domingo, 15 de mayo de 2011

La tercera vuelta García-Toledo

Por Martín Tanaka

La segunda vuelta Humala-Fujimori obviamente concita toda nuestra atención, pero hay otra competencia que se está dando paralelamente y que no deberíamos desatender: la tercera vuelta entre Alejandro Toledo y Alan García.

Como se recordará, Toledo tuvo muy bajos niveles de aprobación a su gestión durante gran parte de su gobierno, con un promedio de poco más de 10% entre finales de 2003 y finales de 2005, según las encuestas de Apoyo de ámbito nacional. Sin embargo, en 2006, el último año de gobierno, su aprobación subió sistemáticamente, y entre enero y marzo, llegó hasta el 18%.

Después de la primera vuelta, los temores que despertaban tanto Ollanta Humala como Alan García probablemente ayudaron a tener una visión más indulgente de su gobierno, y su aprobación subió hasta 28% en abril, y terminó con un 33% en julio. En agosto de 2006, ya con García en el poder, la aprobación a su gobierno llegó al 42%.

En el caso de García, la aprobación a su gestión promedió 25% entre 2009 y 2010, más que el doble que su predecesor; pero a diferencia de este, no subió entre enero y marzo de su último año. Sin embargo, sí ha pegado un salto a 32% en abril después de la segunda vuelta, en la que nos vemos obligados a elegir entre Humala y K. Fujimori, y muestra una tendencia ascendente, dato confirmado por otras encuestadoras.

De otro lado, pese a que la popularidad de Toledo tuvo una recuperación al final de su gestión, esta no alcanzó para tener un desempeño decoroso en las elecciones de 2006: Perú Posible no logró presentar candidato presidencial (recuerden a los candidatos fallidos Jeanette Emmanuel y Rafael Belaunde), solo presentó lista parlamentaria, y apenas lograron superar la valla electoral de 4% y elegir dos congresistas. En el caso del Apra, a pesar de que la segunda gestión de García no ha sido catastrófica como la primera, tampoco logró hacer viable una candidatura presidencial, con la renuncia de Mercedes Aráoz, y la lista parlamentaria apenas superó la valla del 5%, logrando elegir cuatro congresistas.

En suma, en la competencia con Toledo, García gana en la aprobación a su gestión durante el gobierno, pero en el tramo final la cosa está muy peleada. Quedan sin embargo más de dos meses de gobierno; a diferencia de 2006, el contexto actual es de crecimiento económico, y García ha planificado grandes inauguraciones en las próximas semanas. A esto hay que añadirle anuncios recientes de aumentos a militares y policías, el congelamiento en el precio de los combustibles, y otras medidas efectistas.

¿Será que García, pese a todo, al igual que Toledo, dejará el gobierno con una aprobación sustancialmente mayor a la que ha tenido a lo largo de este, y superior al 42% de su predecesor? Si Toledo logró ser protagonista de las últimas elecciones, García sueña con serlo en 2016, elección en la que se enfrentaría, nuevamente, a Alejandro Toledo.

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