lunes, 12 de octubre de 2009

EL último tránsfuga ¿hasta cuando?

EL último tránsfuga
La renuncia de Isaac Mekler al Partido Nacionalista es propia de la fragmentación de nuestros partidos políticos. Unión por el Perú, la agrupación que lo llevó al Congreso el 2006, llegó con 45 representantes y hoy solo cuenta con 7. De este modo se repite la atomización política que exhibieron Perú Posible, el FIM y Unidad Nacional al final del quinquenio anterior. Por Ghiovani Hinojosa“¡No seas envidioso, si quieres tener plata métete a la política, como yo!”.Enith Chuquival, congresista de Perú PosibleLos partidos políticos están llamados a ser como los continentes, grandes terrenos ideológicos en los que los países –o militantes–, además de compartir costumbres, proponen una manera conjunta de solucionar los problemas. En el Perú, esta abstracción no cabe: es más preciso hablar de un archipiélago de intereses personales que flota en un mar siempre embravecido. El caso más elocuente de esta fragmentación en la historia reciente del país es el de Unión por el Perú (UPP), una bancada que perdió a 38 de sus miembros desde que fueron elegidos el 2006. El último de ellos es Isaac Mekler, que acaba de renunciar al nacionalismo y sobre el cual se rumorea un acercamiento con Solidaridad Nacional, del alcalde Luis Castañeda, y Chimpún Callao, de Alex Kouri. Un historial de divisiones, transfuguismo y pugnas internas caracterizan al grupo upepista, cuyo peor mérito fue haber llevado a los escaños a los parlamentarios ‘robaluz’ (Rocío González), ‘comepollo’ (José Anaya) y ‘mataperros’ (Miro Ruiz), entre otras perlas congresales.Vientre de alquilerSegún el sociólogo Carlos Reyna, el problema de UPP fue su origen: “En las últimas eleciones generales, estaban dadas las condiciones para un matrimonio político pragmático: por un lado, había un nombre, una franquicia, un partido con registro electoral; y por el otro, un outsider –Ollanta Humala– con una gran capacidad de arrastre y que de todas maneras iba a colocar a un buen número de parlamentarios”, explica.Así, el UPP liderado por Aldo Estrada y José Vega Antonio sirvió –en la práctica– como un ‘vientre de alquiler’ para que se gestara y naciera la presencia política de Humala. En el camino, recuerda Reyna, el incipiente pacto electorero recibió el respaldo de empresarios deseosos de una curul: el arequipeño Álvaro Gutiérrez, por ejemplo –que el 2001 había ofrecido su apoyo económico a Lourdes Flores Nano– esta vez puso a disposición de Ollanta Humala una camioneta y algunos inmuebles para su campaña política. Ahora el nacionalista lidera el Bloque Popular, una agrupación que se escindió de UPP el 2007 y cuyos siete integrantes –además de Gutiérrez– viajaron con él a Italia a mediados de ese año, en una operación que él nunca justificó.Un caso similar es el de Gonzalo García, un ingeniero que postuló a la primera vicepresidencia y que, a la vista del fracaso de su partido en los comicios generales, siguió su camino como docente y consultor de organismos internacionales. Junto a ellos, se improvisó una plancha de candidatos congresales cuyo único mérito fue haber contribuido con dinero y lealtad ciega a UPP. “Como no era un acuerdo político serio –muchos de los congresistas upepistas se conocieron sobre la marcha–, este grupo se partió de inmediato”, rememora Carlos Reyna.En junio del 2006, antes de asumir funciones, Carlos Torres Caro –ex candidato a la segunda vicepresidencia de UPP–, Gustavo Espinoza y Rocío González iniciaron este festín de rupturas con su separación del partido. Adujeron que Ollanta Humala coqueteaba con la izquierda radical y hasta hoy –excepto González, que ha sido desaforada– pululan por el Congreso sin tener que dar cuenta ante un partido. En esa ocasión, el hoy renunciante parlamentario Isaac Mekler también presentó una carta de dimisión, pero se retractó a los pocos días. “Estoy profunda e inmensamente arrepentido de lo que hice hace una semana al dudar de tu liderazgo. El proyecto nacionalista eres tú”, le escribió a Humala en una florida carta el 21 de junio.Este dato muestra la débil cohesión partidaria que hubo desde el inicio en el nacionalismo y el carácter cíclico de sus fragmentaciones, si se considera el repetido argumento del “izquierdismo radical” que ha dado Mekler hace una semana. Incluso, el upepista Álvaro Gutiérrez –que luego se separaría del partido–, declaró entonces con irónica precisión: “El retiro de Torres Caro se esperaba desde el almuerzo que tuvo con Delgado Parker. Lo suyo es el inicio del transfuguismo”.Sigue la rupturaLa gran división de UPP vino muy pronto, en diciembre del 2006. El Grupo Parlamentario Nacionalista –de tendencia más radical frente al liberalismo económico que había empezado a promover el presidente Alan García– se constituyó como una bancada propia y muy pronto captó a 23 ex upepistas. Reyna explica que la tendencia común de esos días era deslindarse del acercamiento que tenían entonces UPP y el Apra. De hecho, Aldo Estrada fue incluido a mediados del 2007 en la lista aprista para la Mesa Directiva del Congreso.Una vez que los upepistas quedaron reducidos a 19 miembros, se generó el desmembramiento promovido por Álvaro Gutiérrez con el naciente Bloque Popular. Pero no esto no fue todo: los congresistas Washington Zeballos, Rosa Venegas y Gloria Ramos también dieron las espaldas a UPP y formaron su Grupo Especial Compromiso Democrático. De este modo, el Unión por el Perú que eligieron 2’274,797 peruanos en bloque y no como una suma de individualidades –y que se ofreció como una alternativa nacionalista– terminó dividido en cuatro grupillos legislativos. Al final –y si se descuenta al parlamentario José Anaya, suspendido por haber fraguado comprobantes de pago por consumo de pollos– quedaron siete padres de la patria desprestigiados y con un poder ínfimo como bancada.En la raíz de esta descomposición congresal están, según los analistas, el fin de los partidos ideológicos y el surgimiento de un pragmatismo político que privilegia la figura del ‘independiente’ por sobre la del militante del partido tradicional. Se suele afirmar que las agrupaciones políticas –tal como las conocíamos antes de la irrupción de Alberto Fujimori en 1990– están en crisis. La antipolítica asoma desde entonces como la excusa perfecta del desinterés ciudadano. En realidad, somos los votantes los que llevamos a los upepistas al poder y los que, en un par de años, tendremos el poder para decidir mejor. ¿Disidente O TRÁNSFUGA?Según el antropólogo Carlos Iván Degregori, autor de “El nacimiento del otorongo. El Congreso de la República durante los gobiernos de Fujimori (1990-2000)” (IEP), el tránsfuga no muestra un cuestionamiento ideológico al ideario del partido, mientras que el disidente político se aleja por razones principistas y no lo hace durante un periodo preelectoral. Además, este último renuncia y no goza de los privilegios asociados a su pertenencia al partido. Un ejemplo de disidente es, según Degregori, Henry Pease, un político que primero militó en Izquierda Unida y, cuando este bloque desapareció, se quedó sin partido. Luego continuó como opositor de Fujimori como miembro de Unión por el Perú y, finalmente, estuvo en las filas de Perú Posible. “Se cambió de partido pero mantuvo una línea ideológica coherente”, afirma el antropólogo.Herencia tránsfuga• 19 fueron los congresistas tránsfugas que se alineraron con el fujimorismo durante las elecciones generales del 2001. 8 fueron de Perú Posible, 5 de Solidaridad Nacional, 2 del Frepap y una del Apra (Ruby Rodríguez); todos lo hicieron a cambio de dinero y otras prebendas. • El caso más escandaloso de transfuguismo reciente es el del ex congresista Alberto Kouri, grabado mientras recibía 15 mil dólares de Vladimiro Montesinos para pasarse al partido de Alberto Fujimori.• De los 45 congresistas elegidos por Perú Posible el 2001, 34 terminaron en las filas del partido al término de la gestión del ex presidente Alejandro Toledo.• De los 17 parlamentarios elegidos por Unidad Nacional el 2001, seis se apartaron de esta bancada al 2006.• El primer tránsfuga en la historia peruana reciente fue el ex diputado Héctor Marisca, quien durante el primer gobierno de Alan García (1985-1990), se apartó del partido Convergencia Democrática para proponer la reelecciónde AGP.

1 comentario:

  1. OYE QUE HACES EN LA FOTO, CON ESE LIBERADOR DE TERRORISTAS. NO TE DA VERGUENZA!!!!!!!!!!!!!

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