César Hildebrandt
1) Me parece abominable que siga usted bailando al ritmo de la prensa del Chino, prensa que va desde el pobre diablo que muerde por los evasores Aguá hasta la que expresa al montesinismo asesino, en este asunto tan importante del fallo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Usted sabe que lo importante es que esa condena apunta directamente a Alberto Fujimori, su actual socio de sangre. Por eso es que Chirito, otros servidores y su gran prensa se han encargado de calumniar a la Corte, de intentar desacreditar el fallo y de poner al pueblo en su contra hablando de todo menos de aquello que es sustancial: Fujimori ordenó el asesinato de 42 terroristas vencidos y desarmados y las autopsias demostraron que los disparos que les hicieron no fueron consecuencia de ningún combate sino exterminio a quemarropa. Al intentar enlodar a la Corte de San José, usted, señor presidente, se cura en salud porque ¡también viene! el fallo en contra suya en el caso de El Frontón, donde usted superó frenéticamente lo que su hermano de sangre Fujimori haría seis años después.
2) Usted no se cansa de felicitar a la jueza Carolina Lizárraga por lo que está haciendo en contra de Toledo. Pero, como nos lo acaba de recordar Carlos Castro, resulta que en el caso de la fábrica de firmas de Perú 2000 –en la factoría de firmas clonadas del delincuente Oscar Medelius–, allí sí los planillones fueron considerados documentos privados y por lo tanto el asunto pasó de puntillas por el sistema anticorrupción. Usted sabe que esa diferencia es esencial pero usted la silencia porque es parte de su acomodo con la abyecta mafia que saqueó al país, mató por simple sospecha y ensució los uniformes de Grau y Bolognesi.
3) Usted dice delante de Alex Kouri –visitador de Montesinos, amante político de Montesinos, y hoy socio suyo en esto de aliarse con sus pares– que el Sutep es retardatario y que usted es progresista y que el Sutep es un obstáculo para la renovación de la educación. Lo que no dice es que el presupuesto real de la educación será este Año del Deber menor, en cifras relativas, que el del año pasado. Parece usted repetir, además, ciertos argumentos aparecidos en el diario El Comercio, que tras una historia dedicada a defender a todos los Sánchez Cerro, Benavides y Odrías del siglo XX afirma ahora que el Sutep, más que los presupuestos degradados, es el responsable del estado actual de la educación peruana. Usted y Fujimori se han reconciliado. Usted y Kouri se han reconocido como de la misma catadura. Usted y El Comercio han conocido, por fin, el entendimiento. Total, no me sorprende: ya en 1939 Haya de la Torre daba órdenes para que ciertos apristas apretaran la mano de sus verdugos y “sondearan” lo que pediría, a cambio de una alianza política, el líder fascista Luis Flores, secretario general de la Unión Revolucionaria sanchezcerrista. No es usted demasiado original, doctor García. Es usted una sencilla reencarnación de su jefe y terminará comiendo cebiche con Dionisio Romero, el Beltrán a la mano de estos tiempos globales.
4) Recibe usted los halagos de las señoras de Asia, de todas las Madeinusa en pantalla, de esa Martha Moyano que quiere encausar a García Sayán con la ayuda de los votos apristas en el seno de la comisión de acusaciones constitucionales, de los editores de El Comercio vestidos con túnicas blancas en una de sus preventas personales, del flamante tránsfuga Ántero Flores Aráoz, y, en general, de todos aquellos que usted trataba a la distancia cuando fingió ser una opción de cambio responsable en la segunda vuelta. En este Año del Deber cumplo con el mío de decirle, señor presidente de la República, que, desde un punto de vista electoral y quizás ético, es usted el más exitoso, carismático e irresistible traidor de los últimos tiempos. Como Fujimori, ni más ni menos. Esto dicho con todo el respeto que su altísima investidura merece.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario