miércoles, 13 de mayo de 2009

Demandan detener la caza indiscriminada de guanacos


Jane C. Wheeler es la presidenta del Instituto de Investigación y Desarrollo de Camélidos Sudamericanos (Conopa), y hasta hoy no sabe por qué no se impulsa algún plan o campaña nacional —tal como ocurrió alguna vez con la vicuña— para evitar la desaparición de uno de los camélidos sudamericanos poco estudiados científicamente que habita en nuestro país: el guanaco (“Lama guanicoe cacsilensis”).
En todo el territorio solo existen poco más de tres mil ejemplares, aseguró la también investigadora de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, quien junto a un equipo de científicos viene evaluando, desde el 2003 y con apoyo financiero de la Iniciativa Darwin del Gobierno Británico, la situación poblacional y genética de este animal.
“No existe mucha información científica sobre este camélido. Y como son silvestres, resulta difícil capturarlos para su respectivo estudio. Por ello, para investigar su genética tuvimos que recolectar muestras de heces y emplear modernas técnicas para conocerlas un poco más”, refirió.
Fue así como se llegó a determinar que este animal presenta una gradual variación genética que va del norte al sur de nuestro país. “En conclusión, no existen barreras entre las poblaciones de guanacos en este país”, sostuvo.
La doctora Wheeler informó además que, por medio del programa de simulación llamada Vortex (de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), se calculó que en unos 30 años desaparecerían los guanacos de nuestras tierras, si es que no se frena la cacería ilegal indiscriminada y no se pone en práctica una política nacional para salvaguardar esta especie.
“La población de guanacos en Puno es la más amenazada y es la que requiere medidas urgentes”, dijo Wheeler al tiempo de advertir que se necesita planificar una conservación distinta al modelo que se empleó con la vicuña, porque resulta inadmisible que se piense en un uso sostenible de este animal cuando apenas existen tres mil ejemplares en todo el país.
La misma opinión la tiene el biólogo y estudioso de camélidos sudamericanos Domingo Hoces Roque, quien considera “un gran error valorar a este animal solo como opción comercial de su fibra, por ser camélido”.
“El guanaco es una especie silvestre y un recurso natural renovable de importancia ecológica y económico-social. Tiene un enorme potencial de contribución al desarrollo social y alivio de la extrema pobreza de las 30 poblaciones locales que conviven en su hábitat natural, mediante su conservación y uso indirecto (turismo ecológico) según su condición actual de especie en peligro de extinción”, recomendó.
Hoces dijo que para salvar a este camélido de la extinción primero hay que reconocerlo como especie silvestre (no ganadera) y hacer con él los esfuerzos y la cruzada que exitosamente se logró con la pava aliblanca, con el mono choro cola amarilla. “A ellos, para darles importancia, protegerlos y salvarlos de la extinción nunca se les puso como condición previa tener un valor mercantil o producto que comercializar inmediata y masivamente”.
LA FICHANombre: “Lama guanicoe cacsilensis”Dimensiones: 1,10 m de largo, 1,20 m de altura y 100 kg de peso en promedio.Hábitat: Suele vivir en zonas ubicadas entre los 1.000 y 3.800 m.s.n.m.Explotación: En Argentina y Chile se aprovecha su pelo (fibra más delgada que la alpaca) y su carne.

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