Auto de fe
"Nunca fui leguiísta. (...) Todo el que quiso, fue leguiísta, y fue leguiísta afortunado. (...) Ser leguiísta en el Perú, supone tener empleo, recibir dinero, ser enviado a Europa. (...) Nunca caí en la tentación a pesar de mi hambre. Fui tentado muchas veces. Me bastaba haber pedido, para obtener, y para obtener lo que hubiera deseado. (...) Discúlpese esta excesiva enumeración de detalles de mi vida que a pocos interesan. Pero (el poeta Alberto) Guillén ha tocado lo único que es tesoro de ella y excusable motivo de orgullo: mi lealtad a mí mismo. Creo que un instinto salvador me llevó siempre a no caer (en la tentación)".
QUÉ ES EL APRA
"El aprismo es un partido democrático de izquierda. (...) Lo que sí el aprismo exige de sus miembros es honestidad, sinceridad y firme propósito de sacrificio. Nosotros no somos una fuerza política para repartir puestos públicos. Nosotros no somos una fuerza política que haga falsas promesas. Nosotros estamos muy lejos de la demagogia (...); nosotros somos y seremos fuerzas de izquierda; la derecha ha fracasado".
EN LA LUCHA
"No soy un desesperado, y aunque soy una víctima de muchos errores que en algunos casos no son míos, no abrigo odio ni amargura contra nadie. Después de todo, cuando veo el triste fin de mis compañeros me siento orgulloso de mis sufrimientos y creo que comparto el dolor de todos. Sin embargo, si no supiera que mi vida es necesaria para el partido, hubiera preferido morir con ellos. Sólo a una gloria tengo envidia: la de nuestros mártires. Mi mayor ambición es la de morir con ellos. Si no supiera que tengo que vivir y trabajar, dirigir y enseñar, sería ahora el más feliz entre ellos. Pero, ¡ay!, tengo que vivir".
LA PRISIÓN
"Nunca creí que se usaran contra mí tantas medidas odiosas de tortura moral. Por más de dos meses no vi nunca la luz del día. Un fuerte foco de luz, permanentemente encendido sobre mis ojos, me hizo perder la noción del tiempo. Dormía indistintamente de día o de noche. Para mí siempre era de noche...".
La persecución
"Por ser el jefe, me convertí en el blanco principal de los ataques de (José Luis Bustamante, el presidente), aunque estaba dispuesto a jurar que ni yo ni persona alguna del partido había tenido nada que ver con la rebelión (de los marineros del 3 de octubre de 1948). No me quedó más remedio que esconderme. Viví en casas de amigos, en hoteles que aparentemente estaban a salvo de las cuadrillas de sabuesos de Bustamante, y en casas de trabajadores apristas. (...) Mi madre murió el 19 de octubre y Julio César Villegas, ministro del Interior del gobierno de Bustamante, ordenó a la policía que me detuviera si me presentaba en el funeral. (...) Mi hermano Edmundo se arriesgó a ir. Los guardias que lo detuvieron le permitieron verla por un instante en su ataúd antes de arrastrarlo hacia la cárcel". El 27 de octubre Manuel Odría depuso a Bustamante y continuó la persecución. Haya se asiló en la embajada de Colombia. "La ama de llaves (de la embajada) nos contó sollozando que en la calle que está a espaldas de la embajada le salió al paso una señora elegante y le dijo: 'Vivo cerca y sé que usted trabaja en la embajada. Ayúdenos a matar al hombre que se ha refugiado ahí. Déle veneno y yo la ayudaré'".
EL PRESIDENCIABLE
"Lo que sí te pido (Luis Alberto Sánchez, quien escribía la biografía de Haya) es que digas esto que es un argumento silenciador: nadie discute en el Perú este hecho: si mañana mismo hubiese elecciones presidenciales libres y democráticas, Víctor Raúl Haya de la Torre, sin pronunciar una palabra, sería elegido abrumadoramente".
Ni un centavo
"En mi testamento (que escribió en Hamburgo, Alemania, en 1965) he renunciado en nombre de mi familia a que ningún miembro de ella pida o admita pensiones del Estado invocando mi memoria. Como político yo no he desempeñado ningún cargo público y no deseo que después de muerto aparezca alguien recibiendo dinero del presupuesto de la República en compensación o pago de servicios que no he prestado. Desautorizo y rechazo cualquier pedido o propuesta –más si ella viene del gobierno– que se haga en tal sentido y tomando mi nombre como coyuntura".
EL AMOR
"No me casé porque no he tenido tiempo y he sido un hombre pobre. No he tenido recursos para casarme. He vivido desterrado la mayor parte de mi vida. (...) Yo no he tenido derecho al amor, a los hijos, al trabajo mismo".
EL FINAL
"El poeta José Santos Chocano escribió un verso magnífico para decir que había vivido poco y que se había cansado mucho. Permítanme corregir este hermoso dístico. Yo he vivido mucho y me he cansado poco".
RUPTURA HISTÓRICA
"Yo siempre he simpatizado con (José Carlos) Mariátegui. Me parece una figura interesante del romanticismo, de la fe y de la exaltación intelectual de un revolucionario". "Mis objeciones fraternales a Mariátegui fueron siempre contra su falta de sentido realista, contra su exceso de intelectualismo y su ausencia casi total de un sentido eficaz de acción. Creo que no puede exigírsele más".
Sobre Benavides y Odría
1. "La convivencia fue una puerta de entrada para salir de la ilegalidad, que duró muchos años. (...) Nosotros hemos tenido de 1934 a 1945 once años de absoluta ilegalidad".
2. "El 45 tuvimos que someternos a las condiciones que nos impusieron, sobre todo el Ejército, que no quería que yo fuera candidato, por ejemplo. Por lo cual busqué un pacto con (el general Óscar) Benavides, por el cual ni él ni yo seríamos candidatos. Buscamos un tercero (José Luis), Bustamante".
Bajo la mirada de la historia
Una evaluación del legado político de haya tras 30 años de su fallecimiento. Germán Peralta, historiador aprista, y Eduardo Torres Arancivia, experto en historia política de la PUCP, contraponen sus puntos de vista sobre la herencia de Haya de la Torre.
VIGENCIA DE LAS IDEAS
PERALTA. "Haya nunca aceptó a los dictadores, siempre luchó contra las dictaduras. El Apra nunca luchó contra un gobierno democrático sino contra las dictaduras. Por eso se decía que cuando el aprismo no estaba vigente, era porque se estaba viviendo una dictadura en el Perú, porque lo primero que hacían los dictadores era enviar a las mazmorras a los apristas. Incluso en plena persecución, desde las cárceles, desde las catacumba, el Apra continuó combatiendo. Esa lucha por la democracia y contra cualquier forma de dictadura es uno de los grandes legados de Haya".
TORRES: "Las ideas de Haya están vigentes considerando que el Apra es el único partido que tiene el Perú y Haya fue el fundador. Entonces, es un partido moderno, vigente, vivo y las ideas de Haya están todavía allí, aunque con algunos matices".
El apra en el gobierno
PERALTA: "Hay que separar el gobierno aprista y el partido. El partido ha pagado tributo al tiempo. No olvidemos que hemos dejado de ser un partido de mayoría para ser un partido del 25%. El Apra ya no es un partido de mayoría y al llegar al gobierno Alan García ha considerado responder a las expectativas del pueblo que no votó masivamente, de tal suerte que ha tenido que formar su gabinete buscando representantes independientes como lo desea el electorado. Por lo tanto, el caminar de este gobierno no es el pensamiento completo del Apra. El gobierno no responde necesariamente a los preceptos ideológicos del Apra.
Sin embargo, siendo un presidente aprista, en medio de la crisis económica, está tratando, con un lenguaje moderno, de generar una política de favorecimiento a los más pobres, y esto, evidentemente, le cuesta mucho entender a un sector del Apra que quisiera ver un lenguaje más aprista".
TORRES: "El primer gobierno aprista (1985-1990), sorprendentemente, recogió mucho del Haya de los años 30 y 40, del Haya antiimperialista, beligerante y populista. Por eso hubo un desfase histórico en los años 80 cuando García aplicó el pensamiento de Haya de ese periodo revolucionario. Sin embargo, tenemos que decir que antes de que García lo hiciera, el general Velasco Alvarado practicó algunas de las reformas propuestas de Haya, pero de manera vertical, autoritaria y férrea que el propio Haya rechazó. Ahora vemos a un García maduro que recoge el postulado maduro de Haya, del Haya de los 50 en adelante".
Haya en palacio
PERALTA. "¿Cómo habría sido un gobierno de Haya? Esta pregunta es de predicción, por lo tanto, es difícil de contestar porque Haya no estuvo en el poder porque no se lo permitieron. La oligarquía era muy cerrada, era demasiado conservadora. Y abrirse paso con un gobierno reformista como lo planteaba Haya hubiera chocado con los sectores industriales y con los oligarcas. La mentalidad de los peruanos no estaba preparada para el cambio. El Perú se perdió una gran oportunidad de modernizarse. Haya hubiera sido un presidente muy humanista.
TORRES. "Haya señala en su libro Treinta años de aprismo en el Perú que todo contexto histórico debe ser evaluado para aplicar las políticas en ese momento. De modo que no podemos decir qué habría hecho Haya en una situación hipotética porque, como hemos indicado, hay un Haya antes y después del año 50. Alan García aplica esa tesis de Haya, enfatizando en su política la inserción del Perú en el mundo globalizado, alejándose del juego del socialismo desfasado".
Debate inconcluso
PERALTA. "La polémica entre Haya y Mariátegui no resolvió el problema de la descentralización, tampoco la inclusión social. Son los dos temas que ellos tocaron y lucharon para que se resuelva. El problema agrario se ha diluido porque cuando ellos debatieron el 80 o 90% de la población peruana era rural y hoy no es más del 37%, por eso es que en estos tiempos no se habla tanto del problema indígena sino del ciudadano".
TORRES. "La polémica entre Haya y Mariátegui no fue sobre un posible plan de gobierno sino solo y exclusivamente respecto a cómo lograr que el socialismo se aplique en el Perú. Mariátegui buscaba el camino del comunismo y Haya, mucho más centrado, buscaba la aplicación del socialismo pero dentro del análisis del contexto americano y tomando en cuenta la influencia externa. Cada uno planteaba su camino, pero el tiempo le dio la razón a Haya porque tuvo lo que no tienen los comunistas: la facultad de cambiar y aquilatar la realidad del momento. En cambio, Mariátegui era más ortodoxo en su metodología, aunque con algunas discrepancias sobre el comunismo internacional".
¿POR QUÉ NO HAY OTRO HAYA?
PERALTA. "Yo preguntaría porqué no hay en el Perú un personaje de la talla de Haya. Es muy difícil, estos hombres no nacen así nomás. No veo un joven político o a alguien que tenga ni un 10 % de la generación de Haya que era humanista, en el sentido de entender el país yreflexionar con una gran profundidad filosófica. Hoy veo gente muy mediocre en el parlamento, por ejemplo. Alfonso Barrantes dijo alguna vez que se parecía a un establo y no se equivocó. Pero no hay que perder la ilusión, seguramente aparecerán jóvenes con cualidades significativas.
TORRES. " Estamos en una época en que no hay ideología. Tenemos una juventud que no se siente identificada con ideologías porque no hay ideologías, porque todavía perduran los caudillismos y de eso no han podido librar los partidos donde el líder es el que manda y no la ideología del partido. Este es un mal del que adolecía Haya".
libros esenciales
PERALTA: "Para que entiendan a Haya, los apristas deberían leer 'El antiimperialismo y el Apra' y 'Espacio Tiempo Histórico', que son libros de reflexión filosófica en los que se rescata el yo y el otro en el campo de la interpretación histórica".
TORRES: "Como historiador le daría a un aprista que lea 'El antiimperialismo y el Apra' y '30 años de Aprismo en el Perú', para que descubra que el pensamiento político puede cambiar, adaptarse, modificarse, ser permeable y no rígido".
…Haya será
Javier Barreda [1]
¿Cómo pensar a Haya después de tres décadas de su partida? Pensarlo con mentalidad dialéctica, pensando que el mundo está en constante cambio, que las verdades son relativas en la política, que la ciencia en su evolución incesante modifica la organización social y la economía. Espacio Tiempo Histórico, Mensaje de la Europa Nórdica, Toynbee frente a los Panoramas de la Historia, Treinta Años de Aprismo, sus discursos, coloquios y entrevistas en los años 50, 60 y 70, son textos con una proyección futurista que desde el propio Aprismo no se han desarrollado por completo y desde fuera (desde la comunidad intelectual de izquierda y derecha) se han leído con desdén. Haya vio mucho más allá. En una última entrevista avizoró “el triunfo de una revolución técnica” y reclamó imaginación para una “buena política”. Según Haya, ello era una revolución diferente, que marcaría los tiempos nuevos. Ese será el Haya aún por descubrir.
[1] Presidente la Comisión de Ideología y Doctrina del Apra (1995-2000; 2004-2006)
En un chifa con Haya de la Torre
Una crónica olvidada de Alfonso Tealdo sobre la personalidad del líder. Alfonso Tealdo, director de la revista "¡Ya!", una de las
más polémicas de la segunda mitad del siglo pasado, conoció al líder aprista en una circunstancia muy peculiar que le permitió conocerlo a fondo. Aquí la historia.
Alfonso Tealdo.
Estábamos, entonces, en plena campaña política. Fue en los primeros días de junio de 1945. Yo acababa de regresar de la gira al sur con (José Luis) Bustamante. Vine con un resfrío de los mil demonios. Pero ese día iba a pronunciar un discurso Haya de la Torre en el Callao y yo nunca lo había oído hablar. Esa noche llovió. Haya de la Torre no fue puntual. Apareció en uno de los balcones de la Plaza Garibaldi con más de una hora de retraso.
Lo conocí esa noche del Callao. Lo conocí fortuitamente. Después de su discurso, fui a uno de los chifas de la calle Sáenz Peña. Quería tomar algo caliente que me aliviara. Había mucha gente. Los chinos gesticulaban, pálidos y nerviosos. A uno de ellos le oí, entonces, pronunciar el nombre de Haya de la Torre. Le pregunté si se hallaba allí, y él me contestó afirmativamente.
En un comedor reservado, en efecto, estaba. Al mirar por entre los barrotes de una reja, lo vi en el centro de una mesa. Comía. Él también me vio. Hasta ahora no sé por qué, pero hizo el gesto de los que invitan a pasar. Yo hice el gesto de los que no pueden hacerlo a través de una reja. Entonces, mandó que la abrieran e ingresé al comedor. Me hizo sentar a su lado. La comida china se presta para confraternizar. Para comer de un mismo plato. (...) Luego me dijo:
–¿Quiere usted viajar conmigo a Piura?
Acepté. Acepté porque creía que ese viaje no era tan inminente como resultó a la postre y a los postres. Porque de ese comedor, a los pocos minutos, salimos para Piura sin parar.
EL LIBRO secreto
Fue una carrera verdaderamente brutal. Hubo una breve detención en Trujillo y nada más. Durante el trayecto, sólo comimos naranjas de Palpa. Al pasar por Chiclayo, Haya de la Torre me dijo:
–¡Quiero regalarle un libro! Dígame cuál quiere.
Yo le respondí que iba a pensarlo. No se me ocurrió ninguno adecuado. Al cabo de unas horas, le respondí:
–Deseo "Por quién doblan las campanas", de Hemingway.
No le gustó a Haya de la Torre mi elección: una apología de los comunistas durante la guerra civil española.
Haya de la Torre cumplió con su ofrecimiento. Una tarde, en casa de Carcovich desapareció de repente. A la media hora regresó.
–Aquí está el libro que usted quería y otro que he escogido yo.
Abrí el paquete: en una rústica y muy pobre edición: "Por quién doblan las campanas", de Hemingway; y en una lujosísima edición inglesa dedicada: "Retratos romanos". Cabezas, bustos de tribunos, emperadores y guerreros. Fotografías de piedra eterna. Esa tarde, terminé de conocer a Haya de la Torre. (...)
Juegos de niños
En cierta ocasión, escuché un significativo diálogo entre el personero de una comunidad indígena y Haya de la Torre. Se conocían desde la infancia. Evocaban juegos y travesuras infantiles.
–¿Se acuerda –le dijo– cuando jugábamos haciendo buquecitos?
–En el canal de Moche, ¡cómo no! –respondió Haya de la Torre.
–Usted se obstinaba en que los buques navegaran contra la corriente (...).
¡Hacer navegar contra la corriente! Siempre contra la corriente. La oposición sistemática. Una fatalidad ahondada en la personalidad. Ineludible. Involuntario como un factor de ruina en la tragedia.
Porque Haya de la Torre no es un hombre para el triunfo sino para la lucha. Igual a un instrumento de la dialéctica. Un impulso hegeliano. (...) Así es Haya de la Torre.
cIFRAS
36.3% Votación que obtuvo Haya de la Torre en 1931 frente a Sánchez Cerro, que alcanzó el 50.7%. Fue un comicio fraudulento.
34.4% Votación conseguida por Haya de la Torre en 1963 frente a Fernando Belaunde Terry, que ganó con 39.1%.
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