sábado, 20 de junio de 2009

Petroaudios: La hoja en blanco



Gerardo Saravia
A continuación una recapitulación de lo avanzado hasta el momento en el proceso que se sigue al escándalo de corrupción a raíz de los llamados petroaudios.
“…………………………………………………………………………………….”.

Continuamos con una ajustada síntesis de todas las pruebas acumuladas durante dicho proceso:
“…………………………………………………………………………………….”.

Fin del artículo.
No es broma, no es broma. Tampoco es una propaganda de Interbank, aunque pueda tener algo de truco. Sucede que el vació absoluto es lo más cercano a la realidad cuando se trata de explicar lo acontecido después de 10 meses en que se destapó por primera vez los famosos petroaudios que puso en pindinga a importantes dirigentes apristas y del gobierno en la fraudulenta concesión de lotes petroleros. El escándalo tocó hasta un peldaño más abajo de la mismísima presidencia: cayó el primer ministro y se involucró al secretario presidencial y a su secretaria personal.
¿Cómo van las cosas? Nadita de nada.
El fantasma de la hoja en blanco que de tanto en tanto persigue a los escritores ahora es una realidad inalterable que persigue a los periodistas, pues el único resultado que puede exhibir el proceso judicial, hasta el momento, es una sola persona en cárcel, Rómulo León Alegría, quien al menos ya ha sido absuelto del primer juicio que se le hizo por el cargo de asociación ilícita para delinquir.
Por lo pronto todo marcha viento en popa para León Alegría y sus amigotes.
Peor aún, el juez Jorge Barreto encargado de este proceso, ya ha declarado que los petroaudiosno serán admitidos como pruebas válidas. Es decir todo aquello que escuchamos hace unos meses y que en poco tiempo pasó de indignación a vocabulario popular: faenón, aceitada, honorario de éxito, operar sin anestesia y demás peritas, no se van a considerar como delito.
“Si mañana aparece un video donde están matando a una persona este juez puede decir que ese video como no se obtuvo legalmente el asesinato no tiene valor y por lo tanto no se podría sancionar al asesino, quien además no te va a decir yo te autorizo que me graves como voy a matar”, señala el abogado y ex congresista Heriberto Benitez. Puede afirmarse que actualmente León Alegría esta purgando cárcel sin tener una sola prueba legal que lo implique. Se espera que sea el CPU encontrado en su oficina y los documentos que de ahí se extraigan puedan, esta vez si, convertirse en pruebas válidas y contundentes.
Aunque Fernando Rospigliosi no se ahorra en suspicacias, bastante comprensibles: “La computadora ha viajado de un lugar a otro y a estas alturas nadie sabe que quedará en ella. A juzgar por el nivel de control y manipulación que tiene el gobierno de las instancias judiciales que ven el caso, no sería extraño que ya hubiera desaparecido parte de la información”.
Si hay una persona que sabe de procesos anticorrupción es Luis Vargas Valdivia, ex procurador en esta materia quien no solo tuvo a su cargo la investigación de los casos de corrupción más prominentes del fujimontesinismo, sino que también se fajó con el poder de turno, durante el régimen de Toledo. Vargas Valdivia igualmente percibe una pasividad para tratar el caso de los petroaudios no solo del juez, sino de todos los actores involucrados:
“Todo lo que se ganó, en transparencia y confianza respecto al juicio de Fujimori, la demora en estos procesos está revirtiendo el concepto que tiene la colectividad con respecto al poder judicial. En realidad podría no demorarse tanto. Podría imprimírsele mayor celeridad, pero todo depende también del apoyo que reciba, no sólo del poder judicial, sino también del propio Estado. El Estado podría implementar una partida especial para solucionar el problema de los peritos, que es un tema crucial; nos hemos pasado cuatro meses buscando peritos”.
El ex procurador cuenta que en la época en que ellos estuvieron a cargo de la procuraduría esta recibía mayor apoyo del ejecutivo. Ahora en cambio el presupuesto se ha reducido considerablemente.
Los periodistas que destaparon en un inicio la tramposa transacción petrolera están no solamente decepcionados sino que prácticamente han perdido la esperanza que exista una exhaustiva investigación que lleve al esclarecimiento y sanción de los involucrados.
Pablo O´Brien, ex director de la unidad de investigación de El Comercio y uno de los protagonistas del destape periodístico, no ve ningún avance ni real ni aparente: “Creo que no es necesario se muy perspicaz, para ver que el tema ha quedado en un absolutamente y total ocultamiento. No ha pasado nada en estos últimos meses, los jueces por un motivo u otro se han excusado de los que deben hacer: investigar el caso, encontrar a los responsables y sancionar a los responsables de esto actos. Tengo entendido que hay algunas investigaciones en curso que se han debido llevar a acabo la de algunos ministros que debe estar llevando a cabo la fiscal de la nación pero no se sabe nada de eso. Hasta donde yo tengo entendido, todavía no ya ningún resultado de la investigación”.
En un primer momento el gobierno quiso dar señales de compromiso en la lucha contra la corrupción. Lo que, en realidad, dio, y nadie lo duda, fue señales de buen reflejo político. García no dudó en hacer un eficaz enroque largo: convocó a Yehude Simon, un prestigiado presidente regional como alfil en el premierato y sacó a Jorge Del Castillo, un histórico aprista que hasta el momento se comportaba como sólida torre en la presidencia del gabinete.
Pero más nada. No se vio gran cosa después de esta jugada y de las primeras frases con que tipificó a su ex amigo y correligionario León Alegría. Lo de “rata” hace rato pasó, dejando el asunto, como tiene sin duda que ser, en manos del poder judicial.
Poderes secretos
Javier Villa Stein, estrenado presidente de la corte suprema y quien hasta el momento ha tenido audaces intervenciones mediáticas, cuando se ha referido a los petroaudios ha sido para respaldar la labor del juez Barreto:
“Nuestro respaldo total al juez Barreto cuya competencia, calidad y probidad están fuera de toda duda, pero aclarar que cualquier desabastecimiento del que pusiera ser objeto no es cierto que sea el resultado de omisión por parte de la gerencia general a quien también respaldamos”, se refirió Villa Stein a a algunas denuncias de falta de apoyo logístico con las que había excusado Barreto la falta de celeridad.
Extraña actitud en la principal autoridad de la Corte Suprema que no dudó en zarandear al juez Ticona por el caso de Genaro Delgado Parker.
“Así como yo defiendo a los jueces, también me pongo bravo cuando veo actitudes pusilánimes, y los jueces no deben comportarse como burócratas. Esto es indignante!”, dijo en esa misma oportunidad Villa Stein.
En realidad no debe extrañar. Si no nos preguntásemos ¿qué literatura pudo consultar el juez Barreto para llegar a la conclusión de que los petroaudios no eran pruebas válidas? Podemos sospechar que uno de sus gurú fue el tribuno Villa Stein quien en la época de los vladivideos se fajó por la idea que estos no eran pruebas legítimas.
Si la idea de Villa Stein hubiese prosperado en ese entonces quizá ni siquiera el mismo Montesinos estaría en prisión. Interesante nuestro personaje, exarticulista de La Razón, y principal hombre en la Corte Suprema hoy.
Pero claro, Barreto además de leer a Villa Stein en Expreso y La Razón ha tenido sus (de)méritos propios.
Heriberto Benítez el 2001 escribió:“Hace varios meses, un juez penal dictó una extraña resolución ordenando la libertad de Vladimiro Montesinos y amparaba su decisión en una Ley que estaba referida al cambio de nombre del Parque de Las Leyendas y cuando el hecho se hizo público, el magistrado, muy suelto de huesos, dijo que se trataba de un error mecanográfico. Nadie lo sancionó y, actualmente, sigue administrando justicia a nombre de la Nación”. No es una adivinanza, está clarito. El juez a quien en esa época se refería Heriberto Benitez es Jorge Barreto quien está a cargo del juicio de los petroaudios hoy y acaba de absolver a León Alegría de los cargos de asociación ilícita para delinquir.
El otro caso anexo al de los petroaudios es el de los chuponeadores de Bussines Track y compañía. Aquí si se vió desde el primer momento una rápida acción del poder judicial y mucha iniciativa y presión presidencial. Incluso intervino la Fiscal Gladys Echaiz, que no era propiamente la llamada a hacerlo, y Miguel Hidalgo jefe de la DINANDRO que, a pesar de ser un policía de méritos y trayectoria no era precisamente la persona naturalmente encargada de ver casos de corrupción. Post dato: Es muy cercano a García.Es cierto que en el caso de los chuponeadores se percibe mucho más celeridad y hay muchas personas detenidas esperando su juzgamiento. También se ha iniciado el deslacramiento de los USB y CPU pero también como sostiene Heriberto Benitez los comprometidos de sub oficiales para abajo ¿es factible pensar que solo los marineritos sostenían el negocio?:
“El caso de los chuponeadores avanza, pero solo compromete es a tres o cuatro marinos insignificante que en el peor de los casos van a darle una pena mínima o suspendida por que ya se sometieron a colaboración eficaz. Pero el tema de fondo que implica conversaciones irregulares reuniones probables para actos de corrupción, nada se ve . Porque en los audios están del Castillo con Canaán, que Canaán se fue a palacio, esos temas nadie lo ve. Eso se escucho y murió. Deberían realizar una investigación como debería de realizarse, citarlos como testigos, confrontarlos, pero en realidad nada de eso se quiere hacer”.

El caso de los petroaudios reveló a funcionarios de un gobierno que no termina de escarmentar de un histórico sambenito. Pero viéndolo en ritmo de FODA, la amenaza de la corrupción hubieran podido convertirla en oportunidad y la habrían podido hacer linda. Un escándalo de los petroaudios como un parto de aguas, donde el gobierno demostraba real convicción en la lucha contra la corrupción.
Pero no ha sido. Por algo será.

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