Mentiras por teléfono
-Oh, qué bien –dice la prensa búfala, o sea el 98.92 % de la prensa peruana, empezando por el decano y por su torero oficial don Bernardo Roca Rey, el marido de Macarena Leguía.
–Oh qué bien –dice Madeinusa Valenzuela mientras prepara la próxima sopita de Racumín para su sana competencia, o sea todas las que la rodean.
–Oh, qué bien –dice Chicho Mohme mientras Samanez lo engríe con un contratazo flamante de la Sunat, que una cosa es ser sucesor de su apá y otra es olvidarse de los negocios.
Y el oh qué bien, que hasta lo dice el diario paciente que me acoje por ahora, está dirigido al asunto de la Telefónica. La República, del Chicho, llega a decir que los usuarios telefónicos han recibido su Navidad por adelantado y saca a un García con cara de estratego y anteojos de negociador resabido.
¿Pero qué es lo que se ha logrado después de tres meses de negociaciones?Casi nada, es la verdad.Yohny Lescano, a quien la prensa ha decidido no entrevistar para no fregarle la nochebuena al hombre de Palacio, dice que lo obtenido es, a propósito de las fiestas, moco de pavo.
Lescano ha sacado sus cuentas de inmediato y tiene pruebas para denunciar la estafa.
Dice, por ejemplo, que en el caso de la Línea Clásica Residencial se habla de una renta básica de 56 soles y de una rebaja a 39. Las huiflas: el precio real, sin el IGV que infla la cifra base, es de 47 soles y la rebaja es, por ende, de 8 y no de 17 soles como nos quiere hacer creer el doctor García.
En el caso de la tarifa Fonofácil se ha dicho que la rebaja de la renta básica es de diez soles, cuando lo cierto es que es de apenas cinco soles: de 35, el precio sin el IGV, a 30 soles. En el caso del plan Supereconómico el descenso alcanza los siete soles: de 45 a 38 soles mensuales. Y en los casos de la Económica y los llamados “otros planes” la llamada rebaja llega a los seis soles mensuales, quedando en 45 y en 53 soles respectivamente.
Como lo ha dicho con jactancia la ministra transnacional Verónica Zavala, el contrato no se ha renegociado ni se ha rozado con el pétalo de una audacia.Porque los contratos con las empresotas no se discuten: se acatan sin dudas ni murmuraciones, tal como el súbdito japonés Alberto Kenya Fujimori lo estableció en su shogunato.
¿Y para esto se han demorado tres meses?¿Y para esto dijeron, originalmente, que iban a modificar de modo sustancial el contrato?¿Y para esta ridiculez de rebajas sale el doctor García a dar la cara, o sea a dictar las primeras planas de la prensa regalona que hoy se menea en la pasarela y sobajea sus ancas en los pantalones del jefe de Estado?
Porque lo que no se dice es que las modificaciones relativamente importantes, tal como lo señala Lescano, sólo atañen a tres de los ocho planes tarifarios masivos. Es decir, cinco planes masivos han quedado fuera de cualquer cambio significativo en la rebaja de la llamada renta básica. Y eso involucra a un millón y tres cientos mil usuarios.
Por otra parte, cuando Telefónica nos regala diez minutos de uso local de cabina telefónica por un sol de tarifa, nos da un nuevo espejito en su plan de reconquista.
Porque el tiempo promedio del uso telefónico en cabina es 2 minutos y treinta segundos por llamada. Porque la cabina es urgencia, mensaje específico, impaciencia en la cola, encargo concreto y sólo pocas veces, muy pocas veces, chismorreo repantigado –que para eso están los celulares duados y las variantes de comunicación por internet inventadas en los últimos años–.
En resumen, otro cuentazo presidencial y telefónico. Además, lo que no ha dicho el doctor García es que una rebaja mezquina como la concertada no hubiese requerido de ninguna negociación tan demorada. Habría bastado con que Osiptel se sentara con Telefónica y el parto habría salido en 48 horas. Porque para hacer rebajas está Osiptel, no ese jefe de Estado con cara de peninsular y cezeo de última hora que vimos todos.
Aquí hay algo más. ¿Por qué La República publica una primera plana tan echada como un colchón de Paraíso? Porque el mismo día del anuncio presidencial, la Corte Suprema, donde el Apra quiere imperar sin contrapesos, nos ha anunciado que América Televisión ya no tendrá que pagar 160 millones de soles por las tropelías de sus ex propietarios José Enrique y José Francisco Crousillat. Y así, El Comercio, La República y Bavaria –que no lo necesitaba ni lo pedía como si lo hacían sus socios– se han salvado de un desembolso importante. Tan importante, que apenas lo han reseñado en sus páginas. Porque de estos enroques está hecho el ajedrez de la picaresca nacional en tiempos de la Marsellesa cantada por el coro de Moche.
–¿Aló, con el doctor García?–El doctor está haciendo números con los de la Telefónica. ¿De parte de quién?
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