Valdivieso, 58, asumirá el timón del MEF en momentos en que el mar se pone picado. El martes último en Palacio de Gobierno se inició lo que será un amable pero inexorable ritual de despedida del ministro de Economía, Luis Carranza. En aras de una transferencia ordenada, se espera que su relevo se haga realidad apenas pase la coyuntura del paro nacional anunciado para el 9 de julio. La posta la asumirá Luis Miguel Valdivieso, 58, economista curtido en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Graduado en economía en la Universidad de Boston, donde tiene un Phd, Valdivieso participó en los procesos de reformas estructurales de México (1982-1987), Rusia (1992-1996, cuando fue nada menos que subjefe de la división local del FMI que piloteó las transformaciones post soviéticas), Tajikistán (1996-1997) y Armenia (1997-1999).
A finales de los 90 fue jefe de misión del Fondo en el recién independizado Timor Oriental. Y en el 2005 y 2006 se desempeñó como representante residente en la convulsionada isla de Sri Lanka en Asia. Allí negoció con los rebeldes separatistas de los Tigres del Tamil y lidió desde el organismo internacional con los devastadores efectos del Tsunami.
Su experiencia peruana se concentra en la asesoría a Carlos Boloña, ministro de Economía, en 1991, y su contribución al diseño del programa económico peruano entre 1990 y 1992.El sucesor de Carranza es, en resumidas cuentas, un hombre de línea del FMI y tan ortodoxo como éste.
Pero en términos de personalidad son muy diferentes, coinciden quienes conocen a Valdivieso, relajado y con más “cintura”.
La implacable disciplina fiscal de Carranza redituó resultados positivos pero también generó tensiones crecientes al interior del gabinete que terminaron por desgastar la posición del titular del MEF.
Ahora a Valdivieso le tocará “achicar” el arco. De raza le viene al galgo. Resulta que Valdivieso en efecto es hijo del famoso arquero de la selección peruana en las Olimpiadas de Berlín, Juan “El Mago” Valdivieso.
El 25 de mayo, cuando se discutían las medidas requeridas para encontrar una fórmula que permita ganar mejores sueldos a algunos elementos del Estado, el premier Jorge del Castillo recordó que en su último viaje a Washington, realizado entre finales de abril y principios de mayo, encontró “excelentes profesionales peruanos en Economía, temas sociales y medio ambiente” dispuestos a volver al país.
¿Valdivieso encabezaba esa lista? Todo indica que sí.
Lo primero que se desprende del “casting” capitaneado por Del Castillo es que el presidente Alan García planea, a contrapelo de un insistente runrún, quedarse por un buen tiempo más con el premier al frente del gabinete. La recomendación de Ismael Benavides, ministro de Agricultura que conoce bien a Valdivieso, pesó en la decisión. El banquero Carlos Rodríguez Pastor, presentado como asesor presidencial, también jugó a su favor.
De otro lado, desde el Ejecutivo se cerraron filas en torno a la naturaleza de la renuncia de Carranza. Es cierto que el titular del MEF planteó al Presidente su voluntad de dejar el cargo, al menos, desde finales del año pasado. AGP le pidió esperar al término del proceso de facultades legislativas (ver recuadro).
Las razones que precipitaron la renuncia de Carranza no han sido especificadas, pero el Presidente se refirió a ellas el martes 1 como “personales”. La enfermedad de un cercano familiar habría precipitado la decisión.
Dicho esto, las relaciones entre Carranza y algunos de sus colegas no atravesaban precisamente una luna de miel luego de dos años.
Con Hernán Garrido Lecca el vínculo fue el más resquebrajado. Ambos, junto con la titular de Transportes, Verónica Zavala, comenzaron el gobierno bajo la aureola colectiva de la defensa del equilibrio fiscal y conformaban una especie de equipo asesor para el Presidente en materias económicas (CARETAS 1976).
Pero la relación se fue deteriorando por el celo de Carranza en el manejo de los recursos, tanto que mientras estaba fuera del país Garrido Lecca y Zavala prohijaron el Decreto de Urgencia 014, que declaraba en emergencia la ejecución de obras públicas hasta diciembre del 2007. El episodio provocó el enojo de Carranza, quien amenazó con renunciar si es que el DU no era modificado bajo ciertas condiciones, lo que efectivamente ocurrió.
Por entonces ya había trascendido que el titular de Economía no había cedido en solicitudes de ministros como Juan José Chiquitín Salazar (Agricultura), Luis Alva Castro (Interior) y Allan Wagner (Defensa).
Los choques fueron negados desde el despacho del MEF e incluso ahora las fuentes del Ejecutivo solo reconocen la inocultable tirantez de las relaciones con Garrido Lecca. Pero otras voces cercanas a los consejos de ministros suman fuertes altercados con Rafael Rey de Producción, que no ocultó sus desacuerdos con las reducciones arancelarias y en los últimos días hizo pública su demanda de más presupuesto.
Aunque el titular de Energía y Minas, Juan Valdivia, es más discreto que Rey, de puertas para adentro la procesión tampoco se ha llevado en paz. En el corazón de la discordia late el debate sobre el fondo de estabilización de combustibles. Tal subsidio es pagado de manera diferida por el Estado a las empresas que venden el producto con precio controlado. A estas alturas, se les debe un aproximado de S/. 2 mil millones y con el precio en alza imparable las empresas pierden con cada embarque importado. Carranza reconoció este problema en reciente entrevista (CARETAS 2031).
Quienes se han quejado de la inflexibilidad del MEF señalan frecuentemente al escollo que representa su alta burocracia. Pero los viceministros Marisol Giulfo y Juan Arista están tan calibrados con Carranza como sus propios anteojos.
La tensión creció tanto como para que Carranza se ausente en un par de sesiones durante la reciente seguidilla diaria de consejos de ministros acelerada para terminar con el paquete de leyes permitidas por las facultades extraordinarias del Ejecutivo (ver recuadro).
Además de lo que le toca en esas recientes reformas, Carranza concentra su legado en el énfasis puesto en la inversión pública –en detrimento del gasto corriente–, la reforma del mercado de capitales y sus ambiciosas operaciones de prepago de deuda. Dejó el país encaminado a obtener el grado de inversión ya reconocido por la canadiense Fitch Ratings y defendió a rajatabla la existencia de mecanismos de control de inversiones como el SNIP. Aunque profundizó su flexibilización, lo que permitió aprobar cientos de proyectos a nivel local y regional, no cejó en su negativa a aprobar megaproyectos que no ofrecieran rentabilidad. Deja pendiente reformas tributarias que, según sus propios objetivos, debieron aumentar la presión fiscal del 15% al 19% para el 2009. Como dijo a CARETAS en marzo del año pasado, “el 85% de reformas que hace un gobierno se hacen en los primeros 18 meses”. El calendario estaba cumplido.
Carranza ya descartó asumir la representación peruana en el Banco Interamericano de Desarrollo. Otra plaza barajada está en el BBVA, donde laboró en España.
¿Cuáles serán las principales tareas del próximo ministro de Economía?
“Controlar la inflación y modernizar la gestión fiscal”, afirma Richard Webb, ex presidente del BCR y actual director del Instituto Perú de la Universidad de San Martín de Porres.
Carranza se retira del MEF tras dos años de gestión y con indicadores de crecimiento económico a todo vapor. Pero “el río puede estar llegando a un tramo bastante más turbulento”, advirtió Webb. La inflación anual ya repiquetea entre 5% y 6% y, según Webb, políticamente puede ser muy complicado: “la gente no perdona, no entiende”.
“El próximo ministro de Economía tendrá que ser valiente, mago, o hijo de mago”, cochineó Webb sobre la filiación paterna del próximo ministro.
Valdivieso hereda una situación macroeconómica singularmente expectante.
El crecimiento económico el primer semestre del año frisa el 10%, y a este ritmo podría cerrar en dos dígitos.
El crecimiento es liderado por sectores no primarios intensivos en mano de obra, por lo que la generación de empleo es igualmente alentadora.
Sin embargo, analistas como Waldo Mendoza consideran que la acelerada expansión del PBI alienta crecientes presiones inflacionarias.
Según Mendoza, ex viceministro de Economía en tiempos de Toledo, el BCR debe incrementar paulatinamente la tasa de interés referencial a 7,5% este fin de año para frenar la economía.
Si la gestión de Carranza tuvo problemas fue por exceso de liquidez, en cambio, el sucesor deberá sortear un peliagudo escenario internacional.
El presidente Alan García calificó la crisis económica internacional el martes último como “grave, grave”, pero subrayó el “manejo sereno y responsable del ministro Carranza a los tirones de la coyuntura internacional”.
El precio del petróleo el martes escaló a US$ 141 el barril y amenaza con dispararse a US$ 170 en el transcurso de las próximas semanas, mientras la economía estadounidense sigue sorprendiendo por la hondura de la crisis: las acciones bursátiles de la omnipresente financiera City Group están a un tercio del valor que tenían 24 meses atrás, mientras que la gigante automotriz General Motors oferta hoy automóviles a 0% de interés por 6 años en un desesperado esfuerzo por activar la demanda.
En Corea del Sur el Banco Central vendió esta semana US$ 1,000 millones para estabilizar el tipo de cambio, mientras que Vietnam, zarandeado por una inflación de 26%, ha prohibido la importación de oro.
De acuerdo al BCR, “la crisis internacional hace recordar la de la década de 1970 de inflación más recesión o estanflación, aunque todavía no hemos llegado a esa situación”.
En contraste, el crecimiento económico y salud de las finanzas en el país hacen creer al ex ministro de Economía, Pedro Pablo Kuczynski, que el país “es una isla” en medio de la turbulencia.
De acuerdo al prestigioso centro de investigación Consensus Forecast, el crecimiento económico peruano será el segundo más alto en América Latina para el binario 2008 / 09, mientras que tendrá la inflación más baja. A su vez, el nivel de reservas internacionales en el BCR, récord de US$ 34,500 millones, y la disciplina fiscal y monetaria ubican al país en el umbral del ansiado Grado de Inversión. ¿Podrá Valdivieso mantener el timón de la nave?
Hijo de Mago
Valdivieso es hijo de Juan “El Mago” Valdivieso, legendario arquero de Alianza Lima y de la selección peruana en las Olimpiadas de Berlín. El hijo, graduado de economista en la Universidad de Boston, es un fogueado funcionario de línea del FMI que no cree en milagros ni artilugios
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