Bien lo decía ya el Dr, raul Ferrero – a quien tuve el gusto de conocer en una visita que hice el 2018 al Tribunal Constitucional-, “preocupa comprobar el deterioro que viene sufriendo cada vez más, en los últimos años la clase política”, y es que hoy podríamos decir luego de todo lo revelado a raíz del caso Odebreth, la cantidad de gobernadores, alcaldes y regidores presos, que la situación ya es desbordada y casi nadie confía en los políticos ni autoridades, siendo hoy lo más fácil criticar a quienes actúan en el campo político y dedicarle desde improperios, hasta imputarles algún acto ilícito, por ende tratarlos con desprecio y expresiones duras, por no decir ofensivas, poniendo en un mismo saco a todos sin distinguir los buenos de los malos.
Ligeramente
se califica despectivamente a toda autoridad, alcaldes, regidores, concejeros,
gobernadores, líderes de partidos, imputándoles ser responsables absolutos de
todos los males posibles y culpándolos de todo lo negativo, como de las desgracias
que ocurren a nuestros alrededores.
No existe hoy, nada más sencillo que cauce tanto morbo y hasta placer ciudadano, que despotricar a d
iestra y siniestra de nuestros gobernantes, y de los aspirantes a cargos públicos, culpándolos de ser los grandes responsables de todo aquello que no funciona en sus vidas, y claro de las desgracias que como país, hoy padecemos, donde los cargos de elección popular están en primera fila, las cargos políticos como los sub. Prefectos y prefectos están sujetos a menores señalamientos, debido en gran parte a que sus cargos no son tan apetecibles.Vuelvo
a citar al Dr. Ferrero cuando sostiene que; “existen
personas decentes y correctas que actúan en política a quienes les corresponde un merecido respeto, y
no su inclusión en generalizaciones
negativas”, y es que la sociedad reclama mejores políticos y
autoridades, pero olvidan que son ellos quienes eligen muchas veces a impresentables
o improvisados, por ende el primer paso para
mejor nuestro sistema
político y el nivel de autoridades es reducir la opinión arraigada
en la opinión publica de que los
políticos de que no es posible separar los políticos responsables y correctos de los otros, por el bien del sistema
democrático y de nuestra misma
clase dirigencia, pues de lo contario ahuyentáremos a las personas
decentes y probas de la función pública, como a los jóvenes donde
reposa hoy la reserva moral
Pues
no es verdad que la mayoría de políticos sean inmorales, irresponsables y
corruptos, pues existen y puedo dar fe de ello, también políticos de gran
sentimiento social, empáticos, capaces y visionarios y grandes gestores, que
sacrifican carreras, dinero, familia y tiempo. En este objetivo contribuirían
mucho la prensa, los jóvenes con ideas contemporáneas, al no generalizar a
todos, al no emitir juicios de valor que
no les conste, a no prestarse a la infamia, al comentario ligero y suspicaz,
cuando no les conste aquello que
consideran ya una verdad, como cata quinos
y ancashinos tenemos la
obligación histórica de aportar nuestro civismo, y espíritu reformista de lo
que queremos construir, solo posible jubilando todas esas ideas y actitudes de quienes ya cumplieron con el distrito y la Región, es
el momento de nuevas ideas y formas
de hacer política, con crítica y propuesta y sobre todo son coherencia y amor a nuestro distrito de Catac.
Catac,
02 de junio del 2020.
Wilmer
Castillo Gamarra.