sábado, 5 de abril de 2008

El Precio de una Asonada




Antauro será interrogado durante la audiencia de este viernes 4.‘La Jaula’. Así se la ha llamado a sala de audiencias del penal de Lurigancho acondicionada para el juicio oral por la asonada de Andahuaylas, ocurrida el 1 de enero del 2005, y que dejó como saldo trágico cuatro policías muertos.
Es un tétrico ambiente de 843 metros cuadrados totalmente enrejado para evitar que los procesados causen desmanes. Este viernes 4, Antauro Humala y los 172 coprocesados volverán a ‘La Jaula’ para la segunda audiencia del juicio. Se les acusa de homicidio, rebelión, secuestro y robo de armas. Su hermano Ollanta Humala se resiste a acudir al proceso.
En la audiencia del viernes 28, su abogado Omar Chehade presentó un Hábeas Corpus aceptado dos días antes por el juez Edwin Yalico del 32º Juzgado Penal de Lima y que excluye del juicio al ex candidato presidencial. El magistrado indica que la intención de procesar a Ollanta, por delitos de instigación y rebelión, viola el debido proceso, pues éste nunca fue citado por la fiscal Gladys Fernández para brindar su declaración instructiva.
Sin embargo, la Primera Sala Penal Para Reos en Cárcel, presidida por la doctora Carmen Rojassi, ha ordenado que Ollanta se presente obligatoriamente a la audiencia de este viernes 28 o de lo contrario lo declarará reo contumaz, revocándosele el mandato de comparecencia por el de detención. Refiere que el Hábeas Corpus fue apelado a tiempo por la Fiscalía.
Ollanta, ex candidato presidencial en el 2006, declaró que se siente “acosado” por el Poder Judicial y denunció “evidentes presiones políticas” del gobierno para afectar su imagen como líder de la oposición. Reiteró que no iría a juicio. Pero debería.
El líder del Partido Nacionalista –primera mayoría en el Parlamento– podría aprovechar este proceso para plantar su propia bandera y deslindarse con claridad de los crímenes atribuidos a Antauro que todavía ensombrecen su carrera política. “Mi hermano se equivocó en la metodología y en el momento”, declaró a CARETAS 1897 durante la campaña electoral. Pero ahora se niega a declarar ante un tribunal que quiere hacerle preguntas específicas sobre una acción que, según declaró el propio Antauro a la prensa, “se ejecutó por orden del comandante Ollanta”.
El hermano mayor del clan Humala olvida que si entró al redil político en las grandes ligas debe asumir las consecuencias de sus actos y someterse al escrutinio público. Más aún si hay indicios que lo comprometen en actos de violencia.
A LAS CUATRO DE LA MADRUGADA de Año Nuevo del 2005 al menos 100 etnocaceristas, liderados por Antauro Humala, tomaron la comisaría de Andahuaylas. La unidad policial tenía 12 efectivos y cuando los uniformados aparecieron, los efectivos pensaron que se trataba de personal de guarnición y los recibieron con ánimo festivo. Recibieron una ráfaga de balas y allí se acabó la fiesta. Los etnocaceristas se atrincheraron en la comisaría.
El informe suscrito por la titular de la 7a Fiscalía Superior Penal de Lima, Nancy Fernández Sedano, indica que, el 30 de diciembre del 2004, se emitió un “Manifiesto a la Nación”, suscrito por Ollanta y leído por él mismo a través de radioemisoras el 31 de diciembre, que habría influenciado a su hermano para realizar la asonada. El documento acusa al gobierno de Alejandro Toledo como responsable de la “crisis política que afecta al Ejército peruano”. Además, exige la renuncia de Toledo a su cargo, pide el retorno de la Constitución de 1979 y demanda “el llamamiento de los reservistas a nivel nacional para que actúen organizadamente para la recuperación de las instituciones y la democracia”. Por entonces, Ollanta era el agregado militar de Seúl, Corea del Sur.
La mañana del 1 de enero del 2005, Antauro Humala declaró a Buenos Días Perú: “Esto ha sido escogido por el comandante Ollanta… él me dijo, Antauro, nosotros somos etnocaceristas, nuestro patrón es Cáceres y recuérdate que el último Ejército de la Breña, el cuarto Ejército de la Breña luego del desastre de Huamachuco se organizó acá… y es que él sale y hace la ‘huaripampeada’ y libera a Lima… Entonces me dijo: tiene que ser históricamente Andahuaylas”. Al día siguiente, el domingo 2, un pelotón de reservistas, encabezado por Jorge Villalba, lugarteniente de Antauro, emboscó a una patrulla del Escuadrón Verde que había llegado a la ciudad para reforzar la seguridad, pero que no tenía órdenes de usar armas de fuego. Cuatro de los policías fueron muertos a balazos y el capitán Carlos Cahuana rematado en el suelo.
Ese mismo día, en entrevista con RPP, Ollanta lamentó los decesos, pero responsabilizó al gobierno por las muertes y afirmó que su hermano no buscaba un golpe de Estado, sino una sucesión constitucional mediante la entrega del poder al vicepresidente David Waisman. El lunes 3, Antauro anunció que se entregaría, pero no lo hizo hasta que el entonces director de la Policía, general Félix Murazzo, se coló entre la gente y se reunió con él. Aquél recuerda que Antauro había bebido. Hablaron durante dos horas y aceptó deponer las armas.
Antauro se entregó más rápido de lo que canta un gallo. Traicionó así a sus “tropas” y éstas se rindieron también. Murazzo no sólo midió bien a Humala sino que actuó con coraje y serenidad. No se disparó otro tiro y casi todos los alzados, que sumaron 172, terminaron en la cárcel. De esto tres años atrás.
Ahora Ollanta afirma que Antauro debe responder por sus acciones y su posición política, pero no parece recuerdar el incendiario periódico de aquél llevaba su nombre. A las tendencias fascistas de Antauro les cabría el lema “Nazimos para luchar”. El hermano menor, mientras tanto, tampoco se ha callado del todo. A fines de enero, declaró al diario Correo que existen documentos que comprueban la autoría intelectual de Ollanta y el pasado 25 de marzo dijo a Perú 21 que “él (Ollanta) se entusiasmó con el proyecto, se subió al coche, pero cuando hubo desórdenes, se acobardó y se mariconeó, se dio la media vuelta”.
El comandante Ollanta Humala, como le gusta que lo llamen, no oculta sus aspiraciones presidenciales al 2011. Pero necesita limpiar la mesa. Sus recurrentes llamados a tumbarse a Alejandro Toledo parecieron inspirar los crímenes de Andahuaylas. El juicio podría servirle para demostrar ante la opinión pública el respeto a la Justicia y las formas democráticas. Porque por ahí sigue con un récord francamente deficitario.
La Voz de ‘Ollanta’
Panfleto etnocacerista llevaba el nombre del ex candidato presidencial.- “Ollanta es el verbo, Antauro es el predicado”.- “Como ni Paniagua ni Toledo revocaron la Constitución de Fujimori, en un gobierno etnocacerista serán procesados por complicidad”.- “Los miembros de la Reserva no juramos jamás ante presidentillos prófugos o con orden de captura como García, Fuji o por el actual cocainómano de Palacio”.- “Y si nos recriminan diciéndonos que el soldado/policía se subordina al Poder Constitucional, díganle a ese democrático que se vaya a la mierda, pues se trata de la Vladi Constitución, mafiosa a carta cabal, como su quebrado Establo de Derecho Criollo”.

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