jueves, 23 de septiembre de 2010

Custodios de la ley

No les tembló la mano al tachar la candidatura de Alex Kouri al municipio de Lima. Tampoco titubearon al sacar de carrera a los aspirantes a presidente regional Absalón Vásquez (Cajamarca) y alcalde provincial Luis Cáceres Velásquez (Arequipa). Los miembros del Jurado Nacional de Elecciones saben aplicar la ley electoral con todo rigor. Sus fallos influirán de forma decisiva en los comicios del 3 de octubre. Aquí la radiografía de un grupo que, ajeno a las presiones del poder político, reivindica la institucionalidad y la transparencia.

Por Ghiovani Hinojosa

Son los actores más silenciosos de esta campaña. Desde sus despachos, toman decisiones que provocan berrinches, mítines desesperados y alegatos en cierta prensa. Los cinco abogados que integran el Pleno del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) tienen acaso la labor más incómoda en un proceso electoral: resolver las controversias que surgen en torno a la legalidad de las candidaturas. Lo hacen como instancia definitiva, es decir luego de que los cuestionamientos hayan sido ventilados en los tribunales descentralizados conocidos como Jurados Electorales Especiales (JEE). Las sentencias del JNE pueden, por ejemplo, sacar de carrera a un candidato a presidente regional que no ha residido los últimos tres años en la jurisdicción que pretende gobernar. Este es el caso del ex ministro fujimorista Absalón Vásquez, quien fue retirado de la contienda el 26 de agosto. Él postulaba a la presidencia regional de Cajamarca por la Alianza Cajamarca Siempre Verde-Fuerza 2011. Otra falta que motivó su salida fue mantener vigente una sentencia por delito de peculado (corrupción) dictada en febrero del 2007. Como en muchos otros casos, fueron los ciudadanos los que alertaron de estas triquiñuelas.

Casos similares fueron los del Luis Valdez, ex alcalde provincial de Coronel Portillo (Ucayali), y Luis Cáceres Velásquez, ex alcalde provincial de Arequipa, tachados por el JNE en la quincena del mes pasado. Ellos buscaban repetir el plato de una gestión anterior, pero no pudieron acreditar que domiciliaban los dos años previos a la presentación de sus candidaturas en los ámbitos geográficos que buscaban representar. El primero, procesado por sus presuntos vínculos con el narcotráfico, estuvo recluido en el penal Castro Castro mientras era investigado por su participación en el asesinato del periodista Alberto Rivera. El segundo estuvo prófugo de la justicia cuando debía cumplir una condena de cuatro años de prisión por “cohecho pasivo impropio”, un eufemismo jurídico de la palabra corrupción. Y es que no es un secreto que Cáceres Velásquez, cuando era congresista, recibió 20 mil dólares de Vladimiro Montesinos para cambiarse de la bancada del FREPAP a la del fujimorismo. “Estas dos resoluciones (las que tachan a Cáceres y Valdez) están fundamentadas impecablemente en aspectos formales como el tema del domicilio, pero atienden a problemas de fondo que, aunque no están señalados en la demanda, han sido de preocupación de la ciudadanía. Se trata de la conducta delictiva de estos candidatos”, ha dicho al respecto el secretario técnico de la asociación civil Transparencia, Percy Medina.

Pero fue el retiro forzado de Alex Kouri, postulante a la alcaldía de Lima por Cambio Radical, la decisión que puso de cabeza la campaña edilicia. Kouri, entonces rival principal de Lourdes Flores, fue tachado por el JNE el 20 de agosto por no haber demostrado que residió en Lima los últimos dos años previos a la inscripción de su candidatura. “Se nota que este Jurado está bastante más enfocado en el rol fundamental que le da la Constitución: administrar justicia electoral. Antes, esta institución, frente a figuras muy influyentes, solía ser permisiva. Este Jurado, en cambio, ha demostrado que no les teme a los grandes actores políticos”, reflexiona el sociólogo Carlos Reyna. La alusión al pasado no es gratuita: hace solo 10 años el Perú tenía un JNE en forma de títere.

“Te entrego un sobrecito”

¿Quiénes llevan la batuta en el JNE? El Pleno lo encabeza Hugo Sivina Hurtado, ex presidente de la Corte Suprema y ex presidente de la comisión del Poder Judicial que investigó la corrupción durante el fujimorismo; y lo integran Greta Minaya Calle, ex decana del Colegio de Abogados de Lima; Ulises Montoya Alberti, ex decano de la Facultad de Derecho de la Universidad San Marcos; José Pereira Rivarola, ex fiscal supremo; y José Luis Velarde Urdanivia, ex decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Néstor Cáceres Velásquez. Los miembros de este grupo han sido elegidos en distintos momentos. Así, Sivina fue nombrado en noviembre del 2008. Según una fuente electoral consultada, a partir de este momento se logró consolidar un criterio común en el Jurado. “Este grupo no tiene comparación alguna con el que fue coaptado por Montesinos el 2000”, enfatiza Carlos Reyna.

Y es que en la memoria colectiva del país está la indignante actuación del JNE en la época de Alberto Fujimori. Basta recordar esta frase dicha en un ‘vladivideo’: “Yo aparte del sueldo te voy a dar diez mil dólares, no va a haber ni recibo, o sea tienes que apoyarme porque tú tienes un hijo, familia, esas cosas. Ahora, ese dinero ya tú lo manejas como te dé la gana. No hay ningún problema, para mí tú no vas a firmar ni nada por el estilo. Vienes todos los meses, yo te entrego un sobrecito y se acabó”. Era el “Doc” Vladimiro Montesinos persuadiendo a Alipio Montes de Oca, entonces vocal supremo titular, para que sea presidente del Jurado Nacional de Elecciones. También participó en la reunión Luis Serpa Segura, nada menos que el presidente del Jurado Nacional de Elecciones en ese momento. La mafia planeaba así una sucesión controlada en el órgano electoral.

Esto tiene sentido si se considera que el 2000, cuando Fujimori postulaba a la segunda reelección, el JNE declaró improcedente una serie de tachas que se plantearon contra su candidatura. Además, como recuerda Reyna, “en todos los meses de la campaña electoral de ese año se excluyó de la aparición en los medios a los candidatos opositores, algo que el Jurado de entonces dejó pasar”. De hecho, hoy pesan condenas contra los ex magistrados del JNE Rómulo Muñoz Arce, José Bringas, Ramiro de Valdivia y Walter Hernández. Se comprobó que actuaron por encargo de Fujimori y Montesinos. Con un pasado como este, ¿cómo no reconocer la probidad del actual JNE? Omar Sar Suárez, abogado de Alex Kouri para algunas causas, hace un interesante deslinde: “Yo no estoy de acuerdo (con la tacha a Kouri), pero, vamos, esto no obedece a una campaña política de los magistrados o a una persecución política. Que yo no comparta sus razonamientos no quiere decir que ellos sean unos delincuentes”.

El Jurado Nacional de Elecciones es uno de los pilares de la democracia, el cuarto Poder del Estado,
según la Constitución de 1933. Su independencia garantiza la transparencia necesaria en todo proceso electoral. Valorar la labor destacada de una institución pública es necesario para replicar las buenas prácticas. Que la mezquindad no nos impida reconocer que estos cinco magistrados actúan con firmeza y apego a la ley.

EL Congreso obstructor

El JNE presentó en mayo último un proyecto de ley para modificar la Ley de Partidos Políticos en el sentido de adoptar facultades para fiscalizar el funcionamiento de los comités de los partidos políticos. Se trata de la reforma legal que permitiría que esta institución verifique la existencia real de los locales partidarios. Pero el Congreso, en vez de respaldar esta iniciativa, la ha rechazado extrañamente. “La hemos archivado porque consideramos que el Jurado tiene suficiente competencia y no necesita una norma más para fiscalizar. Además, el JNE si va a fiscalizar un local quiere ver una sala con aire acondicionado, mesas de reuniones, escaleras para ciegos y extinguidores. No pues, no es así. La política en el Perú es pobre, de baja densidad”, dice el congresista Raúl Castro con tono justificatorio. Para otorongos, solo ellos.

Opinión

El Jurado ha recuperado ya la confianza de la ciudadanía. Hoy tenemos una independencia absoluta frente a cualquier presión. Los miembros somos personas de avanzada edad; el que habla va a cumplir 70 años. Yo no voy a malograr mi currículum vitae por una presión política en estas elecciones. ¿Qué interés podemos tener en esta etapa de nuestra vida? Nuestros problemas económicos ya están solucionados.

ULISES MONTOYA

Magistrado del Jurado Nacional Elecciones

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