domingo, 6 de diciembre de 2009

Murdoch se enfrenta a Google


Murdoch se enfrenta a Google

El magnate de los medios Rupert Murdoch ha amenazado con retirar los enlaces de sus periódicos del buscador más consultado del planeta. La razón: Google no le paga un dólar por el millonario tráfico que generan sus medios de comunicación virtuales. Escoltado por los editores de los principales periódicos europeos y estadounidenses, este empresario lidera una cruzada mundial para instalar un modelo de pago por acceso a la información. ¿Triunfará en su cometido por desafiar nuestra tan internalizada cultura de la gratuidad?

Por Ghiovani Hinojosa


Estas líneas iniciales cuestan. Corroborar los datos, entrevistar, viajar en plan noticioso, toda información periodística requiere de tiempo y de una inversión económica. Entonces, ¿por qué ofrecerla de forma gratuita en los portales web? Esta es la pregunta que se hizo hace poco el magnate australiano Rupert Murdoch, dueño de News Corporation, acaso el conglomerado mediático más poderoso del orbe (controla un tercio del tiraje de la prensa británica con diarios como The Sun y The Times; agrupa a los prestigiosos periódicos estadounidenses The Wall Street Journal y The New York Post; y dirige –además de la cadena televisiva Fox– decenas de servidores virtuales, productoras cinematográficas, editoriales y redes de satélite en todos los continentes).

“El periodismo de calidad no es barato y una industria que regala su producto está canibalizando su capacidad para hacer buen periodismo”, dijo hace pocos días en el canal de televisión Sky, también de propiedad suya. En esa ocasión, removió el panorama de las empresas informativas al anunciar que planea retirar los enlaces de sus medios de Google News, el servicio de indexación de noticias más consultado del mundo. El problema era, según afirmó, que este buscador se beneficia de millones de visitas de internautas que, sin ingresar en los portales originales, acceden a información desde las listas noticiosas. De este modo, el emporio de Murdoch –que produce alrededor del 25% de los datos que circulan en Google– dejaría de obtener millones de dólares por publicidad.

El siguiente paso del multimillonario de los medios fue coquetear con Microsoft para que su buscador Bing –que, si bien está lejos de alcanzar el tráfico de Google, ya posee cerca del 10% del mercado de búsquedas– ofrezca de modo exclusivo los contenidos de sus principales diarios digitales. Este convenio –que implicaría una fuerte inversión financiera de parte de Microsoft– sería el primer gran intento por disputarle a Google el mercado de las noticias virtuales. En realidad, Rupert Murdoch busca mejorar la rentabilidad de sus negocios a toda costa: a mediados de año anunció, por ejemplo, que, a partir del 2010, cobrará por el acceso a sus periódicos en internet. De hecho, hoy The Wall Street Journal ofrece un sistema mixto de pago (se puede leer textos y ver informes audiovisuales gratis, pero hay que suscribirse a un paquete que cuesta 2.7 dólares semanales para acceder a todas columnas de opinión y a la versión impresa). El resultado de este experimento no es nada desolador: hasta la fecha, este diario digital tiene un promedio de un millón de suscriptores.

Pero la cruzada emprendida por Murdoch a favor del cobro por la información en la red también ha despertado el interés de un nutrido grupo de editores periodísticos de Estados Unidos y Europa, que aguardan expectantes un giro de la balanza en contra de Google. La publicidad online ha disminuido en sus medios por la crisis económica –el diario inglés Financial Times estima que los 550 mil millones de dólares invertidos por este concepto el 2007 se reducirán a 480 mil millones el 2010–, así que deben apurarse por hallar un modelo de negocio sostenible. Esto implica que los periódicos digitales dejen de depender de la versión impresa y generen sus propios ingresos, en este caso apelando a que el cibernauta –tras valorar la información– pague por ella.

Te estábamos esperando

Cada vez son más frecuentes las noticias en portales de medios españoles como El País, El Mundo y ABC que muestran las bondades del sistema de pago por información en internet. Por ejemplo, la semana pasada estos sitios celebraron la decisión de la corporación inglesa Johnston Press –que agrupa a más de 300 de diarios metropolitanos– de implementar paquetes de cobro en seis de sus periódicos digitales (los ingresos por publicidad en esta empresa habían caído en 42% en los dos últimos años, por lo que esta medida estaría justificada). También se recibió con satisfacción que los diarios estadounidenses Denver Post y Dallas Morning News hayan anunciado que, al igual que Rupert Murdoch, retirarán sus contenidos de Google News.

El investigador Enrique Dans, experto en Sistemas y Tecnologías de la Información, reveló hace poco en su blog que los representantes de la Asociación de Editores de Diarios Españoles –que aglutina desde 1978 a los principales periódicos del país, entre ellos a los del Grupo Prisa (El País) y el Grupo Unidad Editorial (El Mundo, Marca)– se han reunido con Murdoch para coordinar la formación de una coalición informativa que enfrente a Google. ¿Cuál será su fórmula empresarial? Ofrecer paquetes de micropago que sean asequibles a los ciberlectores (hace pocos años, los altos precios de las suscripciones y la escasa variedad de las propuestas constituyeron verdaderas barreras de navegación para las versiones digitales de los diarios El País y ABC, que se vieron obligados a volver a la gratuidad de sus servicios informativos online para recuperar su flujo de visitantes).

¿”Freemium” es la solución?

Otro sector que parece haber estado esperando que Rupert Murdoch se alce frente a Google es el de los medios estadounidenses, representados por Online Journalism (OJ), una organización que, según la revista británica The Economist, agrupa a más de 700 diarios y 330 publicaciones semanales y quincenales. La idea es que los cibernautas compren planes para acceder a decenas de periódicos o a contenidos específicos dentro de ellos (columnas de opinión y artículos de investigación, por ejemplo). En la web circula este tarifario tentativo: 10 centavos de dólar, el artículo; 40 centavos, el pase diario; 7.5 dólares, el bono mensual; y 55 dólares, el pase anual. Este esquema ha sido bautizado por Crovitz como “freemium”, ya que combina contenidos gratuitos e información premium pagada.

La última noticia que se ha tenido sobre los movimientos de OJ es que sus directivos le propusieron a The New York Times cobrar un dólar mensual a sus 20 millones de visitantes únicos. De este modo, –calcularon– recabarían un total de 240 millones de dólares anuales. En el fondo, todos tratan de superar el fracaso del modelo “información gratis a cambio de publicidad”, esa lógica que sostiene que un portal noticioso se mantiene gracias al avisaje que se contrata en la web. Google –al ser el principal receptor de avisos comerciales en internet, por su servicio de indexación de información– deja fuera de carrera a casi todos los medios de comunicación virtuales.

Lo quiero todo gratis

Sin duda, el principal obstáculo que encuentra el magnate Rupert Murdoch cuando propone instalar mecanismos de cobro por internet es el sentido común de los cibernautas, acostumbrados a leer y ver noticias libremente, sin barreras de pago. Esto emana claramente de la lectura somera de los comentarios a las noticias aparecidas en la red sobre este tema y de los foros sobre prensa y sociedad. Pero algunas encuestas difundidas recientemente muestran una tendencia en el sentido contrario: por ejemplo, un estudio de mercado de la consultora PricewaterhouseCoopers concluye que el 62% de los usuarios en internet está dispuesto a pagar por contenidos informativos. El hecho de que el resultado de este sondeo sea sistemáticamente destacado por los medios digitales es un indicador del entusiasmo con que las empresas periodísticas cubren este desafío a la cultura del libre acceso a la información creado por internet.

¿Cómo responde Google?

Google acaba de retroceder frente a la presión de los editores europeos y estadounidenses: el buscador anunció el miércoles pasado que permitirá que los encargados de los medios limiten a cinco las noticias a las que los cibernautas podrán acceder gratuitamente.

Los gigantes de la industria de los periódicos libran una dura batalla por hacer viable el negocio del periodismo en internet. Pero la propuesta de cobrar para acceder a la información es compleja. El profesor estadounidense Paul Starr lo advirtió así en un celebre ensayo: “El problema para la mayoría de diarios es que un acceso restringido a sus portales no solo les costaría ganancias por publicidad, también permitiría que otras organizaciones noticiosas se apoderaran de su rol ‘en línea’. De cualquier forma, regalando su contenido o limitando el acceso, pueden estar cavando sus propias tumbas”.

PEPAS VIRTUALES

• The New York Times empezó a cobrar ocho dólares mensuales por sus columnas de opinión el 2005. Solo duró dos años, ya que los artículos se copiaron y pegaron con desenfreno en múltiples blogs.

• Rupert Murdoch ha anunciado que demandará a las cadenas de radio y televisión BBC de Londres y ABC de Australia por “vivir de las noticias de mis periódicos”. Google no es su único rival.

CIFRAS

• 65% de los ingresos de la publicidad online lo factura Google, mientras que el 10% de dichos ingresos se los lleva Yahoo!

• 40% de las visitas a los periódicos virtuales en todo el mundo se genera a través de Google News.

• 7.8% dismuyeron este año las utilidades de News Corporation, el conglomerado mediático de Rupert Murdoch.

• 90 millones de visitantes mensuales reciben los medios asociados a Online Journalism, la organización que promueve planes de pago por internet.

Enfoque


“Cobrar es un suicidio”

Jeff Jarvis. Profesor de Periodismo de la Universidad de New York y autor del libro “Qué haría Google”.

No creo que la propuesta de Rupert Murdoch funcione. Cobrar es una locura e, incluso, un suicido. La revista digital “Paid content” junto con la consultora Harris Interactive descubrieron hace poco que solo un 5% de los lectores en Reino Unido pagaría. Incluso, si solo la mitad de los editores quisiera cobrar, las cifras no cuadran. La cantidad de gente dispuesta a pagar es muy pequeña. El siguiente problema es que cuando cobras añades un costo de marketing. Cuesta dinero cobrar dinero. Y eso sin contar con la pérdida de tráfico de esta medida, que supone, a su vez, una pérdida de influencia. Los columnistas de The New York Times, por ejemplo, estuvieron tras un muro de pago durante un tiempo, y lo odiaban porque sus opiniones perdían valor. En el fondo, se trata de viejas empresas intentando trasponer su antiguo modelo de negocio a una nueva realidad de negocio: “La gente solía pagar, así que seguirán pagándonos”, piensan. Y esto tiene que ver con la convicción de que se posee un derecho especial, con el ego y con las emociones, pero no con la economía. Hay una nueva economía ahí fuera que ha reventado bancos, tiendas, aerolíneas, fabricantes de coches, compañías de música. Entonces, ¿por qué los medios no deberían atravesar una transformación similar y repensar su negocio?

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