Tomado de la ley...
El comité disciplinario de la FIFA confirmó que Luis Suárez
sí podría fichar por otro equipo e inclusive, entrenarse ya que,
limitarlo de esos derechos sería “desproporcionado”. Y ante esta
posibilidad, el Barcelona le haría firmar una cláusula “anti-mordiscos”
para formar parte del equipo. Es por ello que a continuación veremos
sobre qué bases se fundamentan estos extraños condicionamientos que los
clubes incluyen en sus contratos con los futbolistas.
De
fichar, el uruguayo tendría contrato por cinco años y de transgredir la
cláusula, se le rescindiría el contrato. Fotografía: Reuters.
Los contratos que se celebran entre
jugadores y los clubes, por su naturaleza ‘excepcional’ suelen incluir
condicionamientos, cláusulas y acuerdos poco o nada convencionales o
inusuales, como sucede con el del delantero uruguayo y el club catalán.
Esta singular medida surgió tras
considerar los antecedentes de Suárez, que se convirtieron en conducta
sistemática y provocó no solo su expulsión del mundial de Brasil, sino
el perjuicio de su selección de cara a afrontar la siguiente fase del
certamen.
Los clubes disponen
Lo que se sabe es que el Barcelona le ha
ofrecido la suma de 200 mil euros semanales por su fichaje, siempre y
cuando, el uruguayo firme una cláusula anti-mordiscos, la cual es
inédita en la historia de un traspaso. Este tipo de singularidades
aparecen gracias al acuerdo que se indica en la circular N° 1171 de la
FIFA en la que estipula los Requisitos mínimos para contratos estándar
de jugadores en el fútbol profesional.
La sesión del 2008 entre los miembros del
Comité Ejecutivo, la Comisión del Estatuto del Jugador, la Cámara de
Resolución de Disputas señala en su punto tercero, que el contrato
laboral de un futbolista profesional posiblemente prescriba cláusulas
contractuales vinculantes, las cuales no podrán ser modificadas por
ninguna de las partes.
Es por ello que no ha de sorprender que
en los contratos se establezcan condiciones de lo más singulares para
captar a los jugadores, motivarlos o perseguir algún objetivo
específico.
En el Flamengo, Adriano cobraba por presencias en los encuentros y un adicional por cada gol anotado.
Casos singulares
El que más cerca tenemos es el del
brasileño Adriano que, en el 2009, tras muchos problemas de rendimiento y
estado físico, es fichado por el club Flamengo, el cual se comprometió a
ayudar en su recuperación. Según el contrato que firmó el delantero
cobraría un sueldo mínimo, 465 Reales Brasileños (209 dólares). Además
por partido jugado cobraría 20 mil euros por presentación, además de un
bono si convertía goles, si salía campeón o si era convocado a la
selección nuevamente.
En 2013, el nombre del holandés Romeo
Castelén provocó sorpresa en el mundo debido al acuerdo que llegó con el
club ruso Volga Nishni. Le ofrecieron pagarle por cada minuto jugado,
pero bajo el riesgo de que, por ejemplo, si no fuese considerado durante
toda la temporada, no cobraría ni un solo rublo.
Anécdota
El caso del chileno Hugo Rubio en la
década de 1980 no se debió a que un club le impusiera una cláusula
contractual, sino a que éste exigió incluir una muy particular. En el
Málaga de España, Rubio quiso que le permitieran realizar cobros
adicionales por cada falta que cometieran en su contra y por cada una
que terminase sancionándose como penal. Esto, sin importar quién lo
ejecutara y si terminaba o no en gol. Obviamente el club no aceptó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario