viernes, 28 de diciembre de 2012

LA AGONIA DE LA EDUCACION PERUANA

Amigos comparto con ustedes esta informacion relevante que bien vale la pena darle un vistazo.

 En un año donde la educación nacional ha ocupado las primeras planas, y no por sus bondades, presentamos un artículo que toca los puntos esenciales por donde debería ir un debate serio sobre el rumbo de la educación en el país.
Hacia fines de la década de los años noventa el sector público atendía al 85% de la matrícula del sistema educativo, el 15% restante era atendido por el sector privado. En lo que va del nuevo siglo el panorama se modifica sustantivamente. La cobertura de atención del sector privado en el 2011 creció  68% respecto a la del año 2000, incrementándose en un millón 57 mil estudiantes a costa de la caída creciente de matrícula en centros educativos estatales.1
La tendencia fáctica a la privatización educativa tiene también otras expresiones.  Entre el 2000 y el 2011 la inversión privada en educación subió de 6,683 millones de nuevos soles a 14,057 millones llegando a significar el 2,8% del PIB, cifra similar a la del presupuesto público (S/14,551 millones, es decir, el 3% del PIB). En Lima el 66.7% de sus centros educativos es de carácter privado, concentrando un 49% de la matrícula; Arequipa con un 57,3% de centros educativos privados tiene el más alto porcentaje de matrícula privada en el país: 50,1% 2
Este fenómeno no podría haberse dado sin tres  factores determinantes: a) la gradual devaluación de lo público en educación; b) la bonanza económica vigente y sus efectos en cuanto a percepciones; c) una clase política de espaldas a la educación como derecho básico de todos, particularmente de los más humildes.

La devaluación de la escuela pública
La educación peruana lleva tres décadas de deterioro progresivo. Los principales problemas son la baja calidad de la enseñanza y los magros resultados en materia de aprendizaje de los estudiantes y de los egresados.

La terca apuesta de los padres de familia porque sus hijos tengan acceso a una educación adecuada contrasta con un sistema cuyo fin último no es el alumno. La escuela pública fue hasta fines del siglo pasado el gran referente para la inmensa mayoría del pueblo peruano, particularmente el de la considerable masa conformada por pobres, pobres extremos y clase media baja. Hoy está dejando de serlo.
Remontémonos a 1993. Una misión interagencial solicitada por el gobierno de entonces daba recomendaciones específicas al Estado peruano sobre cómo mejorar su educación pública.3 Señalaba que faltaba un programa nacional de educación, que el liderazgo del MED era nulo y  que existía una reducida inversión en educación. Además que había una rígida burocracia con normas y procedimientos superpuestos, sin idoneidad en el currículo para la educación básica. Además de una notoria ausencia de materiales educativos pertinentes, gran deterioro de la infraestructura y falta de mobiliario.
La respuesta más inmediata del gobierno fujimorista fue construir escuelas como parte de su campaña de reelección; y emitir el  Decreto 882 que, sin control alguno ni acreditación por entes públicos, dio paso a la creación indiscriminada de centros privados en una perspectiva de mercado y de lucro antes que de servicio eficiente
Si se hiciera un recuento de lo obrado por el Estado desde entonces a través de sucesivos gobiernos,  respecto a esas recomendaciones, concluiríamos que varias de ellas siguen sin cambio notable y con problemas agravados.
El Proyecto Educativo Nacional, tal vez el mejor logro colectivo desde entonces, fue aprobado el 2008, ninguneado por el gobierno que lo oficializó y recién retomado como política eje desde el año pasado. Los presupuestos destinados al sector educativo nunca crecieron más que las matrículas. Y la escuela pública, sin recursos humanos suficientes ni de tipo operativo, siguió decayendo.
Las opciones respecto a cómo invertir parte de la bonanza económica en el gobierno de Alan García, son reveladoras. Costosos colegios emblemáticos situados en su mayoría en la siempre rentablemente visible Lima, a pesar de que el Instituto de Defensa Civil alertaba el 2007 que por lo menos 4,700 centros educativos del país estaban en situación de emergencia y que en la propia Lima 415 de locales corrían alto riesgo y 57% riesgo moderado y que el Consejo Nacional de Educación denunciaba en el PEN que 650 mil niños se encontraban en riesgo por problemas de infraestructura y saneamiento en sus escuelas.
Las huelgas docentes, varias de ellas prolongadas artificialmente, constituyen factor clave para explicar el éxodo de alumnos de la educación pública a la privada. Algunos movimientos huelguísticos caracterizados por violentas escenas de maestros en calles han ayudado decisivamente a que en familias populares se convenzan de que  el año escolar, por lo menos, no se va a perder en centros privados.
Las evaluaciones hechas al magisterio tuvieron particular gravitación. Sus desastrosos resultados y la publicidad que sirvió de eco en diarios y medios que alientan la idea de que el magisterio es el gran culpable del desastre educativo- junto a resultados en pruebas censales nacionales y la incómoda situación de estar entre los últimos en pruebas como PISA- han ayudado activamente a ahondar la mala imagen de la escuela pública.4
La privatización como efecto de la bonanza económica
Los sucesivos esfuerzos gubernamentales de destinar muchos mayores recursos al denominado gasto social no han sido suficientes para enfrentar los marcados contrastes entre el notable crecimiento económico observado en el país y claros desajustes de orden social como los observados en el ámbito educativo.

Es curioso escuchar a líderes de opinión o políticos  de corte liberal que abogan por seguir el ejemplo de Finlandia- el país con mejores rendimientos en materia educativa- y aquí hacen todo lo posible por estigmatizar la escuela pública y al magisterio que trabaja en ella. Ignoran u olvidan que la educación en el país nórdico tiene como principal característica   contar con un sistema de carácter público, con maestros muy bien preparados y con excelentes salarios, gozando de prestigio social y del respeto ciudadano.
Entre nosotros prima la idea de que fuera de la competitividad no es posible alcanzar calidad alguna en materia educativa. Hay un mayoritario conjunto de medios masivos abogando porque lo privado es intrínsecamente mejor que lo público y que el Estado debe empequeñecerse dando curso a más dinámicas y eficientes iniciativas privadas.
Ello impacta en un grueso de la población, ahora con más recursos económicos y con justo afán de superación. En un país segmentado como el nuestro está primando la idea de que acceder a lo privado es acceder o aproximarse a una élite. La posibilidad de pagar matrícula y pensión en una escuela privada forma parte de tales aspiraciones.
Hay un mayoritario conjunto de medios masivos abogando porque lo privado es intrínsecamente mejor que lo público y que el Estado debe empequeñecerse dando curso a más dinámicas y eficientes iniciativas privadas.
La liberalización del servicio público durante la opción por el capitalismo sin restricciones en el gobierno de Fujimori ha dado lugar a creciente oferta privada en la educación básica, cuya demanda más alta se haya en los distritos más pobres de Lima, ciudad donde hoy el ingreso per cápita es 58% superior al resto del país urbano y 72% más que en las áreas rurales. Lamentablemente, la calidad de la nueva oferta privada en estos ámbitos es muy baja y sólo está a la altura de los miedos y de la desconfianza creciente en la oferta pública.
Hoy los sectores populares están en mejor condición económica para poder escoger donde colocar a sus hijos para ser educados. La pregunta de rigor es ¿por qué entre una deficiente escuela pública y una escuela privada no necesariamente mejor que la fiscal, las familias pobres emergentes están optando por las privadas?
En el imaginario general, el servicio educativo privado es de mayor calidad que el ofrecido por el Estado. En el Perú, la opinión pública es tajante en este tema.5 Además, y esto no es menor, vivimos en una sociedad de individuos donde las creencias comunes se diluyen, donde las apuestas por proyectos colectivos de sociedad se diluyen por un individualismo exacerbado que privilegia intereses particulares por sobre un bien común.
La comprobación más evidente de la mala calidad de la educación privada en áreas   pobres de Lima Metropolitana la dan los resultados de la última evaluación censal a alumnos del 2° grado de primaria en comprensión lectora y matemática. Los resultados nacionales fueron deficitarios y en el conjunto del país los centros educativosprivados tuvieron mejor desempeño que los fiscales.6 Sin embargo, en las zonas más pobres de Lima Metropolitana los resultados de aprendizaje de estudiantes  que asisten a las escuelas privadas están por debajo o al nivel de aquellos que asisten a las escuelas públicas.7
La fuerza de lo privado en el país ha impedido revisar el DL882, que si bien ha dado lugar a algunas instituciones privadas de excelencia, ha significado por lo general un abuso de particulares a quienes por el mismo DL se les faculta para “fundar, promover, conducir y gestionar instituciones educativas particulares con o sin finalidad lucrativa”.8 Hoy pedir su revisión o derogatoria implica acusaciones al Estado de amenazar la educación privada.
Una de las expresiones más perversas de la privatización de la educación se expresa en los “exámenes” de admisión a que son sometidos niños desde la más tierna edad. Estos  excesos, que afectan la autoestima infantil y familiar,  han obligado al MED actual a prohibir dichos exámenes. Esta clara opción por proteger a los niños ha sido cuestionada por los dueños de colegios que creen que pueden seguir exigiendo a niños y niñas habilidades que no corresponden a su edad. 
Responsabilidades de la clase política
La desconfianza frente al sistema político adopta en nuestro país características más pronunciadas. La ilegitimidad del orden político aparece en la conciencia colectiva como el reconocimiento de la incapacidad de los gobernados para influir en la modificación del propio sistema.

La educación pública ha sufrido los efectos de una clase política no comprometida con su mejor desarrollo. La Constitución de 1979 si bien recogió gran parte del diseño del Estado promovido por las reformas velasquistas que heredaron el segundo gobierno de Belaúnde y el primero de García, sufrió un desmontaje total con las reformas neoliberales de Fujimori y las reglas de ajuste estructural promovidas desde organismos multilaterales. Se sacrificaron políticas sociales sin que en el ámbito educativo se dieran estrategias integrales de atención a zonas excluidas. Sin embargo el país vivió engañado con la masiva construcción de centros educativos y propaganda de “tener la mejor educación latinoamericana” sujetas a afanes electorales. El deterioro de la escuela pública se expresó en los malos resultados peruanos en la evaluación comparada LLECE/UNESCO que el gobierno prohibió difundir.9
El gobierno de Toledo fue opaco en lo educativo. No cumplió con el Acuerdo Nacional de ampliar el presupuesto educativo más allá de un 2,9% del PIB y si bien creó el Consejo Nacional de Educación, aumentó salarios docentes y declaró en emergencia la educación nacional (2003) luego de paupérrimos resultado peruano en PISA, nunca el denominado Programa Nacional de Emergencia significó un  atisbo serio para enfrentarla.
Lo de Alan García es más reciente. Mal utilizó hasta su distorsión una Carrera Pública Magisterial que nace manteniendo vigente la Ley del Profesorado en cuyo mal nacimiento participó activamente también el Apra. Los resultados de las evaluaciones censales mostraron bajos aprendizajes y los de la segunda evaluación comparada LLECE/UNESCO señalaron a nuestro país como el que presenta la mayor inequidad educativa en la región. El despilfarro en programas como PRONAMA y las construcciones costosas con ética dudosa caracterizaron su gobierno. El imperio de una noción tradicional de calidad educativa sin homogeneización y con enfoque utilitarista, también afectó gravemente la escuela pública.
Patria Roja y su dominio pleno durante décadas de la dirigencia y accionar del SUTEP es otro actor político por considerar en esta debacle de la educación pública. Desde su creación contestataria al régimen militar de Velasco el SUTEP es sinónimo de lucha gremial contraria a todo gobierno que se haya sucedido en las últimas tres décadas.
En las zonas más pobres de Lima Metropolitana los resultados de aprendizaje de estudiantes  que asisten a las escuelas privadas están por debajo o al nivel de aquellos que asisten a las escuelas públicas.
Hay que reconocer que ha sido el único portavoz de maestros sin voz en el país y que como organización social vela por los intereses y las mejores condiciones laborales y salariales de sus asociados. Los problemas surgen cuando sus dirigentes conciben al SUTEP como una instancia alternativa de gobierno a las decisiones ligadas a la educación. Hubo intentos de crear su propia ley general de educación, su propio PEN y su propia propuesta de ley magisterial. Lamentablemente han privilegiado el control político sindical más que la representatividad de todo el magisterio.
El panorama gremial magisterial se complica y complejiza este 2012 con motivo de la dación de la nueva Ley de Reforma Magisterial. Las condiciones de precariedad salarial docente y los procesos de regionalización han generado últimamente la incursión en el gremio docente de un movimiento político cercano a Sendero Luminoso generando gran preocupación en la opinión pública y los padres de familia. Los efectos de las luchas dentro del gremio10 se expresaron en la huelga generada en distintas regiones por el CONARE desde junio y la del CEN del SUTEP en septiembre tomando como base de la huelga “indefinida” la dación de la Ley de Reforma Magisterial unificando a todos los maestros en un solo régimen profesional y la deuda social no asumida por el Estado. Se calculan en 3’972,021 los niños y niñas afectados por la interrupción de sus clases.
Más allá de la justeza de algunas de las reivindicaciones esgrimidas, el daño que se ha hecho con estas huelgas a las escuelas púbicas es inmenso.
Algunas de las posibles tareas
La crisis de la educación pública es acumulada. Está también asociada a que en las últimas décadas el énfasis en la privatización se da junto a una fuerte impugnación del Estado y de la política, los asuntos públicos se privatizan a la par que intereses privados se tornan públicos
En educación la construcción de la escuela pública requirió muchos años. Una de sus virtudes era que daba una educación de mejor calidad que la actual y a la que podía acceder todo el que quisiera. Hoy la escuela pública es vista por la gente como “la escuela de los pobres”.

Revertir esa situación es necesario por muchos motivos. La escuela pública revalorada posibilitará ejercitar a la mayoría su derecho a educarse bien, particularmente  los menos pudientes; formación e identidad de la ciudadanía en contextos de multiculturalidad; posibilitar a la mayoría ciudadana que sus hijos sean educados con un conjunto de conocimientos, destrezas y valores compartidos; integración y socialización, etc.
Será tarea difícil, no sólo por las políticas privatizadoras de gobiernos conservadores y ambiguos, sino que el mal- más profundo- radica en la propia subjetividad de los ciudadanos, ahora convertidos en clientes.

La extensión del artículo no posibilita hacer balance sobre el actual contexto político institucional. El actual gobierno en el que hoy más creen quienes no votaron por él que sus anteriores seguidores, tiene en el MED un capital valioso a pesar de las serias dificultades por las que ha atravesado este año, algunas de las cuales ahondadas por propia impericia. Respecto a la educación pública no tengo duda de que el actual equipo ministerial está identificado con su importancia, con la necesidad de abordar la calidad de la enseñanza y de considerar al docente como aliado real o potencial y no como obstáculo. Es notable el contraste con la gestión Chang en cuanto a disposición al diálogo y a transparencia y a un real interés en lo que están realizando.
Su coherencia e idoneidad serán puestas a prueba con una adecuada aplicación de la Ley de Reforma Magisterial. Convencer al magisterio de sus bondades no será tarea fácil; deberá demostrarle que su formación en servicio será tarea prioritaria y que no se volverán a repetir los gruesos errores en materia evaluativa.
Enfrentar la descentralización en diálogo compartido con regiones, mejorando sustantivamente la deplorable imagen y gestión de los organismos intermedios, es aún asignatura pendiente. Será fundamental en este conjunto de tareas que el MEF no ponga trabas para más recursos y flexibilice sus exigencias a sectores sociales como el educativo.
La difusión y el análisis en las escuelas de los resultados evaluativos de alumnos están significando levantar conciencia en padres y maestros sobre la importancia de la calidad en los aprendizajes. No puede haber buena escuela pública sin rendición de cuentas y con padres desinformados y desinteresados en sus logros.
Será fundamental, asimismo, que el SUTEP coparticipe en la reconstrucción de la escuela pública. Su posibilidad de aporte será mayor si en él se asume que si bien la naturaleza de la educación es política, no debiera concebirse en los términos estrechos de una ideología determinada, de un modelo político determinado o de un partido determinado.

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1 En educación primaria el éxodo de estudiantes de lo público a lo privado llegó a 865 mil estudiantes, en la secundaria a 239 mil estudiantes. La educación superior no universitaria, fundamentalmente en Institutos Superiores Pedagógicos por la racionalización de matrícula impuesta por la gestión del ministro Antonio Chang, disminuyó con 46 mil alumnos menos. La educación inicial (con 78 mil estudiantes) y la superior universitaria (con 99 mil estudiantes) fueron las únicas modalidades que crecieron en el sector público. (Fuente: INIDEN. Noviembre de 2012 , Año 21, N° 11)
2 En síntesis, en los últimos once años la oferta privada en servicios educativos aumentó en 12%, asistiendo a uno de sus centros 3 de cada 10 estudiantes (Fuente: INIDEN. Noviembre de 2012 , Año 21, N° 11)
3 El PNUD, la UNESCO y la GTZ integraban esa misión.
4 Dos evaluaciones fueron determinantes. La de enero  1999 para nombrar a 29,256 docentes y directores, en la que sólo 16,2% aprobaron el examen, y de ellos, 60% con la nota mínima 11. La evaluación punitiva de marzo 2008 en la que se “evaluó” a 181.118 docentes con fines de nombramiento y contratación en la CPM, en la que solo 151 lograron aprobar con 14 o más, en medio de graves, contundentes y generalizados cuestionamientos a la validez técnica de la prueba.(Fuente: ”Educación, docencia y clase política en el Perú” de José Rivero)
5 En las Encuestas Nacionales de Educación (ENAED 2005 y ENAED 2007) realizadas por Foro Educativo, el 76% y el 79% de la población, respectivamente, consideran que la educación privada es mejor que la educación pública.(Fuente: Ricardo Cuenca ibídem)
6 La educación privada es de mejor calidad a medida que se da en distritos con mayores ingresos siendo la variable económica más que la educativa la determinante en la calidad de las escuelas privadas.
7  El porcentaje de estudiantes que alcanzaron el nivel 2 en ambas materias según grupos del Índice de Desarrollo Humano fue mayor en las escuelas públicas que en el de las privadas. Me refiero a distritos con el menor IDH: Lurigancho, Lurín, Villa María el Triunfo, Carabayllo, Cieneguilla, Puente Piedra, Pucusana, Pachacámac, y a los distritos en el segundo IDH más bajo: San Bartolo, Ancón, Punta Negra, El Agustino, Ate, Villa El Salvador y San Juan de Luriganchjo. (Fuente: MED, “Resultados de la Evaluación Censal de Estudiantes 2011” Exposición de la Ministra Patria Salas)
8 Artículo 2° del DL 882 suscrito en 1996 por A.Fujimori, A.Pandolfi (Premier) y D.Palermo (Ministro de Educación). Uno de los efectos perversos de la mala aplicación de este instrumento legal sin ningún contrapeso de acreditación y supervisión, fue la creación indiscriminada de ISP formadores de docentes.
9 Fue el gobierno de transición de Valentín Paniagua el que los dio a conocer a través de su ministro Marcial Rubio
10 Contar con dos directivas de Colegio de Profesores es  otra expresión de una lucha cainita entre dirigencias docentes, una de ellas ligada al SUTEP dependiente de Patria Roja y la segunda a  tendencias gremiales contestatarias.

jueves, 29 de noviembre de 2012

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¿Qué pretende la ley del “negacionismo”?

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+APor: Miguel Giusti.Filósofo, profesor de la Universidad Católica.



Primer Ministro Juan Jiménez defiende la 'Ley del negacionismo' (Foto: Andina). Para quien haya leído con detenimiento las 10 páginas de “Exposición de motivos” del proyecto de ley sobre el “negacionismo de los delitos de terrorismo” propuesto por el Ejecutivo al Congreso de la República, seguramente dos cosas habrán llamado de inmediato su atención: la primera es el alto nivel de elaboración conceptual y de actualidad jurídica de tal fundamentación; la segunda, la desconcertante ausencia de contextualización en la que ella se expresa. La combinación de ambas cosas llama, por supuesto, a la sospecha, pero conviene tenerlas, ambas, en su debida consideración.



Por un lado, hay que reconocer a los autores de la fundamentación (quienes no tienen por qué ser necesariamente los responsables de la utilización política que se haga de su trabajo) que su reflexión es seria y persuasiva, pues se ajusta a los estándares más elevados de la jurisprudencia internacional sobre el negacionismo o el “revisionismo histórico”. Pero, por otro lado, es sorprendente el alto grado de despiste sobre el contexto (bien o mal intencionado) en el que es formulada la fundamentación y el consiguiente proyecto de ley.



Quien se atuviera a las consideraciones teóricas de la mencionada fundamentación pensaría que nos hallamos, en el Perú actual, en una sociedad democrática plenamente respetuosa del Estado de derecho, en la que existe un consenso amplio y claro sobre la “verdad” social de nuestra historia, pasada y reciente, que sería precisamente la que habría que preservar ahora por medio de una nueva medida legislativa como la que se propone en el proyecto en cuestión.



Pero eso contradice de manera flagrante la realidad de las cosas, y, por lo mismo, pervierte el sentido de la norma propuesta. Así es la naturaleza de las leyes: adquieren sentido, o contrasentido, en el contexto en el que se aplican, ya que éste, lejos de ser irrelevante para su implementación, suele influir de manera determinante en los efectos reales que ellas habrán de tener.



Si algún “negacionismo” es claramente perceptible y condenable en la sociedad peruana actual, de acuerdo precisamente con los criterios jurídicos en que se basa la fundamentación de la norma mencionada, es uno muy diferente al que se pretende combatir, uno que le es casi contrario: no la negación de los crímenes del terrorismo, sino la negación de la “verdad” sobre esos crímenes; no la negación del carácter pernicioso de la violencia para nuestra democracia, sino la negación de la responsabilidad que ha tenido la sociedad, en particular su clase política y empresarial, en perpetuar una situación de injusticia, corrupción e inequidad que contraviene los estándares de la forma más elemental de democracia.



No son éstas las únicas formas de negacionismo. Hay muchas otras que le están emparentadas y que explican en cierto modo la paradoja, o el oportunismo descarado, de la propuesta. Si, por ejemplo, un presidente ha sido elegido ofreciendo a la población una línea política de cambio y luego aplica una contraria, ¿no es eso una forma flagrante de negacionismo? ¿No es una forma clara de enviar un mensaje a la población sobre la concepción de “verdad” o “veracidad” de la política?



No estoy hablando de asuntos meramente subjetivos o de coherencia personal. El negacionismo ético de la política presidencial es una de las fuentes que alimentan y dan aliento al negacionismo sociopolítico de la derecha peruana que, como en todas las elecciones pasadas, se ha visto fortalecida en sus convicciones rudimentarias por las decisiones últimas de sus gobernantes. Una vez más, ha ganado las elecciones en el Perú un candidato que encarnaba una clara voluntad política, la de un pueblo descontento con el sistema, pero el presidente electo ha traicionado esa voluntad y dado la razón a la tendencia opuesta, reforzando así la convicción del negacionismo en sus diferentes variantes: negación de la veracidad, de la palabra empeñada, de la reforma prometida y de la verdad que le subyace.



Si algún “negacionismo” es claramente perceptible en la sociedad peruana actual, es uno muy diferente al que se pretende combatir, uno que le es casi contrario: no la negación de los crímenes del terrorismo, sino la negación de la “verdad” sobre esos crímenes y de la responsabilidad que ha tenido la sociedad en perpetuar una situación de injusticia, corrupción e inequidad.



Eso explica la insólita constelación actual, que es la del dominio social, político y mediático de una derecha que gobierna casi sin restricciones ideológicas, enseñoreada sobre el panorama y que practica el más descarado negacionismo de la verdad histórica de la desigualdad reinante en el país a lo largo de siglos. No solo tiene en su poder los principales diarios y canales de televisión, en los cuales cultiva abiertamente el negacionismo, con la prepotencia que le otorga su posición de dominio, sino que propone además la agenda de discusión pública y hasta el clima para su abordaje. A ello se debe, sin duda, que de pronto haya readquirido actualidad y pertinencia el cuestionamiento de la Comisión de la Verdad, la relativización de las decisiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos o el propio pedido de indulto a Fujimori. El mensaje monocorde envalentona a sus emisores, refuerza su seguridad y los lleva por eso a expresar su voluntad de poder sin reparos, con la mayor naturalidad, incluyendo en este coro al arzobispo de Lima, quien bendice la desigualdad, legitima la corrupción y predica el desconocimiento de los estándares jurídicos internacionales que se proponen precisamente defender los valores de la vida.



Por todo ello, la pregunta principal que subyace a la propuesta de ley sobre el negacionismo es: ¿de qué negación de qué verdad estamos hablando? Si ponemos la propuesta en su debido contexto, las cosas no parecen ser ni parecer como se plantean en el proyecto. La negación de la que se pretende defender a nuestra sociedad es la de los delitos del terrorismo, en la medida en que ella supuestamente pondría en peligro nuestra estabilidad democrática. Pero, por su descontextualización, deliberada o no, el proyecto parecería proponerse más bien legitimar o encubrir indirectamente la negación abierta de la verdad histórica sobre nuestro pasado, la cual implica una serie de negaciones previas que son las causantes últimas de la inexistencia entre nosotros de una verdadera democracia, como la justificación de los crímenes, la connivencia con la corrupción, la naturalidad de la inconsecuencia política, la aceptación del mal llamado pragmatismo de los gobernantes.



El problema principal de este proyecto de ley no es, pues, que con él se ponga en peligro la libertad de expresión o que se otorgue a los jueces peruanos, famosos ciertamente por su improbidad, un elemento adicional de manipulación de la justicia o de cacería de brujas. El problema principal es su desconocimiento deliberado del contexto en el que surge y en el que ha de ser aplicado, que es el del negacionismo opuesto: el que da vida a una forma de hacer política de espaldas al verdadero país, en consonancia con la corrupción y en contradicción con los ideales de una sociedad más justa y

martes, 16 de octubre de 2012

“Al Presidente no se le elige para dar lecciones de humanidad, sino para cumplir y hacer cumplir la ley"

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Henry Pease García

Domingo, 14 de octubre de 2012
8:45 am Henry Pease García. Comentarios 16 Enviar a un amigo Tu nombre Nombre de tu amigo Email de tu amigo ENVIAR Imprimir la noticia Reducir el texto Aumentar el texto Ex presidente del Congreso y parlamentario peruposibilista analiza el pedido de indulto humanitario para Alberto Fujimori, evalúa la actual gestión gubernamental y desentraña la ruptura de la izquierda a fines de los ochenta.

Ghiovani Hinojosa/



El profesor Henry Pease ya se ha caído tres veces sobre el pavimento mientras caminaba hacia el estacionamiento de autos en la Universidad Católica. Ahora usa un bastón por si las moscas. Los dos años de quimioterapia que ha tenido le han “quemado” el páncreas. Y la diabetes que también resultó de este tratamiento ha puesto en peligro sus riñones. Sin embargo, Henry Pease García tiene la mirada cristalina, apacible. Es un hombre que no reniega de su destino.



-¿Acepta la posibilidad de indultar al ex presidente Alberto Fujimori?



Solo si se establece científicamente que su cáncer implica una enfermedad terminal. El indulto humanitario únicamente procede si el reo sufre una enfermedad terminal o si las condiciones de encarcelamiento afectan gravemente su salud. Esto último está descartado en su caso porque él está en una prisión dorada. No ha habido en la historia del Perú un preso con mejores condiciones de alojamiento. No hay diferencia entre vivir donde vive y vivir en un departamento.



-¿Qué entiende por enfermedad terminal?



Que el señor esté tan mal de salud que, en lugar de morir en la cárcel, vaya a morir en su casa. No sería posible que si se le da el indulto por este motivo, Fujimori salga de la cárcel a hacer una vida normal. No tendría sentido que llegue a su casa, haga una conferencia de prensa y se convierta en un actor político central.



-¿Los hijos de Alberto Fujimori han hecho muchos aspavientos con la salud de su padre?



Todo hijo tiene derecho a estar angustiado por la salud de su padre y, por tanto, a pedir un indulto. Pero como se ha presentado públicamente la enfermedad de Fujimori la gente puede pensar que el cáncer es siempre una enfermedad terminal. No es así. A veces el cáncer se puede controlar. Se lo dice alguien que ha padecido la enfermedad desde hace treinta años.



-Pero la familia Fujimori no está defendiendo la tesis de una enfermedad terminal sino la de una enfermedad no terminal que es “avanzada, incurable, degenerativa y progresiva”, de acuerdo a la ley, y que por tanto podría ameritar un indulto humanitario.



Toda persona que pasa de los sesenta años tiene males degenerativos. Eso es totalmente normal. Se podría decir, en ese caso, que la diabetes es una razón para sacar a Fujimori de prisión. Esto no es lo que dice sobre el indulto humanitario la jurisprudencia internacional. Gravedad no es cualquier cosa. Gravedad es peligro de muerte. Dejen que los médicos definan la enfermedad de Alberto Fujimori.



-¿Cómo debería actuar la comisión de Gracias Presidenciales?



Tiene que recurrir a fuentes médicas que no generen la menor duda. Porque yo también puedo nombrar a médicos que me digan lo que quiero. Se debe pensar en oncólogos extranjeros que no mezclen pasión con hechos objetivos. El Perú está muy dividido en torno a lo que fue ese gobierno, esos hechos. Estamos todavía en la misma generación. Hay que esperar que los años salden las cuentas.



-¿Cuál sería el escenario político nacional si se indultara a Fujimori?



El argumento que dice que indultando a Fujimori se va a reconciliar el país no es cierto. Que digan que sus seguidores van a estar contentos, puede ser. ¿Acaso las víctimas del grupo Colina van a reconciliarse con sus perpetradores? ¿Cómo es que dicen eso los mismos que han visto con desprecio que se trate de compensar a la gente pobre que fue asesinada durante el conflicto armado interno? Las heridas no se cierran con medidas forzadas. Al revés, esto va a radicalizar odios, va a radicalizar confrontación. Seamos claros: ¿por qué ganó Humala? Muchos votamos por él en la segunda vuelta para que no salga Keiko. ¿Cómo se van a sentir las personas que lo hicieron? ¿Qué les va a decir Ollanta Humala? Al presidente no se le elige para dar lecciones de humanidad, sino para cumplir y hacer cumplir la ley.



-La sentencia del Tribunal Constitucional que anuló el indulto a Crousillat, en enero del 2011, señala en sus fundamentos que en las gracias presidenciales “resulta exigible un estándar mínimo de motivación”. ¿Esto obliga al Presidente a justificar públicamente su decisión?



Eso es algo elemental por una razón muy simple. El presidente no es un monarca y el indulto es una norma que viene de las monarquías. La historia de la democracia en el mundo occidental es la historia de la reducción del poder arbitrario. El presidente democrático gobierna según la ley. Lo que hay en otros países con el nombre de indulto es la conmutación de pena a un condenado a muerte para que viva en la cárcel, pero no para que lo perdonen. En el Perú el Presidente no es juez. El que juzga es el Poder Judicial. Este, en el caso de Fujimori, ha hecho un juicio impecable que lo ha sentenciado a 25 años. Si el presidente Humala va a cambiar eso, tiene que justificarlo de acuerdo a la ley.



-¿Por qué cree que Ollanta Humala declaró por su propia cuenta y riesgo que no comprendía a los familiares de Alberto Fujimori cuando estos hablaban de indulto sin haberlo solicitado formalmente?



Quizá les reclamó un trámite formal porque efectivamente había mucho peso mediático, pero no se había comenzado el trámite.



-Terminó dándoles a los hijos de Fujimori la justificación para presentar el pedido de indulto.



No tengo por qué especular. El Estado debe contestar a cualquiera que le hace un pedido: ‘hágalo, pues, para saber en qué términos le contesto’.



-¿Un eventual mea culpa público y convincente de Alberto Fujimori debería ser considerado por la nación?



Un indulto es un perdón, no es una amnistía. No desaparece el delito. El perdón normalmente se pide y debe significar arrepentimiento de haberlo hecho. Pero eso es demasiado pedir en el caso de Fujimori. Toda la lógica de la familia ha sido no reconocer la sentencia. Así persisten en los errores que lo llevaron al delito. Eso es un problema.



-Un eventual indulto a Fujimori sería simbólico para la justicia peruana.



Tenemos un montón de jóvenes tanto en movimientos tipo Movadef como en criminalidad puntual y en bandas que se ríen del Estado de derecho. A ellos debemos educar diciéndoles con el ejemplo que todos somos iguales ante la ley, y que el que la hace la paga.



-El 66 por ciento de peruanos aprobaba el indulto a Fujimori por razones de salud en diciembre pasado, según una encuesta de Ipsos Apoyo. ¿Qué le parece?



Es lo mismo que le estoy diciendo. Pero no le llame usted indulto humanitario a una farsa que es un indulto común porque no hay condiciones para un indulto humanitario.



Los calcetines de Henry Pease son raros. Tienen un grosor inusitado y ascienden por debajo del pantalón hasta más arriba de las piernas. Son una especie de licra de una pieza que retiene los fluidos que circulan todo el tiempo por su cuerpo. El sistema linfático del sociólogo está alterado desde que le extirparon un cáncer a los ganglios hace más de veinte años. Si él no usara estos calcetines especiales, las extremidades se le hincharían a niveles preocupantes. Ya ha pasado. Una vez, se quedó sentado en su sillón treinta minutos sin protección y sus pies se inflaron al punto de no caber en sus zapatos. Por eso tiene que mandar traer estas medias desde Alemania. Pero a cierta hora del día, normalmente las seis de la tarde, la presión sobre su piel es demasiada y las piernas empiezan a trastabillarle. El médico le ha recomendado que nade una hora diaria, actividad que realiza todas las mañanas. "En realidad, él es uno de mis remedios", dice tomando de las manos a su nieto Valentín, de cuatro años, que aparece en medio de la entrevista. Pease se pone cauto a la hora de juzgar al presidente de la República y de recordar su paso por la izquierda.



-¿Siente usted que Humala ha sufrido un viraje ideológico desde que entró al poder?



Yo apoyé a Humala en la segunda vuelta. Había más cercanía con él que con Keiko Fujimori. Lo hice asistiendo al evento que organizó en el que firmó y proclamó la Hoja de Ruta. Este documento, que se convirtió en el norte de su plan de gobierno, puede significar un primer elemento de cambio.



-Me refiero a su divorcio de los líderes de la izquierda que llevó a su fin al gabinete Lerner.



Yo siempre me pregunto por qué en el Perú siempre elegimos presidentes por la izquierda que gobiernan por la derecha. Eso tiene varias versiones en varios momentos. El segundo elemento de cambio en el gobierno de Humala se debe al peso que tienen aquí los poderes fácticos. Todo gobernante, cuando gana unas elecciones, toma en cuenta lo que lo puede dejar fuera de juego. ¿Qué pasa si se retiran masivamente las inversiones, si desaparece la “confianza” de la que tanto hablan los economistas? Inmediatamente el Presidente tendría problemas.



-¿Humala es un presidente de izquierda, de centro o de derecha?



Yo nunca lo he visto como un presidente de izquierda ni él tampoco se ha definido así. Él se ha definido como nacionalista, algo que es demasiado ambiguo en términos políticos.



-¿Qué es lo más criticable de su desenvolvimiento en el poder?



Puedo decir que a Humala le ha salido mucho el militar. El artículo más fuerte que he escrito contra él fue cuando dio un discurso en Ayacucho contrariando una de las reformas más importantes de la democracia electoral: la inclusión del voto militar. Todo demócrata sabe que no existe régimen democrático consolidado si los militares son alternativa a los partidos o a los gobernantes civiles.



-¿Qué distingue a la izquierda peruana de hoy de la de ayer?



Cuando me hablan de la izquierda peruana en referencia a los mismos parámetros de Izquierda Unida, digo ‘no, señor, eso ya murió’. Esta es otra izquierda. Ahora, las posturas ideológicas no son sino

posicionamientos del momento. ¿Cómo nacieron la izquierda y la derecha en la historia? En función de cómo estaban ubicados los asambleístas de la Asamblea Nacional de Francia en la época de la revolución.



-Fuerza Ciudadana, el nuevo frente de izquierda, que agrupa desde Fuerza Social hasta el Partido Comunista, muestra los mismos rostros que hace 30 años.



Esa es una izquierda de hoy, aunque tenga gente que venga de otros tiempos. No hay ninguna razón para que pidamos a todo el que haya actuado en política en el pasado que se meta en un museo. Le aseguro que si usted habla con cada uno de ellos, se dará cuenta de que no son igualitos. Todos vamos cambiando. A esta izquierda se le evaluará por lo que haga y diga hoy.



-¿Hay un cambio generacional en la izquierda peruana?



El cambio generacional ya ocurrió. La Izquierda Unida murió el noventa. Desde entonces, ha habido una serie de actores, cada uno haciendo lo que puede, que son otra cosa. El momento es otra cosa. Los realineamientos se van a dar cuando vuelva a haber elecciones.



-¿Qué clase de progresismo necesita el Perú?



Una democrática, que respete claramente el Estado de derecho y que sea creativa. La democracia no es la política de la pata en alto, la de ‘yo puedo hacer lo que me da la gana porque me han elegido’. No, señor. Las políticas tienen que ser concertadas y discutidas.



-¿Es Gregorio Santos el líder que la izquierda necesita?



No. Es una persona que puede haber sido líder de un momento conflictivo de Cajamarca, pero que no tiene la fuerza ni la capacidad de ser inclusivo. Lo que se le critique al gobierno de Humala en términos de autoritarismo también se le puede criticar a él en relación con el tema de Conga. Nadie puede decir ‘yo impido esto en cualquier circunstancia’, como él lo hizo.



-¿Por qué se apartó de Barrantes a fines de los ochenta? Usted lideró un sector progresista que compitió con él en las elecciones de 1990.



Yo nunca he liderado un sector de la izquierda. Yo estuve en IU desde que Barrantes me invitó a ser su teniente alcalde en 1983. Poco después me pidieron todos que dirigiera la campaña municipal. Yo no pertenecía a ninguno de los partidos. Hice mi trabajo y terminamos la alcaldía.



-¿Cómo empezó la ruptura con Barrantes?



Un día, estando en el municipio, él me dijo: ‘un amigo me ha dicho que yo soy el dueño de los votos de IU, ¿tú qué piensas?’. Le dije: ‘Están muy equivocados tú y tu amigo, que supongo quién es. Tú eres el hombre de la unidad de la izquierda. Si IU se rompe, cualquier tonto (le dije otra palabra) sacará más votos que tú’. Luego organizamos el congreso de Izquierda Unida. Yo fui donde Barrantes, cuando ya la ruptura estaba bien cantada, y le dije que era la única persona que podía negociar una organización más democrática. Él recibió el carné, firmó el padrón, pero no nunca fue al congreso.



-¿Por qué cree que Barrantes no le hizo caso?



Él creyó que era el dueño de los votos.



-Usted era el candidato a la alcaldía de Lima de la izquierda, pero terminó siendo el postulante presidencial de IU.



Tenía que hacerse algo para que no se quedara sin representación tanta gente que habíamos organizado. En las elecciones presidenciales saqué muchos más votos que Barrantes.



-¿Cuando usted era joven simpatizaba con el marxismo leninismo?



Yo nunca he sido marxista ni leninista. He sido socialcristiano. El marxismo tiene muchos elementos que ayudan al diagnóstico, pero no tiene los elementos de mi norte. Mi norte es otro.



-Los barrantistas aseguran que se apartaron de Izquierda Unida porque había algunos líderes que eran complacientes con la lucha armada.



En las clases que dictaba por aquellos años en la universidad, algunos alumnos salían defendiendo a cada rato la lucha armada. Yo les decía: ‘Cuidado, el camino condiciona la resultante’. Nadie construye una democracia a través de métodos militares. Yo no puedo entender el socialismo sin democracia. Perdonen, pero la dictadura del proletariado ha sido en todos los casos dictadura sobre el proletariado. Si no, ¿qué vivieron en la Unión Soviética, especialmente los campesinos de la época de Stalin?

lunes, 15 de octubre de 2012

César Hildebrandt: “La orquesta de Humala no toca con partitura”

Por: Glatzer Tuesta.

(Foto: Pachamama Radio).–En una de tus últimas columnas de Hildebrandt en sus trece dices que recordar es morir. Ella expresa mucha añoranza por lo que en un momento fue la política y el periodismo, que todavía combinaban la inteligencia con la decencia, la posibilidad de que los peruanos podamos ser mejores. ¿Qué cosa crees que ha pasado?

–Lo que creo que pasó es que en un momento dado la educación pública colapsó y no se ha reconstruido. Es a partir de ese naufragio que nuestros valores y nuestros referentes culturales cambian, y desaparece la inteligencia de los medios de comunicación. Ahora, en el último periodo, lo que ha pasado es que el poder económico ya no tiene intervención ni asiento en los directorios de los medios de comunicación, porque ahora el poder económico es la gran prensa. Entonces, claro, el divorcio con la inteligencia, la cultura, es absoluto; es una separación violenta la que se ha dado aquí. En pocos países de América Latina esta vieja convivencia entre el talento, la inteligencia, la cultura y los medios de comunicación se ha interrumpido de un modo tan brutal como en el Perú.



–Dijiste en ese artículo que los medios están llenos de bobos y de sirvientes, porque para eso solo se necesita poder hablar y no salir del lugar común.


–De lo que se trata es de empobrecer la agenda y convertir la política en un monólogo paporretero que, como un catecismo, repita una serie de monsergas ideológicas y políticas, mucho más que científicas, para perpetuar lo que hay. Todos los mensajes de los grandes medios de comunicación en el Perú, y en Lima sobre todo, están destinados a convertir en eterno lo que debería ser meramente episódico. Otros países ya están de regreso del liberalismo pinochetista.



–¿Humala, qué es? ¿Cómo lo defines en este año de gobierno?

–Yo creo que ya es tiempo de ser cautelosamente cruel con Humala, respetando la investidura que representa. Humala es nada, es una suerte de continente en el que cabe todo; es un recipiente en el que puedes poner todo lo imaginable.



–¿Ése es el principal riesgo en torno a lo que se puede venir?

–Humala está convencido de que el sistema y sus mentores son inamovibles, y de que el poder económico no es su socio sino el poder, y que él es un administrador, una suerte de gran gerente con ciertos poderes; no el Presidente del Directorio, sino implemente el gerente ejecutivo de un gran país que se llama Perú, Marca Perú. En esa perspectiva, depende de las exigencias del Directorio. Si mañana éste le solicita más sacrificios, mayores ganancias y mayores tasas de retorno, el señor ajustará, no tengo ninguna duda. Él ya está convencido de que el Perú es una gran empresa con un horizonte determinado, con un cauce absolutamente inamovible, y que él tiene que trabajar en esa perspectiva. El Presidente de la República ha dejado de ser el Presidente de la República y se ha convertido en el administrador.



–¿En qué momento decide eso? ¿Solo al asumir la Presidencia se da cuenta de que él no puede romper esas estructuras, o es que ya sabía que iba a ser así?


–¿A la víctima le resulta trascendente saber cuándo el cogotero sacó la daga? A mí no me interesa si nos mintió antes, nos mintió después o nos mintió durante. Si fue Nadine la que, sumergida en un baño de realismo, lo convenció de que las cosas tenían que ser así; o si se lo dijo Roque Benavides en una conversación privada. O si fue Salomón Lerner, gran pragmático con discurso centrista, el que se lo dijo.



–Has mencionado a Nadine. Ustedes han sacado en su semanario muchas cosas que dan cuenta del reacomodo de Nadine en este nuevo escenario. Por ejemplo, se discute un viaje a Brasil donde se reúne con la presidenta Rouseff, y uno lee la Constitución y en ningún lado dice que la esposa del Presidente puede ir representando al Estado.

–Es un dulce golpe de Estado permanente: la señora Nadine es exactamente eso. Es curioso, porque hay una pincelada de sutil mezquindad de su parte, en el momento en que el pobre Ollanta Humala está acusado por su padre, zarandeado por la prensa en relación con el caso de su hermano Alexis; es en ese momento que la señora –y ése es para mí el mensaje– le dice a su marido: “Pues te quedas con tu cochina familia, que yo me voy a ver a mi Presidenta de Brasil, me descontamino de toda esta porquería”. Es un caso tremendo de egoísmo fastuoso el que tiene esta señora, que está perdiendo la brújula y que está siendo haciendo pasible al Gobierno de una acusación formal, porque se está tomando atribuciones que no podría tener.



–¿Cómo defines al Gabinete? ¿Cómo ves la relación de Humala con ese grupo de trabajo?

–El Gabinete es al final un reflejo perfecto y casi proporcional de Humala, es el Gabinete que él necesita. Al final de cuentas, ¿quién con una gran personalidad puede estar en un gobierno que no tiene norte, que no tiene metas? De repente aquellas altruistas, aquellas más o menos dignas de la Cruz Roja u organizaciones filantrópicas.



¿Quién con una suerte de equipaje político-ideológico puede estar en un Gabinete de un Gobierno que no tiene ningún tipo de horizonte? Humala elige esa gente. No solo eso: Humala no le da partitura a esa breve orquesta de gente casi inexistente, porque si le da partitura puede crear una suerte de disciplina peligrosa. De lo que se trata, justamente, es de no tener partitura, de no tener pieza que tocar, de improvisar todos los días y de ir con paso decidido a ninguna parte.



–He conversado con alguna gente que conozco del propio Gabinete y otra que me ha contado, por ejemplo, que la elección de algunos ministros ha sido directamente de Nadine. Además, los asesores –Villafuerte, Roy Gates– están generando una dinámica que no se nota mucho, pero que está sentando bases. ¿No crees eso?

–¿En qué es importante Villafuerte? ¿En qué es importante Roy Gates? Al final, sus tramas son ínfimas, o sea, no llegan a pasado mañana; son napoleones de bolsillo, de plástico. No hay una estrategia que me diga que están trabajando todo un plan para crear una suerte de oficialidad que al final sea un contrapeso y proponga una suerte de centrismo más o menos nacionalista. Mentira: están en nada.



–Tienen facultades para ver cosas de defensa y seguridad. El riesgo no va por ahí, sino por la inoperancia, el querer ganar tiempo, la demagogia punitiva.

–Humala es un jugador de fútbol que desde el minuto dos de empezado el partido está deseando que termine. Yo lo veo así. Minuto dos, y el tipo está mirando al árbitro a ver cuánto falta, y faltan 88 minutos que van a ser martirizantes para un hombre que se comprometió a tanto y que, además, ahora está obligado a no hacer nada, porque el compromiso de Humala es, precisamente, dejar todo quieto. Tienes razón en que Nadine ha sido decisiva en esta evisceración del Gobierno, en esta castración. Nadine es un homenaje a Freud, es una castradora: ha dejado al Gobierno eunuco por completo. Y es un Gabinete de eunucos, al final de cuentas, dicho con el mayor respeto y el sentido más metafórico de la palabra.



–¿Espera que acabe el partido para ir a jugar otro?

–Sí. Ella está convencida de que un tanto con el fujimorismo le va a permitir la modificación constitucional que a su vez le permita postular el año 2016, y el viaje a Brasil no fue sino un ensayo para ver cómo le salían las cosas.




–Cambiando de tema: Hace unas semanas, uno de los mandamases de Newmont salió a decir que no hay condiciones para Conga. Y luego salieron Humala y Juan Jiménez anunciando que “se suspende Conga”. Es decir, el Gobierno no ha hecho lo mínimo para romper esta dinámica por la que el que manda, el que mueve la plata, es la industria extractiva, porque el que da la voz de todo este proceso que se encadena hasta ahora con la suspensión es Newmont.

–Creo que es una retirada estratégica, que van a volver, que van a utilizar esos dos años mientras hacen los reservorios. Y claro, la pregunta es: ¿Y si esto ya no va, cómo están invirtiendo millones y millones en dos reservorios gigantescos que son parte de los otros ocho que van a hacer? Quieren utilizar estos dos años para enamorar a Cajamarca de una manera mucho más disciplinada, orgánica, con el presupuesto en la mano, y neutralizando al partido del cura Arana. Entonces, van a utilizar estos dos años para un trabajo de seducción. Cumplidos estos dos años Conga regresa, no tengo ninguna duda, y es un buen plan. Éste no es el plan de Humala; éste, como dices, es el plan de Newmont, bastante bien asesorado. Es un plan perfecto.



–Dos mil catorce, elecciones regionales, otro contexto político, una relación distinta.

–Es que de repente Santos, sin Conga, ya no es Santos, deja de existir. Porque Santos es un líder “anti”, mucho más que proganadero. Yo nunca he visto a Santos junto a una vaca; yo lo he visto en la laguna protestando. Le quitas el “anti” y se queda colgado de la brocha. Ése es el problema, y eso lo ha visto alguien más inteligente que el Gobierno, y entonces Conga regresa en dos años, no tengo duda.



¿Quién con una suerte de equipaje político ideológico puede estar en un Gabinete de un gobierno que no tiene ningún tipo de horizonte? De lo que se trata es justamente de no tener partitura, de no tener pieza que tocar, de improvisar todos los días y de ir con paso decidido a ninguna parte.



–Alguna gente vinculada al Movadef y a Sendero, desde la educación u otros lados, está tratando de generar actos políticos muy concretos. ¿Qué te parece la manera de afrontar el tema? La respuesta del Primer Ministro ha sido sacar una Ley del Negacionismo.

–Yo no estoy de acuerdo con ninguna ley sobre el negacionismo. Me parece un atentado contra la libertad de expresión, que es aquella que emiten nuestros adversarios. El derecho a emitir una opinión tiene que ser un derecho inalienable. En segundo lugar, yo sí creo que el Movadef es un seudónimo de Sendero Luminoso y que hay que tratarlo como tal; y eso no significa que tengamos que reprimirlos, sino cuidarnos de esa expresión.



Creo que fue un error no darle al Movadef el pase respectivo para que se inscribiera ante el JNE, porque es mucho mejor tenerlos en el redil de la formalidad que tenerlos, ahora, como quiere el señor Alfredo Crespo, perseguidos, atenazados por el sistema, despreciados por la democracia formal que es tan chiquita que ellos no caben allí.



–Y pueden terminar siguiendo a Quispe Palomino o a otro sector vinculado a acciones violentas que les diga: “Ya ven, ustedes quisieron entrar y no los dejaron. Ahora vénganse al monte; aquí es donde debemos hacer las cosas”.


–Quispe Palomino ha perdido esa capacidad de seducir, de convencer, de persuadir. Pero sí creo que pueden darse las condiciones para que alguien más inteligente que él cree una alternativa violentista distinta. No olvidemos que ya hemos pasado por eso. En los años 60, una sociedad brutal derrotó a la guerrilla, primero a Blanco, luego a Lucho de la Puente, al MIR y al APRA rebelde. Nos ensañamos con esa gente, los enterramos y los baleamos antes, y murió Javier Heraud y creíamos que habíamos vencido esa especie de cáncer social que no era ningún cáncer, sino la expresión de un gran malestar. El resultado fue que mientras eso sucedía, un oscuro profesor estaba creando en Huamanga lo que sería la gran pesadilla. No nos vaya a pasar lo mismo…



–¿Cómo hay que actuar con el Movadef?

–Yo tendría con el Movadef una actitud sumamente cauta. Hay que cerrarle los pasos a la violencia, pero no a los que quieren justamente ser parte de un sistema electoral en el que ellos tendrían cabida. ¿Por qué la amnistía general no puede ser un tema de debate? ¿No puedo discutir sobre eso? ¿Me siento impotente y tengo que reprimir eso? Mucho cuidado con la exasperación, con esos mensajes de la derecha de que con ellos nada y no se negocia. La pregunta es: ¿Y quiénes son ellos? La chica de 19 años que salió en Youtube atacándome, ¿no es acaso una chica convencida de que el Movadef es un movimiento justo? ¿Qué tengo que hacer? ¿Meterla presa porque opina que soy un agente del imperialismo? No, no, yo debo discutir con ella.



–Yo hablo con Mauricio Mulder y maldice a los radicales y al Movadef; hablo con Lourdes Flores y dice que es un horror que esto esté pasando; Lourdes Alcorta, ni se diga.

–Lourdes Alcorta se ha convertido en uno de los oráculos, y eso revela en la situación de postración intelectual en que se encuentra el país. Lo único que puede proferir son interjecciones, las onomatopeyas del horror, ¡bum, bum! ¡bam, bam! La señora Alcorta es un producto extremo de Tarantino y, sin embargo, la consultan y es un referente y es la derecha pensante entre comillas. Yo veo con mucho temor y escalofríos cómo se está enfrentando ese asunto de la desafección juvenil respecto al sistema. Y la pregunta es: ¿Y qué quieren? Humala prometió cambiar el país. Sentí una suerte de pánico intelectual controlado cuando una chica del Movadef me dijo en un video, que estaba dirigido a mí, si acaso Túpac Amaru no fue juzgado como traidor y ajusticiado, y que 200 años después fue reivindicado. ¡Madre mía! ¡Qué razonamiento! Eso no es broma, eso es para tratarlo con mucha seriedad.



–Nuevamente cometemos errores porque no sabemos cómo llegar a la juventud, no tenemos alternativas para ellos.

–La conclusión para mí es que en el Perú se construye por enésima vez un foco violento, autodestructivo, gracias a esta política de tomar distancia de todo aquello que resulte inaceptable, de condenar todo aquello que resulte hereje y de considerar que todas las personas que están lejos del sistema son enemigos irreconciliables. Yo pienso, modestamente, que el gran enemigo del Perú es el sistema, el que no permite que el Perú sea el país que esperamos: reconciliado, relativamente convocante.




Todos han sido al final decepciones de regímenes que, pudiendo ser transformadores y constructores de una idea que pueda reunir a todos los peruanos, al final resultaron excluyentes y terminaron, como decía Ciro Alegría, disparando máuseres. Andrés Avelino Cáceres, el gran héroe de la resistencia, llega a la presidencia y defrauda a los campesinos que lo habían llevado al poder y se convierte en un aliado de la oligarquía, tan aliado absoluto que quien lo sucede es su viejo enemigo Piérola. A eso le sigue toda esta sucesión de decepciones encadenadas.



–La última decepción es esta gran transformación que nunca empezó. Y con un Ollanta Humala sujeto a las decisiones de sus ministros. Y uno dice: ¿Ollanta Humala no le puede decir a Castilla: “Oiga señor, yo quiero caminar en esta dirección”?

–No puede, porque a la exclusión y al monopolio perverso del poder se une esta especie de soberbia inaceptable de la derecha, que lo controla todo, que lo dispone de todo, que decide a través de Castilla cuánto debe recibir la educación. Al final es eso: el poder absoluto. No nos engañemos, no vivimos en democracia. Si no tenemos a Luis XVI es porque Humala no da la talla, pero podríamos generar un Luis XVI.



No le puede decir castizamente “¡oiga, carajo, qué le parece si aumenta el presupuesto en Educación!”. O exige un poco más de tributos a la gran riqueza nacional que se llena de exoneraciones y extensiones y le pasan esos millones. Castilla es el hombre del Banco Mundial, del Fondo Monetario, y de una nueva organización que es importantísima que se llama Nadine. Entonces, está atornillado.



–En cuanto a la naturaleza militar de Ollanta, podría servirle para poner cierto orden, hacer las cosas de tal manera. No digo que sea al estilo del cuartel, pero sí utilizar algunas disposiciones para que las cosas caminen distinto. ¿Eso cómo lo ves?

–Para poder dar órdenes hay que saber a dónde se va, saber qué vas a hacer. El problema de Ollanta no es que no tenga capacidad de dar órdenes, sino que no sabe qué diablos va a hacer, y es el Presidente.



He sido cachaco amateur. En el colegio militar, Armando Artola, quien era mi coronel, sabía qué quería, qué disciplina imponer, porque sabía exactamente cuáles eran sus parámetros y metas. Y el problema es que si no tienes metas, qué te va a servir un carajo, si no sabes a dónde ir.



–Por último, Alan García será descubierto en alguna de estas cosas de corrupción que lo investigan. No estoy diciendo que necesariamente estuvo vinculado a alguna de ellas, pero…


–Yo no tengo ninguna duda de que él estuvo vinculado. El problema es si le encontrarán pruebas. Nunca se sabe, nunca llegaremos a saberlo hasta no encontrarlas. Somos de la misma generación, nos llevamos meses de edad. Lo conocí pobre, mesocrático, y ahora es multimillonario. Entonces, no tengo ninguna duda, absolutamente ninguna duda de que Alan García ha cogido dinero mal habido del Estado. Ahora, cómo probarlo. Es inteligente, no deja huellas, no firma nada: compra casas en fidecomiso, las revende por tercerías, es un genio; o sea, Rififí es un bebé de teta frente a García. Imagínate un procurador que tiene con las justas cuatro empleados y una secretaria, qué va a poder seguirle la huella al señor García, si no le ha podido encontrar la huella al señor Fujimori. Hasta ahora no hay ninguna prueba sólida de que el señor Fujimori robó. Sabemos de sus ministros, de los hallazgos millonarios de sus funcionarios, pero ¿qué de Fujimori? Ni un dólar.




–¿Tú crees que van a indultar a Fujimori? Keiko salió a decir que no le ve voluntad al Presidente ni a sus procuradores ni a sus ministros, pero el indulto no es solo cuestión del Presidente…

–Keiko ha dicho: “No le veo voluntad al presidente ni a sus ministros”, pero se olvidó de mencionar a Nadine. Va a haber un canje; estoy convencido de que es una posibilidad. Y después del viaje a Brasilia, es una gran puerta, es un portón.




Hildebranth, uno de  nuestros  intelectuales mas respetados, aqui su analisis sesudo y critico de  un Gobierno que no es la Gran Transformacion que  prometio.

martes, 10 de julio de 2012

Congreso peruano regula la Neutralidad de Red (nuevamente)

Amigos comparto con ustedes esta informacion relevante que bien vale la pena darle un vistazo.


Por Miguel Morachimo
Publicado: junio 18, 2012

El último viernes, literalmente minutos antes de terminar la legislatura 2012-1, se aprobó la Ley de Promoción de la Banda Ancha y Construcción de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica (en adelante, la “Ley”) en el Congreso por 72 votos a favor, cero en contra y 25 abstenciones.



En su primera parte, la Ley señala el deber del Estado de promover la Banda Ancha y su aprovechamiento por todos. A continuación, declara de necesidad pública e interés nacional la construcción de una Red Dorsal de Fibra Óptica y establece una serie de reglas sobre el desarrollo, financiamiento y utilización de esta red dorsal. Esta era una política que se había prometido desde la campaña electoral, sobre la cual incluso se había dado un Decreto Supremo durante el gobierno anterior y que ahora está materializándose con normas específicas.



La verdadera estrella de esta Ley, que bien puede ser una metáfora de los errores en su investigación y sustento, la encontramos en este artículo:



Artículo 6.— Libertad de uso de aplicaciones o protocolos de Banda Ancha

Los proveedores de acceso a Internet respetarán la neutralidad de red por la cual no pueden de manera arbitraria bloquear, interferir, discriminar ni restringir el derecho de cualquier usuario a utilizar una aplicación o protocolo, independientemente de su origen, destino, naturaleza o propiedad.

El Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones – OSIPTEL determina las conductas que no serán consideradas arbitrarias, relativas a la neutralidad de red.



Se trata de la primera vez que una norma legal peruana habla explícitamente del tan polémico principio de neutralidad de red. Sin embargo, no es la primera vez que un concepto parecido está regulado por las normas legales peruanas. En el mismo sentido, desde el año 2005, el artículo 7 del Reglamento de Calidad de los Servicios Públicos de Telecomunicaciones aprobado mediante Resolución de Consejo Directivo Nº 040-2005-CD/OSIPTEL señalaba:



Artículo 7.— Los operadores locales que brinden servicio de Internet y/o ISP’s no podrán bloquear o limitar el uso de alguna aplicación, en ningún tramo (Usuario-ISP-ISP-Usuario) que recorra determinada aplicación. Esta prohibición alcanza al tráfico saliente y entrante internacional, salvo aquellas a solicitud expresa del abonado o usuario y/o algunos casos excepcionales por motivos de seguridad, los cuales deben ser comunicados y estarán sujetos a aprobación de OSIPTEL



En otras palabras, la nueva Ley de Banda Ancha intenta regular un tema que ya está regulado por OSIPTEL hace siete años. La existencia de esta norma anterior no aparece ni por asomo en su Exposición de Motivos ni en el Dictamen favorable de la Comisión. Pero incluso, se trata de una regulación mucho más restrictiva que la que tenemos vigente. Sobre el punto, toda la investigación y sustento que demuestra la Exposición de Motivos se limita a tres párrafos y la cita a la Ley chilena, donde solo uno de ellos habla de neutralidad de red señalando:



Aquí surge el nuevo concepto de neutralidad de red, donde el usuario final (persona o empresa) de hoy en día no debe tener un costo elevado para acceder al internet para suministrar contenidos o servicios a su elección; los operadores por ningún motivo, deberán bloquear o degradar servicios legales, en particular los de voz sobre IP, que compiten con sus propios servicios. Es necesario abordar estas cuestiones de la gestión del tráfico, el bloqueo y la degradación, la calidad del servicio y la transparencia de las aplicaciones. Los obstáculos de la neutralidad de red son: bloqueo o regulación del tráfico, congestión del tráfico y falta de transparencia.



En este párrafo confuso toma “prestadas” frases textuales una comunicación de la Comisión de Comunicaciones al Parlamento Europeo del año pasado donde, todo lo contrario, se concluía que no resultaba apropiado regular la neutralidad de red por la falta de información sobre cómo las nuevas normas del Paquete Telecom funcionarán en el mercado comunitario. Hubiese resultado provechoso que quienes elaboraron la Exposición de Motivos de la Ley de Banda Ancha leyerán también esta parte del documento que citan:



La neutralidad de la red afecta a varios derechos y principios consagrados en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, en particular el respeto de la vida privada y familiar, la protección de los datos personales y la libertad de expresión e información. Por este motivo, cualquier propuesta legislativa en este ámbito estará sometida a una evaluación en profundidad de su impacto sobre los derechos fundamentales y su conformidad con la mencionada Carta[9].



La eventual regulación adicional no debe actuar como elemento disuasorio de la inversión ni de los modelos de negocio innovadores, pero sí favorecer un uso más eficiente de las redes y crear nuevas oportunidades de negocio a distintos niveles de la cadena del valor de internet, al tiempo que preserva para los consumidores la ventaja que supone poder elegir unos productos de acceso a internet ajustados a sus necesidades.



En su versión original, como fue presentado en el Proyecto de Ley de la Bancada Nacionalista, el artículo establecía la obligación de neutralidad de red exclusivamente para la Red Dorsal de Fibra Óptica. Probablemente, un exceso de entusiasmo y una pobre investigación motivaron a la Comisión de Transportes y Comunicaciones a querer ampliar la obligación de neutralidad de red para todas las redes de banda ancha colisionando, con ello, con la regulación pre existente del OSIPTEL.



Será precisamente tarea del OSIPTEL definir este problema. Históricamente, el Regulador había venido esquivando pronunciarse sobre cómo debemos de leer el artículo 7 del Reglamento de Calidad y solo se tiene noticia de un caso de poca trascendencia donde intentó aplicarse. Ahora será el encargado de determinar qué prácticas de gestión de red no serán consideradas “arbitrarias”, en los términos de la nueva ley de Banda Ancha.



Resulta una verdadera lástima que, mientras en otros países se llevaron a cabo procesos de consulta pública y se realizaron serias investigaciones de mercado, en Perú se haya vuelto a tocar legislativamente este tema sin mayor debate ni difusión. Ya sucedió hace siete años cuando OSIPTEL dio el Reglamento de Calidad y nunca nadie comprendió en realidad de qué trata esa norma. Lamentablemente, empezamos a acostumbrarnos a que los gallos y la media noche sean nuestros legisladores estrella.



NO AL RETROCESO DE LA POLÍTICA DE EDUCACIÓN INTERCULTURAL BILINGÜE

“Desde el gobierno de Sagasti venimos arrastrando recortes presupuestales a la Política de EIB, que tiene impacto directo en la formación y ...