domingo, 6 de julio de 2014

Las cláusulas contractuales más extrañas del fútbol

Tomado de la ley...

El comité disciplinario de la FIFA confirmó que Luis Suárez sí podría fichar por otro equipo e inclusive, entrenarse ya que, limitarlo de esos derechos sería “desproporcionado”. Y ante esta posibilidad, el Barcelona le haría firmar una cláusula “anti-mordiscos” para formar parte del equipo. Es por ello que a continuación veremos sobre qué bases se fundamentan estos extraños condicionamientos que los clubes incluyen en sus contratos con los futbolistas.
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De fichar, el uruguayo tendría contrato por cinco años y de transgredir la cláusula, se le rescindiría el contrato. Fotografía: Reuters.

Los contratos que se celebran entre jugadores y los clubes, por su naturaleza ‘excepcional’ suelen incluir condicionamientos, cláusulas y acuerdos poco o nada convencionales o inusuales, como sucede con el del delantero uruguayo y el club catalán.

Esta singular medida surgió tras considerar los antecedentes de Suárez, que se convirtieron en conducta sistemática y provocó no solo su expulsión del mundial de Brasil, sino el perjuicio de su selección de cara a afrontar la siguiente fase del certamen.

Los clubes disponen
Lo que se sabe es que el Barcelona le ha ofrecido la suma de 200 mil euros semanales por su fichaje, siempre y cuando, el uruguayo firme una cláusula anti-mordiscos, la cual es inédita en la historia de un traspaso. Este tipo de singularidades aparecen gracias al acuerdo que se indica en la circular N° 1171 de la FIFA en la que estipula los Requisitos mínimos para contratos estándar de jugadores en el fútbol profesional.

La sesión del 2008 entre los miembros del Comité Ejecutivo, la Comisión del Estatuto del Jugador, la Cámara de Resolución de Disputas señala en su punto tercero, que el contrato laboral de un futbolista profesional posiblemente prescriba cláusulas contractuales vinculantes, las cuales no podrán ser modificadas por ninguna de las partes.

Es por ello que no ha de sorprender que en los contratos se establezcan condiciones de lo más singulares para captar a los jugadores, motivarlos o perseguir algún objetivo específico.

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En el Flamengo, Adriano cobraba por presencias en los encuentros y un adicional por cada gol anotado.

Casos singulares
El que más cerca tenemos es el del brasileño Adriano que, en el 2009, tras muchos problemas de rendimiento y estado físico, es fichado por el club Flamengo, el cual se comprometió a ayudar en su recuperación. Según el contrato que firmó el delantero cobraría un sueldo mínimo, 465 Reales Brasileños (209 dólares). Además por partido jugado cobraría 20 mil euros por presentación, además de un bono si convertía goles, si salía campeón o si era convocado a la selección nuevamente.

En 2013, el nombre del holandés Romeo Castelén provocó sorpresa en el mundo debido al acuerdo que llegó con el club ruso Volga Nishni. Le ofrecieron pagarle por cada minuto jugado, pero bajo el riesgo de que, por ejemplo, si no fuese considerado durante toda la temporada, no cobraría ni un solo rublo.

Anécdota
El caso del chileno Hugo Rubio en la década de 1980 no se debió a que un club le impusiera una cláusula contractual, sino a que éste exigió incluir una muy particular. En el Málaga de España, Rubio quiso que le permitieran realizar cobros adicionales por cada falta que cometieran en su contra y por cada una que terminase sancionándose como penal. Esto, sin importar quién lo ejecutara y si terminaba o no en gol. Obviamente el club no aceptó.

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