miércoles, 19 de agosto de 2009

Conciencia con ciencia



El estado de conciencia podría pronto dejar de ser exclusivo de los humanos: las redes neuronales artificiales serían las responsables @articulo.titulo ) -->

Por Serapio Cazana

Una máquina que piense es ahora el sueño del hombre. Pero dentro de algunos años, la máquina también podría soñar con superar a los humanos en muchos aspectos. Actualmente, ya se ha diseñado un programa de computadora que diseña automóviles, compone canciones, inventa cepillos dentales, titula noticias y también puede desarrollar teorías científicas. Sus creadores hacen hincapié en que hay una gran diferencia entre estos dispositivos y la manera usual de crear inteligencia artificial.

Otro asomo a la ficción
En el filme 2001: Odisea del espacio, de Stanley Kubrick, uno de los personajes es la supercomputadora HAL 9000, la cual genera un pensamiento propio y decide eliminar a los astronautas de la nave perdida en el espacio. Y como pasa en otros campos, también en el terreno de la informática la ciencia ha ido persiguiendo las más osadas imaginaciones de los escritores y realizadores de ciencia ficción.
Recientemente, en declaraciones a The Futurist, Stephen Thaler –presidente de Imagination Engines, firma que se dedica a diseñar máquinas que sean capaces de producir inteligencia consciente– sostuvo que sus investigaciones se dirigen a imitar un estado de conciencia similar a la humana, y no únicamente programas que busquen soluciones dentro de las alternativas preprogramadas. El investigador menciona que la inteligencia artificial más conocida opera como si jugara con dados cargados, pues el sistema elige entre las posibilidades programadas de antemano, mientras que las máquinas creativas que él y su equipo diseñan producen información y procesos que en ningún momento les fueron enseñados.
Las computadoras pensantes usan una red neuronal artificial (RNA) y tienen iniciativas independientes, ya que simulan el funcionamiento del cerebro animal. Ya en 1975 Thaler percibió que si a una RNA se le introducían perturbaciones espontáneas externas, ello generaba información que nunca se había programado en el sistema. Es como si a una calculadora se la hubiera programado únicamente para sumar y restar, y que al producirle un golpe ella comenzara a ser capaz de multiplicar y dividir. De manera similar, las máquinas creativas disponen de un perceptrón que discrimina las ideas que son de mayor utilidad para la siguiente instancia, llamada imagitrón, la cual se encarga de hacer una selección más rigurosa y de producir nuevas asociaciones.
La inteligencia artificial tradicional también ha usado estos sistemas, pero ambos fueron diseñados por ingenieros informáticos. Ahora, lo sorprendente es que en el tipo de inteligencia que se está diseñando ni el perceptrón ni el imagitrón han sido programados por humanos, sino que los hace la máquina misma. “De alguna forma esto es salir de la cultura de la física y entrar en la teoría de la mente. Es un elegante y poderoso concepto, el cual tiene la amplitud y similitud de la cognición humana y de la conciencia”, afirma Thaler.

La última frontera
Por otra parte, Ray Kurzweil, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería de Estados Unidos, vaticina que para el 2029 las máquinas igualarán a la inteligencia humana, incluso en las emociones. Hasta ahora se suele pensar que las máquinas, desde las más simples a las más sofisticadas, operan según principios lógicos puros, sin que haya lugar a la casualidad. De la misma manera se cree que el pensamiento no lógico o artístico está reservado únicamente para el pensamiento humano. Sin embargo, con los descubrimientos descritos líneas arriba se evidenciaría que también un sistema electrónico puede tener un “pensamiento creativo” no lógico, o al menos haría uso de modelos lógicos distintos, como los discretos y difusos. Incluso, la intuición ya estaría en el campo de los robots.
Precisamente, la neurociencia explica que la creatividad se produce cuando las neuronas biológicas se salen del modelo “normal” de la percepción del mundo y hacen uso de procesos espontáneos, y clasifican lo percibido de una manera totalmente nueva, combinando las representaciones simbólicas en nuevos compuestos. Así, tal como cuando un mecánico usa un martillo para un fin distinto de aquel para el cual fue creado, se produce una nueva herramienta.

El miedo a la libertad
Pero si las máquinas llegan a tener inteligencia y sentimientos y, además, son capaces de tomar decisiones de manera independiente, ¿qué modales tendrán? Puesto que no todo les será programado, ¿cuál será su conducta frente a los humanos y frente a otras máquinas? Quizá haciendo alusión a HAL 9000, Thaler dice que para responder sobre las implicancias éticas de la conciencia artificial necesita un año y además un agente literario. En todo caso, toda tecnología tiene sus riesgos: puede acabar siendo un Terminator o un genio que se saca de la botella.


20000 a C: Se crean las primeras agujas de hueso

15000 aC: Se fabrican herramientas fundiendo el hierro

1882: Collodi publica la historia de un muñeco que piensa y siente, Pinocho

2029: Los robots igualarían al ser humano en inteligencia y sentimientos

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