica

Mientras el Ministerio de Salud reparte la píldora del día siguiente o Anticoncepción Oral de Emergencia (AOE) en hospitales públicos, una ONG católica espera que el Tribunal Constitucional acoja sus razonesy detenga su distribuciónn. La polémica ha surgido por enésima vez. Aquí los argumentos esgrimidos desde ambas orillas.Por Raúl MendozaEl doctor Eduardo Pretell, ex ministro de Salud, explica que del millón de embarazos anuales en el Perú, más del 50% no son deseados. Y al no serlos, gran parte acaban en abortos clandestinos. Las autoridades peruanas conocen el problema y, como parte de su política de salud pública, deben proporcionar acceso gratuito a los métodos anticonceptivos a la población. Uno de ellos es la Anticoncepción Oral de Emergencia o “píldora del día siguiente’, el único método post coito. Hoy existe una polémica en torno a este tema. Si hasta ahora el Ministerio de Salud distribuye la pastilla gratuitamente en hospitales y centros de salud públicos, es posible que en unas semanas o meses esta política pueda verse detenida. La ONG católica “Ala Sin Componenda” ha apelado ante el Tribunal Constitucional una sentencia del Poder Judicial del año pasado que consideraba ‘no abortivo’ dicho método y ha pedido la revisión del caso. El mes pasado el Minsa y la ONG presentaron sus argumentos ante el TC. Ahora solo queda esperar la sentencia.Voces a favorEl médico y ex ministro Eduardo Prettel, quien firmó la resolución ministerial que el 2001 incluyó la AOE como método anticonceptivo en el país, señala que no es posible reclamar desde bases teóricas que la píldora es abortiva. “Una vez producido el coito, los espermatozoides no llegan inmediatamente al óvulo sino que se quedan en el cuello uterino. Luego el óvulo tiene que descender para unirse. Si logran reunirse existe un periodo de tiempo hasta que haya reproducción. Y todavía pasan algunos días para que ocurra la implantación. En ese periodo actúa la píldora”. La pastilla debe tomarse después de una relación sexual sin protección, dentro de las primeras 72 horas. Cuanto antes, mejor. Después ya no es útil. Sus efectos son dos: espesa el moco cervical y detiene el avance de los espermatozoides, al tiempo que impide la ovulación. “Esto está reconocido por la evidencia médica. No hay efecto abortivo”, señala Susana Chávez, de Promsex. Hay más. Según la Organización Mundial de la Salud, este método ya no es efectivo “una vez que el proceso de implantación ha comenzado, y no causará un aborto”. No obstante, según la OMS, “no son apropiadas para uso regular como un método anticonceptivo rutinario”. Entonces ¿en qué circunstancias debería usarse? Los casos son numerosos para la organización mundial, pero los principales son: 1) Cuando no se ha usado un método anticonceptivo y hay riesgo de embarazo. 2) En caso de agresión sexual, cuando la mujer no está protegida con un método anticonceptivo. 3) Cuando hay falla del método anticonceptivo o uso incorrecto: el olvido consecutivo de 3 o más píldoras de uso diario, rotura o deslizamiento del condón, retraso por más de una semana de la inyección anticonceptiva, etc. Susana Chávez de Promsex señala que hay quienes tienen una relación fortuita, eventual, mientras no están usando un método. “Eso pasa entre adultos, es una realidad. Para esos casos sirve la AOE”. También explica una situación específica que es muy recurrente: la agresión sexual contra mujeres que están en proceso de divorcio o separación. “Muchas veces el marido la viola para embarazarla y evitar que se vaya, o por venganza porque ya se fue. Ellas necesitan este método”, explica.La visión católicaSi bien la ONG “Ala Sin Componenda” ha sido la que ha tenido el protagonismo en contra de la “píldora del día siguiente”, en general distintos sectores católicos se han opuesto reiteradamente a la implementación de este y otros métodos anticonceptivos. Para José Luis Garrido Lecca, director de la institución católica, “la píldora es abortiva y todos aquellos que abogan por su distribución son pro abortistas”.Sus objeciones contra “las pastillas del día siguiente”, como las llama, se basan en que la píldora tendría un tercer efecto además de impedir la ovulación y detener el avance de los espermatozoides: evitar la implantación de un óvulo fecundado en las paredes del endometrio (útero) y eliminarlo en los primeros siete días en que esto ocurre, lo que configura un aborto. También indica que detrás de su distribución y venta están “las grandes industrias abortivas que se enriquecen mundialmente”.En la documentación presentada en el proceso que ha seguido en el Poder Judicial para detener la distribución de las pastillas, “Ala Sin Componenda” también señala que este tipo de pastillas serían 50 veces más poderosas que las pastillas normales, ocasionarían daños en la salud de las mujeres –en los ovarios y el útero– y desordenarían el sistema hormonal. (Al respecto, la OMS ha señalado que el uso frecuente podría causar irregularidades menstruales, pero “su uso repetido no representa riesgos conocidos para la salud”).Una larga peleaLa oposición de esta ONG religiosa y otras instituciones vinculadas a la Iglesia Católica no es de ahora. La pelea empezó desde el año 2001 en que el Ministerio de Salud –durante el gobierno de Valentín Paniagua– aprobó incluir la AOE entre los métodos anticonceptivos. Sin embargo, nunca se implementó porque los dos primeros ministros del siguiente gobierno –Luis Solari y Fernando Carbone– tenían posiciones conservadoras. Recién con la llegada de Pilar Mazzetti empezó la distribución propiamente dicha.Ya antes de esto, el 2002 un grupo de la sociedad civil a favor de la ‘píldora del día siguiente’ interpuso una demanda de cumplimiento ante el TC para que se distribuyera en los hospitales. Y el 2004 “Ala Sin Componenda” también interpuso una acción de amparo para que el Minsa no lo hiciera. En noviembre del 2006 el TC les dio la razón a los primeros y sentenció que el Estado peruano “deberá cumplir el mandato de poner permanentemente a disposición de las ciudadanas y ciudadanos los insumos del AOE de manera gratuita, al igual que otros métodos anticonceptivos”.A pesar de esta sentencia y de otra del Poder Judicial del 2008 en el mismo sentido, “Ala Sin Componenda” ha recurrido otra vez ante el TC indicando que esta vez debe pronunciarse sobre si la ‘píldora del día siguiente’ es abortiva o no, pues en la anterior sentencia no trató el punto. “La OMS y un sinnúmero de instituciones como el Colegio Médico, el Ministerio de Salud e instituciones académicas se han pronunciado por que la AOE no es abortiva. Y, sin embargo, la Iglesia insiste porque busca que los métodos anticonceptivos no sean parte de las políticas públicas. Están dominados por su posición confesional”, dice Susana Chávez. La Iglesia por su parte se ampara en la defensa de la vida y los derechos del niño por nacer.Actualmente las ‘píldoras del día siguiente’ se venden también en las farmacias entre 25 y 30 soles, incluso sin receta. Si se cancela la distribución gratuita solo la comprarían quienes pueden. La pregunta es: ¿qué pasa con los más pobres?”. Para el final queda una pregunta: si el condón no produce ningún efecto más que el de ser una barrera, ¿por qué también es condenado por la Iglesia? El caso en el mundoEsta semana en España se aprobó la venta sin receta médica de la “píldora del día siguiente” en las farmacias. El gobierno español lo decidió como parte de sus medidas para evitar embarazos no deseados y poner freno a los más de 100 mil abortos anuales en ese país. En tres meses –cuando el medicamento ingrese al listado de venta sin receta– España se sumará los 46 estados que actualmente venden el medicamento sin exigir prescripción, entre ellos Estados Unidos, Francia, Reino Unido, India o Portugal. En Francia se redujo en 20% el numero de abortos desde que la píldora se vende libremente. No obstante, la polémica con sectores católicos se da en todos los países. Un problema de salud pública“Es importante el acceso de la población a los métodos anticonceptivos, entre ellos el de la Anticoncepción Oral de Emergencia. Está demostrado, según datos de la Organización Mundial de la Salud, que anualmente hay cuatro millones de abortos clandestinos en América Latina. Se ha estimado que en el Perú los abortos alcanzan los 150 mil anuales. Y como no es legal y se hace en condiciones no adecuadas, muchas veces causa muerte materna, complicaciones post-aborto y deja secuelas, lo que ocasiona un alto costo social y económico. Es un problema de salud pública. Otro problema adicional: los embarazos no deseados provocan el abandono de los niños, ya sea porque el padre no se hace cargo o la madre no puede mantenerlo. Por eso es clave el acceso gratuito a métodos anticonceptivos. Soy católico, pero diferencio entre una cuestión doctrinaria y un tema científico”. Dr. Eduardo Pretell

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