Experto en temas de violencia urbana
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El marco teórico y los conceptos sobre la violencia juvenil urbana son importantes pero estos deben ser desarrollados y confrontados desde y con la experiencia práctica. Desde el trabajo efectivo con los niños, jóvenes excluidos de la sociedad, etiquetados como pirañas, pandilleros, explotados sexualmente, victimas de la violencia social - familiar y que son débilmente atendidos por proyectos implementados por ONG's y las Entidades públicas
Algunos "especialistas" en varios casos solo ven este problema desde sus cómodas oficinas o recogiendo información de terceros. Sacando conclusiones y proponiendo alternativas que pueden sonar muy coherentes pero que llevadas a la practica fracasan u obtienen muy pobres resultados, más allá de sus buenas intenciones. Realizan análisis y elaboran lo que ellos creen son soluciones a los problemas sociales anteriormente mencionados. Pero cuando estas "alternativas" tienen que ser ejecutadas por lo que están en el frente de batalla es decir en las propias comunidades, sirven de poco y en ocasiones causan más frustraciones, mostrando en el mejor de los casos "vistosos resultados" iniciales que son insostenibles. Si más bien trabajamos e incluso vivimos en estos mundos llenos de exclusiones y marginaciones, escuchando su visión de ellos – que nos causa desazón por no decir lo menos – podremos hacer análisis y propuesta de intervención para la prevención en la delincuencia que este articuladas a los procesos sociales, a los esfuerzos que en las familias, las comunidades y desde los propios jóvenes se están dando.
Ser parte del proceso...
Es que cuando se realiza un análisis uno tiene que hablar de los orígenes de la problemática y para esto haremos un ejercicio. Imagínense cualquier barrio de Lima - también lo pueden hacer pensando en el resto de las regiones – donde un joven o un grupo de jóvenes que empiezan a experimentar con la droga más asequibles a ellos que en su mayoría es marihuana. Esto sucede cuando son jóvenes que aun no rompen su vinculo familiar, necesitan construir o integrase en redes sociales que les permiten enfrentar el mundo en el que se encuentran. Un mundo donde sus padres deben trabajar 10, 12 14 horas dias por salarios miserables dejándolos sin adultos que los orienten, son quien los acompañe o siquiera los escuche.
En ocasiones sus padres están tan o más confundidos (Y asustados) que ellos mismos, porque lo único seguro es que casi nada es seguro, empezando por el empleo, la comida del día siguiente o la seguridad personal. Aquí podemos ver mejor que en cualquier otro espacio, la crisis de un modelo que tran las grandes cifras, los barrios lujosos y las grandes tiendas, esconden un mundo en que las familias y sus jóvenes tienen pocas alternativas y menos esperanzas. Las pandillas crecen, se extienden y los podemos ver en los parques, en las esquinas, en cualquier espacio que les permita juntarse, y construir redes para enfrentar la vida. La comunidad (alimentada por los medios de comunicación y la falta de reflexión e información) los ve como grupos de jóvenes que no tienen nada que hacer, creyendo que la solución es llamar a la policía que responde con que no cuenta con medios para intervenir (Lease arrestar)
Y el barrio comienza a cambiar...
Que pasa luego? a ese pequeño grupo se adhieren más jóvenes, primero invadiendo las esquinas, parques y no hacemos caso. Los vecinos comentan que clase de padres tendrán, que pasa con serenazgo? Y luego los vecinos empiezan a reunirse para la gran solución: Las Rejas
Si lo vemos esto como una economía de mercado a alguno de estos jóvenes que compraban drogas en otro barrio, se le ocurre venderlas dentro del barrio ya que esto le agenciara un dinero, y podrá fumar o inhalar ganándose alguito. Pero como en toda economía de mercado salen otros vendedores, y el barrio empieza a tener más problemas, los vecinos empiezan a cerrar sus puertas los niños ya no salen a la calle a jugar.
En las calles los jóvenes que consumen se van dando cuenta que atemorizan al barrio posicionando de las esquinas ¿y la intervención? Bien gracias y los Municipios, haciendo casas de la Juventud, organizando paseos en vacaciones y la intervención policial brilla por su ausencia.
Luego que los jóvenes que consumen, de los que venden se aúnan otras personas más, en este caso son los que venden licor o mejor dicho las bodeguitas que se dan cuenta que pueden vender más cosas (cigarros, alcohol) en algunos casos se vuelven casa de empeño,¡ hey pero algunos jóvenes se paltean fumar en la calle,¡ para eso se prestan casas o mejor dicho se pagan por servicios temporales para fumar dentro de ellas. (Observemos como un barrio apacible se va desconfigurando)
El tiempo pasa y esos jóvenes que empezaron fumando como diversión y a la cual la policía, no les hizo caso, los vecinos pensaron como solución instalar rejas y la policía aun no consigue gasolina y los municipios siguen inaugurando filiales de la casa de la Juventud, se siguen deteriorando ahora pasan al robo en un primer lugar llevándose las cosas de la casa, robándole a las tías, llevándose las cosas de los primos etc, ¿Pero un momento y eso quien lo compra? Adivinaron en el apacible ex barrio donde los niños jugaban en su parque, los vecinos salían a conversar donde el carro se dejaba con tranquilidad en la puerta de la casa ¡AH QUE BELLOS TIEMPOS¡
Los jóvenes atraen otros jóvenes de otro barrio muchas veces más feroces, mas avezados que ya les enseñan a cogotear, a robar en taxis, a estafar en pocas palabras le enseñan la Maestria de la delincuencia, ¿Y el barrio? Se volvió una comunidad delictiva, donde los jóvenes para adquirir más dinero ya compran armas, secuestran, etc. El proceso de construcción social, en que la comunidad se encontraba desde su creación, termina de paralizarse, se detiene sin la capacidad de reponerse y responder a los cambios. Mientras tanto los vecinos se pusieron de acuerdo para las rejas, la policía no encuentra la gasolina, y los Municipios bien gracias.
Construyendo una ciudadanía desde las familias y los barrios
Algunos dirán que las causas son estructurales y tienen razón. Pero no podemos por eso no hacer nada, o suponer que los problemas de fondo se resuelven por decreto. Debemos desde el gobierno nacional, con el nuevo Ministerio de Inclusión Social, el Consejo Nacional de Juventudes, junto con los Gobiernos regionales y locales, establecer una hoja de ruta nacional, que dote a la diferentes instituciones publicas y privadas de un diagnostico (recopilando los estudios que se han hecho) evitando caer en el llamado "síndrome del análisis que paraliza la acción". Desarrollando una gran red nacional que comparte experiencias y recursos para su implementación local.
Estas intervenciones deben partir de estrategias de prevención en los espacios donde frecuentan estos jóvenes. Allí es donde se puede empezar algo grande (No en costosos eventos de expertos). Insertándose en los procesos sociales en los mismos barrios con la participación de las familias para que son ellos se acuerden las alternativas, proponiendo un abanico de mejores practicas basadas en resultados. Sería bueno tener un frente mixto donde los vecinos alerten de lo que está pasando en el barrio, la policía adquiera los conocimientos de trabajo que hacen las ONGs que con su experiencia han logrado cambios en diversas comunidades y donde incluso participen las empresas privadas.
Capacitarse para el trabajo con estos jóvenes que los Municipios hagan espacios en las comunidades previniendo la deserción escolar, creen programas donde los jóvenes puedan recrearse sanamente, desarrollando políticas publicas en beneficio de los mismos.
Donde los padres de familia de las comunidades intervengan en el desarrollo de las mismas que el presupuesto participativo deje de ser un concurso de construcciones y pase a ser un concurso de Desarrollo Humano. Hablamos de un proceso que debe venir y ser conducido por los mismos actores sociales, por las familias y los jóvenes. Ellos tienen muchas de las mejores respuestas (No las únicas) porque se han experimentado y logrado éxitos individuales y familiares, que ahora debemos hacer comunitarios.
Créanme que no es difícil esto ya se ha hecho en pequeña escala y es realizable solo falta el compromiso de todos para vencer este problema que luego , estoy más que seguro será incontrolable sino miremos a México, Guatemala o Brasil donde el crimen organizado ya tiene zonas urbanas liberadas
Estoy seguro que aquel que lea esto podrá ver lo que pasa o paso en su barrio y todo por no intervenir en el momento justo