Cosas de la tribu
La China
Juan Álvarez Morales.Revista Domingo.
Hace tiempo los transportistas decretaron su desaparición, pero nada. "¡Murió la ‘China’...!", proclamaron con stickers pegados en las ventanas de sus unidades, y solo consiguieron una reacción contraria de los pasajeros, que defendieron la ‘china’ a grito airado para evitar que sea reemplazada por los ochenta céntimos o, mucho menos, por la moneda de un sol.
Es así que la ‘China’ sigue vivita y salvando. Salvando a los que quieren apurar el tramo de diez o quince cuadras, pero también a los que quieren matar el hambre con una galleta o un sandwich, a los que se alimentan con vasos de maca o quinua, a los que se abrigan con un emoliente, o a los que se distraen con un chupetín o una porción de maní confitado.
¿Por qué sobrevive la ‘China’? Por la misma ley del mercado que pretende dejarla al margen. Surgió cuando había tantas combis en una misma ruta que, para ganar pasajeros, a algún cobrador se le ocurrió cobrar cincuenta céntimos por un tramo corto. "¡A ‘China’... a ‘China’...!", fue el grito en los paraderos, entre nada elegantes llenadores. Y las unidades que arriesgaron ganaron ‘a forro’. Pero se instauró una costumbre: ahora los pasajeros pagan su ‘China’ mientras le dicen al cobrador: "voy aquí nomás". "¿Lo bajo y voy vacío, o lo llevo y me gano alguito?", se pregunta el hombre. La respuesta es obvia.
¿Cómo la ‘China’ pasó a ser casi nuestra moneda oficial, y ya no solo del transporte? Otra vez, por la ley del mercado. Los economistas hablaban de lo bien que nos iba en las cifras macro, mientras la población pedía que la prosperidad llegue a las cifras micro; y como esto no ocurría, pues el "chorreo" era incipiente, en los sectores populares nadie gastaba un sol en otra cosa que no fuera el pasaje de ida y vuelta a cualquier destino. Así las cosas, si alguien quería vender algo, para tener compradores debía vender a ‘china’. Hasta hubo un auge de periódicos de ese precio.
¿Morirá la ‘China’? Por ahora no. Es más, se fortalecerá en la medida que las condiciones de empleo no mejoren; pero también en la medida que siga circulando tanto micro y combi destartalados. Porque, eso sí, amigos transportistas, nadie está loco para viajar en un carro viejo pagando ‘una luca’. Si quieren, chapen su ‘China’ nomás...
La China
Juan Álvarez Morales.Revista Domingo.
Hace tiempo los transportistas decretaron su desaparición, pero nada. "¡Murió la ‘China’...!", proclamaron con stickers pegados en las ventanas de sus unidades, y solo consiguieron una reacción contraria de los pasajeros, que defendieron la ‘china’ a grito airado para evitar que sea reemplazada por los ochenta céntimos o, mucho menos, por la moneda de un sol.
Es así que la ‘China’ sigue vivita y salvando. Salvando a los que quieren apurar el tramo de diez o quince cuadras, pero también a los que quieren matar el hambre con una galleta o un sandwich, a los que se alimentan con vasos de maca o quinua, a los que se abrigan con un emoliente, o a los que se distraen con un chupetín o una porción de maní confitado.
¿Por qué sobrevive la ‘China’? Por la misma ley del mercado que pretende dejarla al margen. Surgió cuando había tantas combis en una misma ruta que, para ganar pasajeros, a algún cobrador se le ocurrió cobrar cincuenta céntimos por un tramo corto. "¡A ‘China’... a ‘China’...!", fue el grito en los paraderos, entre nada elegantes llenadores. Y las unidades que arriesgaron ganaron ‘a forro’. Pero se instauró una costumbre: ahora los pasajeros pagan su ‘China’ mientras le dicen al cobrador: "voy aquí nomás". "¿Lo bajo y voy vacío, o lo llevo y me gano alguito?", se pregunta el hombre. La respuesta es obvia.
¿Cómo la ‘China’ pasó a ser casi nuestra moneda oficial, y ya no solo del transporte? Otra vez, por la ley del mercado. Los economistas hablaban de lo bien que nos iba en las cifras macro, mientras la población pedía que la prosperidad llegue a las cifras micro; y como esto no ocurría, pues el "chorreo" era incipiente, en los sectores populares nadie gastaba un sol en otra cosa que no fuera el pasaje de ida y vuelta a cualquier destino. Así las cosas, si alguien quería vender algo, para tener compradores debía vender a ‘china’. Hasta hubo un auge de periódicos de ese precio.
¿Morirá la ‘China’? Por ahora no. Es más, se fortalecerá en la medida que las condiciones de empleo no mejoren; pero también en la medida que siga circulando tanto micro y combi destartalados. Porque, eso sí, amigos transportistas, nadie está loco para viajar en un carro viejo pagando ‘una luca’. Si quieren, chapen su ‘China’ nomás...
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